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Domingo 18 de mayo de 2003 | |
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"Vinculo el crear con el creer" | |
Ana Negro es una destacada artista plástica que ha conseguido notoriedad con su particular visión de cuerpos entrelazados en una espiral infinita. Esta notable pintora destaca con luz propia y muestra devoción anatómica. Por otro lado, su arte también refleja una forma de entender la vida. "El pintar es una forma de orar", le dice a "Río Negro". |
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| Con sus cuerpos entrelazados en una espiral infinita, la pintura acrílica de Ana Negro ha cobrado en estos años una intensidad trascendente. Esta médica oncóloga devenida a pintora por una suerte de imperativo categórico filosofa sobre la imagen, toma la paleta para sacralizarla. Así el mundo del arte lo percibió en su muestra del Palais de Glace y en la galería VYP de Buenos Aires. En el marco de un movimiento inusitado en Capital, esta pintora de notable originalidad se destaca con luz propia y una devoción anatómica especial. Será por eso que dice: "el pintar es una forma de orar". - ¿Hay una explicación para esta obra tan especial? - La definiría como síntesis, el cierre de una etapa y una apertura, creo que se produjo como una catalización, un cierre del proceso que comenzó en l999 con la serie en el Palais de Glace, continúa en el 2000 y ahora se sintetiza. Trabajo sin pensar, sin intenciones a priori, discurso o mensaje. Es una necesidad llevada por líneas de tensión que son muy inciertas y al mismo tiempo muy precisas, las vengo trabajando con la idea de continuidad de formas, su entrelazamiento, generando construcciones. Como una verdadera arquitectura cuyo elemento es la figura humana, aunque podría ser cualquier otro. Pero en definitiva es la figura humana lo que me conmueve. Creo que los elementos formales con que uno trabaja, figura humana, naturaleza muerta o paisajes son simplemente excusas, son los puntos de conmoción personal. En mis caso no hay otro elemento que no sea la figura humana, que me conmueva para generar una obra. Por eso esas líneas de tensión y la continuidad de las formas me llevan siempre a formas nuevas, absolutamente arbitrarias, surgidas del manejo de las luces, que no obedecen a una lógica de iluminación artificial o natural. - ¿La obra supone un proceso de teatralización previa? - Yo vinculo mucho el crear con el creer. Es un caminar absolutamente incierto, donde lo apasionante es intentar cada vez una respuesta, que uno sabe a priori que va a ser infructuosa. Responde a un desgarro, que por suerte puedo expresar a través de la imagen. Esto genera en mi una relación de desprendimiento con la obra terminada y hay una vivencia de fusión muy grande. No sucede siempre, pero siento a veces que puedo ser un fragmento de determinada obra. Y paso a ser un instrumento al servicio de expresar lo indefinible, algo que una vez terminado necesito casi en forma imperativa apartar. La teatralización o el planteo del porqué estas estructuras con estos cuerpos, esta suerte de estructura escenográfica o de danza, fue surgiendo de manera imprevista. Estaba buscando trabajar con alguien de particular plasticidad, y a través de un periódico establecí un contacto con un modelo que tenía mucha experiencia como mimo y técnicas corporales, formaba parte de un grupo de teatro que básicamente trabajaban con el cuerpo. Los conocí, concertamos, y llevamos ya tiempo de trabajo juntos. - ¿Cuál es la técnica de ese trabajo con actores y cómo continúa la serie? - Me apasiona poder generar todo desde el principio al fin, con algunas etapas que no dependen totalmente de mi. Concibo las formas a priori. Por ejemplo trabajé con la noción de continuidad y entrelazamiento de cuerpos jugando con un vacío central ( que luego fue circundante). Hay una etapa de captación de la idea por parte del grupo y luego desde la cámara, que no la manejo yo. Mi desesperación es capturar la estructura. Trabajo con fotos en blanco y negro con la idea de capturar esa estructura desde todos los puntos posibles, a ras del piso, arriba, abajo. La idea de estructuras macizas devino en un proceso donde surgió un eje y el resto de las figuras girando o tendiendo a.... Otras plantean retorcimientos de la línea sobre si misma, cuerpos entrelazados girando sobre si mismos, surgen así fragmentos en los que no es posible reconocer si pertenecen a un cuerpo o a otro. Esta última serie surgió en muy poco tiempo, alrededor de cuatro meses y lo que resta podría integrar la idea central de la fuga, escorzo absoluto o círculo de cuerpos entrecruzados como eje central. Pero será el material el que tiene la última palabra de inspiración. Julio Pagani Paleta reducida y cuerpos despojados Ana Negro trabaja casi sin color, aunque el gris de Paine con su estructura de pátina, el blanco, el oro y unos sugestivos verdes son sus favoritos para esta pintura restallante, casi escultórica en su resolución.. Ella desea "el máximo despojo, la mayor concentración, conservar la mayor esencia posible, dramatismo y tensión". En un coloquio casi filosófico o religioso señala que " la forma es la norma y la medida, la forma del dibujo es la ética, ella va caminando adelante y el color la acompaña". Ella descubrió estos secretos desde la infancia cuando ya dibujaba y pintaba y acompañaba a su padre, un dibujante textil de refinados trabajos sobre poliester. Hasta que la disyuntiva arte y biología la tuvieron como médica oncóloga, ahora decidida a ver en la tela el vehículo de sus emociones. Dice haber dibujado modelos como si los palpara. Esa devoción por el cuerpo ahora está pintada. Se trata de una obra que conmovió el mundo de la plástica y la danza, entre otros. Ella dice que " hay poco que parezca serio y osado, más allá de los preceptos establecidos". Sabe que una obra es como una confesión: "el inmenso dolor es lo que me hace pintar". |
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