Jueves 15 de mayo de 2003

  Habermas ganó el premio Príncipe de Asturias
 

Es un filósofo destacado en ciencias sociales. Lo recibe por su compromiso.

 
Jürgen Habermas, un filósofo alemán comprome-tido con la investiga-ción y reflexión crítica sobre las teorías de la sociedad moderna.
Oviedo, España (dpa) - El filósofo alemán Jürgen Habermas, el representante más importante de la segunda generación de la Escuela de Francfort, fue galardonado ayer con el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales en la ciudad española de Oviedo. La decisión del jurado fue unánime.
El "compromiso" del alemán "con la investigación y la reflexión crítica sobre las teorías de la sociedad moderna y los problemas del hombre actual, en busca de soluciones prácticas para el impulso de la democracia presente y futura" le hicieron merecedor del premio, según destacó el jurado al dar a conocer el fallo.
El intelectual alemán, nacido en Düsseldorf en 1929, acogió el veredicto con gran satisfacción. En unas declaraciones distribuidas por la Fundación Príncipe de Asturias, que otorga el premio, Habermas recordó sus visitas a España y a los escritores españoles Juan Goytisolo y Jorge Semprún y aprovechó la ocasión para realizar observaciones sobre la situación política en el país. "Espero que la brecha que se ha abierto en los pasados meses entre la población española y su gobierno se cierre pronto", señaló después de haber subrayado que "quizá" fueron los españoles los que, con las masivas manifestaciones del 15 de febrero contra la guerra de Irak, "más contribuyeron al surgimiento de una opinión pública europea".
Sobre una iniciativa conjunta con el filósofo Fernando Savater, el intelectual alemán señaló: "Queremos llamar a nuestros gobiernos a iniciar en el núcleo de Europa -en España, Francia, los países del Benelux, Alemania e Italia- una política exterior europea común".
La candidatura de Habermas, considerado el gran continuador de la tradición filosófica de Kant y Hegel, había sido presentada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo y la Fundación Internacional Yehudi Menuhin. El autor de "Teoría de la acción comunicativa" (1981) ya había estado nominado al premio anteriormente.
Es un "ejemplo de saber humanista y cosmopolita y, por ello, una cumbre del pensamiento de nuestro tiempo", destacó el jurado, presidido por el presidente de la Xunta de Galicia (gobierno regional), Manuel Fraga, quien tras dar a conocer el fallo subrayó que "la evolución de su pensamiento" lo coloca "a un nivel completamente fuera de serie".
El mundo de la filosofía en España acogió también el fallo con gran satisfacción. Savater, quien dijo sentirse "deudor" del alemán, resaltó que éste es sobre todo "un pensador del orden social". Para el filósofo Manuel Reyes Mate, otorgar el premio a Habermas es algo "merecido por la calidad y la cantidad de la obra".
Junto al pensador había quedado finalista el historiador peruano Guillermo Lhomann Villena. Entre las 24 candidaturas de 13 países que se presentaron en esta edición estuvieron también el jurista ecuatoriano Rodrigo Borja Cevallos y la economista brasileña Ana Lucía Kassouf.
El galardón de Ciencias Sociales es el tercero de los que se fallan este año, tras el de Comunicación y Humanidades y el de Letras, de un total de ocho. Los Premios Príncipe de Asturias se entregan anualmente desde 1981.
El premio, que el año pasado ganó el sociólogo británico Anthonny Giddens, está dotado con 50.000 euros (unos 55.000 dólares) y la réplica de una estatuilla del artista catalán Joan Miró. Se concede como reconocimiento a personas o instituciones cuya labor creadora o de investigación haya sido de relevancia en el desarrollo de las Ciencias Sociales en beneficio de la humanidad.

Un pensador de la igualdad social y la democracia

Berlín (dpa) - El Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales de este año, Jürgen Habermas, es sin lugar a dudas el filósofo alemán más sobresaliente de la actualidad. En las últimas décadas, ha influido como pocos en el debate público sobre el cambio social y ha defendido con ímpetu el establecimiento de un sistema democrático de firmes fundamentos basados en la igualdad y el equilibrio social.
El crítico pensador nació en Düsseldorf hace 73 años y estudió Filosofía, Psicología, Literatura y Economía en las universidades de Gotinga, Zurich y Bonn. Sin embargo, su "hogar intelectual" lo encontró junto al río Meno, en la llamada "Escuela de Francfort", fundada por Theodor W. Adorno y Max Horkheimer.
En 1964 acabó asumiendo de este último la cátedra de Filosofía y Sociología en el Instituto de Investigación Social de la metrópolis germana, desde la que el grupo de sociólogos y filósofos trataron de desarrollar a través de su llamada "teoría crítica" un pensamiento social neomarxista con independencia más allá de los partidos. Es considerado el representante más sobresaliente de la segunda generación de filósofos de dicha escuela de pensamiento, además de un gran continuador de la tradición filosófica de Kant y Hegel.
Habermas empezó a influir y adquirir relieve público mientras se gestaba el movimiento estudiantil del 68, del que fue un precursor. Sin embargo, pronto tomó distancia frente a la mayoría de los estudiantes más radicales y llegó a calificar su postura de "fascismo de izquierdas". El conflicto escaló hasta tal punto que un grupo de universitarios llegó a ocupar el Seminario de Sociología, dirigido por aquel entonces por el intelectual.
El alemán acusó a algunos líderes estudiantiles de no ser fieles a la Constitución. Habermas quería sustituir el nacionalismo por un "patriotismo constitucional", es decir, por la identificación con los principios de libertad y justicia constitucionales y por las reglas de juego del Estado democrático. Con ello, trató de renovar el sentimiento nacional alemán limpiándolo del pasado nazi, un trauma todavía no resuelto en el país.
En sus escritos, traducidos a más de veinte idiomas, entre ellos su obra maestra "Teoría de la acción comunicativa" (1981), una referencia fundamental de la filosofía práctica contemporánea, el autor retoma una y otra vez temas como la unión entre el poder estatal y el proceso de formación de la opinión pública, la civilización del dominio político y la comunicación igualitaria en el proceso democrático.
Habermas se retiró de la docencia universitaria en 1994. Sin embargo, también a partir de entonces continuó interviniendo en público y tomando posición sobre temas políticos y de actualidad. Así, por ejemplo, en 1998 se mostró crítico con la elección del gobierno "rojiverde" de Gerhard Schroeder y consideró que éste apenas tendría ningún espacio de acción. Le recomendó llevar a cabo una política solidaria con Europa.
Mientras, hace apenas un mes, acusó a Estados Unidos de, con la guerra de Irak, haber dejado de ser una "potencia garante del derecho internacional" debido a su "actuación que viola el Derecho Internacional". "Justamente, el núcleo universalista de la democracia y los derechos humanos es el que prohíbe la imposición unilateral a sangre y fuego", escribió en el diario "Frankfurter Allgemeine".
El artículo fue una crítica indirecta al Premio Príncipe de Asturias de la Comunicación del año pasado, Hans-Magnus Enzensberger, quien en las páginas del mismo rotativo había roto días antes una lanza en favor de Washington y resaltó el éxito de los estadounidenses al haber derrocado a Saddam Hussein.
Críticos y seguidores resaltan sus grandes conocimientos históricos y su extraordinaria erudición sobre su propio tiempo. Según el anterior Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales, el británico Anthony Giddens, resulta "imposible no sentirse impresionado por el campo enciclopédico de la discusión de Habermas".

   
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