Martes 13 de mayo de 2003

  "La definición tuvo mucho suspenso, fue increíble"
 

El cutralquense no puede creer que ganó el Rally de Argentina.Para él significó lo más valioso que le pasó en toda su campaña.

  "Dale viejo, es el auto de Diego (Kopousshian). Lo alcanzamos. Cuidado, curva de uno y medio; a cincuenta lomo a fondo. Se ve que tuvo algún problema, acelerá más". Palabras más, alguna menos, el navegante trató de motivar a su piloto en los kilómetros finales del Rally de la República Argentina. Un triunfo que parecía seguro se estaba escapando por culpa de una goma rota en el penúltimo tramo. Pero en una prueba tan dura y exigente, las sorpresas están a la vuelta de cada curva. Sino que lo desmienta el cutralquense Jorge Angeloni, que logró un emotivo triunfo en el Grupo N-3. Cómo será la alegría, que aseguró que "es lo más importante que me pasó en mi campaña deportiva, encima acompañado por mi hijo Lucas, todavía no lo puedo creer".
El triunfo llegó con mucho suspenso y por una escasa diferencia, casi imposible. Es más, tuvo que esperar a que se confirmara el tiempo que empleó su rival para recorrer el último tramo para recién empezar a festejar.
"Me vine tranquilo en el tramo final porque estaba todo definido. A mitad del especial apareció la tierra en el camino. Mi hijo me gritaba que adelante venía Kopousshian, yo no le daba mucha p..... Insistió, así que un par de curvas más adelante alcanzamos a ver el techo amarillo del Seat de mi rival. Me volví loco. Quedaban poco más de tres kilómetros, me jugué la vida para descontarle la diferencia", apuntó Angeloni en una especie de monólogo, aún entrecortado con la emoción de cumplir con un sueño que tenía como era ganar su grupo en esta clásica prueba del Mundial de rally.
¿El sueño se hizo realidad?
- La verdad, todavía no lo puedo creer. La definición tuvo mucho suspenso, fue increíble. Parecía que tenía el triunfo en el bolsillo y de golpe estaba segundo, a casi cuatro minutos de la punta. Por eso salí a cumplir, pero estas son las cosas que tienen los "fierros". Una vez me tocó a mi.
¿Dura la prueba?
- Tremenda. Lo había anticipado. Después del paso de los más grandes, para nuestros autos era un verdadero cross country.
¿Fue una emotiva lucha con Kopousshian en el Grupo N-3?
- Sí. Estuvimos las tres etapas palo y palo. Nunca uno de los dos pudo conseguir una diferencia tranquilizadora. En la última etapa tuvimos dos tramos muy buenos. En uno le sacamos más de un minuto y medio, pasamos. Pensé que está liquidado, aunque no le quería comentar nada a mi hijo, esta súper concentrado. En el siguiente, aparecieron los problemas, perdimos cuatro minutos...
¿Parecía todo definido?
- Tal cual. Pero este tipo de pruebas son muy especiales. Nunca me imaginé que se iba a tumbar. Cuando Lucas me avisó que estábamos en la tierra de Kopousshian me volví loco. Le pegué al auto por todos lados. El me quería tranquilizar. "Cuidado viejo, andá fuerte, pero sin locuras", me gritaba. Pobre, encima tenía que estar atento a la hoja de ruta. El "flaco" se pasó. No me quiero olvidar de Enrique (por Marongiú). Nos ayudó a escribir la hoja de ruta, le brindó toda su experiencia a mi hijo. No tengo palabras de agradecimiento. También para la gente, muchos se alegraron por este triunfo.
Después del triunfo hablaste del regional, del título que querés lograr. Hay algo más...
- Esto que me pasó es lo más importante de mi campaña. Encima, navegado por uno de mis hijos. Más no se puede pedir. Lo que venga será una extra, aunque por supuesto que me gustaría ganar un título. Pasaron tantos años para poder ganar una prueba, este año llevo dos. Encima, una de la jerarquía del Rally de la República Argentina. Cómo no me voy a plantear nuevos desafíos.
¿El equipo funcionó bien?
- Fue espectacular. Una de las mejores decisiones que tomé para esta prueba fue contratar el servicio del equipo de Germán Schroeder. Presentó cuatro que funcionaron todos iguales. Salíamos de cada parque de asistencia con el Seat a nuevo. Se aguantó una paliza bárbara.
¿Algo más?
- Que más puedo hablar. Mis viejos saben que este triunfo también es de ellos. Nos ayudaron mucho, a la distancia imagino que se emocionaron como nosotros. Se quedaron en Roca, pero estaban al lado del teléfono. Mirá que linda alegría que le pudimos dar.
Angeloni cumplió su sueño de ganar el Rally de la República Argentina. Pensar que en algún momento dudó en participar, por la dureza de la prueba y lo mucho que se rompen los autos. Será por eso que alquiló uno, respondiendo a la insistencia de sus amigos para que se sacara las ganas y fuera por la revancha del triunfo que se le escapó en la pasada edición. Una buena forma de tomarse revancha..

Una prueba que es complicada

"El rally es tremendo. Te cansás tanto relevando los distintos tramos, que en la misma prueba. El que se imagina que uno viene de vacaciones se equivoca", comentó Jorge Angeloni.
Destacó que "fueron dos días y medio para recorrer todos los tramos, en diferentes horarios con los prioritarios".
"Ni se imaginan cómo encontrábamos los caminos. También es muy complejo el tema de los enlaces. Tenés que andar con mucho cuidado para no perderte", apuntó.
¿Había que madrugar?
- Siempre. Nos instalamos el pasado sábado en Villa Carlos Paz, al día siguiente probamos el auto y el lunes último empezamos a recorrer los tramos. Arrancabas a las 6 o 7 y terminabas de noche. Así estuvimos hasta el jueves, con Lucas y Marongiú. No fuimos al shakedwon porque no tenía sentido. Decidimos probar en un lugar que tiene el equipo Schroeder, fue lo mejor porque el tramo en San Esteban quedó destruido con los ensayos de los equipos oficiales.
¿Y en la prueba?
- También. En el Pro-Rácing estuvimos casi cuatro horas esperando para largar. Las dos vueltas las completamos en menos de cinco minutos. Nos fuimos a dormir tardísimo..
¿Para colmo largaban atrás?
- La espera es lo que más te desgasta. Después hay que sumarle la tensión de la misma prueba, tenés que acelerar, sino el público hasta de tira piedras, pero con nuestros autos si lo castigás demasiado te quedás afuera enseguida. No fue fácil. (R. B.).

"Me tenía confianza"

Lucas Angeloni fue el navegante de su padre en el Rally de la República Argentina y se convirtió en una pieza clave en el triunfo. "Me tenía mucha confianza, pero también sentía responsabilidad porque no le quería fallar a mi viejo. Podía elegir a cualquiera con más experiencia y prefirió llevarme a mi", comentó el "flaco", quien también está comenzando a incursionar como piloto con un Fiat 128 en la Clase A-1 del certamen regional de la especialidad.
"Es desgastante. Son muchas horas por día, tanto para recorrer los tramos, como después en la misma prueba. La verdad que hay que participar para entender lo que significa. También está la posibilidad de compartir con los equipos oficiales, quedó asombrado con el despliegue que realizan. Qué lejos que estamos de ese nivel. Está bien, son súper profesionales", apuntó.
Es más, Lucas reconoció que "cuando papá participó en la edición anterior con el "Gordo" (por Enrique Marongiú), en un tramo yo venía trotando a la par del auto. Cuando terminaron la etapa los empecé a cargar".
Agregó que "ahora me di cuenta que hay veces que aunque quieras no podés andar más rápido. Ni se imaginen lo que se castiga el auto".
Lucas comentó que "cumplí, espero que mi viejo me de una mano para seguir participando en el certamen regional de rally con mi "autito". Después de la experiencia en los súper especiales del autódromo de Roca busca repetir. Me gustaría mucho estar en una "Vuelta de la Manzana", para más no me da". (R. B.).


Raúl Bernal
rbernal@rionegro.com.ar

   
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