Jueves 15 de mayo de 2003 | |||
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Ríver clasificó jugando a lo grande | ||
Venció al Corinthians y en cuartos jugará frente al América de Cali. |
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Todo lo que tenía pensado Ríver para encarar el partido se diluyó muy rápido. Es que Manuel Pellegrini había preparado a sus muchachos desde dos puntos de vista. Uno a que su equipo no le sobraría nada en el gigantesco "Morumbí". Otro, lo ideal era que el Corinthians se viniera, que Ríver lo aguantara lejos de su arco con un medio campo atento, sólido y peleador, y que D"Alessandro pudiera ser el conductor de rápidos contragolpes. Eso era lo lógico, pero llevarlo a cabo no sería tarea nada sencilla. Y así fue. Los primeros 5 minutos, mal que mal, el "Millo" había controlado el juego y a su rival y hasta se había animado a adelantarse unos metros. Pero en ese minuto (a los 8) fatídico Leandro encontró un espacio por el lateral derecho, se proyectó sin muchos problemas y metió el centro. Fabricio saltó, casi sin marcas más que toda la defensa visitante y metió el cabezazo suave, esquinado, lejos de Buljubasich y estalló el Morumbí y Ríver debía comenzar de nuevo. No se desordenó. Mantuvo el esquema que tenía en mente y paulatinamente se fue recuperando y le empezó a jugar de igual a igual a Corinthians. Tanto que comenzó a provocar serios errores defensivos en el local que comenzó a descontrolarse y abusar del juego brusco. Pero a los 21 llegó la alegría para Ríver. Tiro libre fuera del área preparado entre Coudet y D"Alessandro y éste lanzó un centro que le cayó a Demichelis y su frentazo superó a todos y esta vez el "Morumbí" se enmudeció. Fue justicia. Luego vino el ida y vuelta. Los dos estuvieron muy cerca del gol; tal vez el local tuvo alguna más claras. Pero corría el tiempo y los nervios s apoderaron de los anfitriones. Roger se enloqueció con D"Alessandro. Lo persiguió por todos lados, le pegó una y otra vez; hasta que en el final le fue muy mal de atrás y el paraguayo Oscar Ruiz no tuvo más que expulsarlo. En el complemento se le hizo más fácil a Ríver. Corinthians sintió el hombre de menos y le regaló la iniciativa. Eso fue letal, porque Ríver jugó sereno, seguro y tranquilo. Esperó el momento justo para atacar, especialmente cuando se juntaban D"Alessandro y Coudet cometían estragos en la última línea brasileña. Y el equipo de Manuel Pellegrini ganó en confianza, porque se dio cuenta que el local no tenía argumentos para superarlo y a los 29 llegó el segundo y la tranquilidad para todos. Fue de penal y autor el "Bichi" Fuertes. Puso el 2 a 1 y a partir de allí se terminó todo, porque Ríver lo dominó a voluntad y terminó festejando la clasificación de la siguiente fase de la Copa. |
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