Miércoles 21 de mayo de 2003

  Paul McCartney en la Plaza Roja
 

El ex Beatle cumplirá un sueño propio y el de miles de moscovitas que pagarán fortunas por verlo.

  Moscú (dpa).- A pesar de que una de sus canciones se llama "De regreso a la Unión Soviética", la actuación de Paul McCartney este sábado en Moscú será la primera del ex Beatle en territorio ruso.
A pesar de que los moscovitas se quejan desde hace semanas por el alto precio de las entradas, se espera que hasta 50.000 personas asistan al concierto de Sir Paul en la Plaza Roja.
La colorida catedral de San Basilio y el Kremlin ofrecerán un marco espectacular al concierto: Paul McCartney será el secretario general del rock and roll. Y el presidente ruso, Vladimir Putin, podrá escucharlo desde su puesto de trabajo.
Los organizadores moscovitas hablan del concierto en el marco de la gira "Back in the World" como un acontecimiento histórico. "El triunfo de la democracia en Rusia no será total mientras Paul McCartney no haya cantado en la Plaza Roja", comenta Alexander Gafin, vicepresidente del principal patrocinador ruso, Alfa.
Lógicamente, alguien que invierte dinero exagera, pero Gafin tiene bastante razón. Muchos moscovitas sienten que con la actuación de McCartney desaparece otro fragmento de Guerra Fría. Desde siempre, los Beatles eran adorados al otro lado del "telón de acero" como punta de lanza musical de la juventud occidental. La fruta prohibida llamada rock and roll era especialmente dulce.
"Durante la Guerra Fría nos fascinaba la idea de que la gente conociera canciones de los Beatles en la misteriosa Rusia", dijo McCartney recientemente a DPA. Para esos fans, que en la clandestinidad soviética intercambiaban cintas de los cuatro de Liverpool, un sueño se hace realidad. "Los Beatles marcaron mi cultura musical", comenta entusiasmado Mijail Seslavinski, ahora viceministro de Prensa.
El triunfo total de la democracia en Rusia será impedido sin embargo por el alto precio de las entradas. Hasta 20.000 rublos (unos 600 dólares) deberá desembolsar el público por un lugar en los palcos. Por unos 6.000 se consigue un asiento y por 1.000 -una cuarta parte de un salario mensual promedio- un lugar de pie.
"En realidad, McCartney debería tocar en el mausoleo de Lenin, y las masas desfilarían delante de él como en la marcha soviética del 1 de mayo", se burla el periodista de rock Artjomy Troizki. "Entonces, al menos unas cientos de miles de personas lo podrían ver".
Sólo tres grupos no participan en el revuelo generado por "Macca" en Moscú: los comunistas, los nacionalistas y los fans de Lennon. "A un concierto de John Lennon sí hubiera ido, porque ese al menos era un cantante rojo".
Partidos de derecha e izquierda en el Parlamento intentaron en vano impedir que la fiesta se celebrara en la tumba de los padres fundadores comunistas.
   
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