La flamante ley de "Fomento de la actividad privada en actividades culturales" permitirá obtener fondos que permitan financiar sus iniciativas a los artistas e instituciones culturales. Los proyectos deberán ser declarados de interés cultural y tendrán que ser aprobados por un Consejo de Mecenazgo.

Los artistas rionegrinos recibirán financiamiento a través de la nueva ley.

VIEDMA (AV).- Los actores culturales de Río Negro tendrán una importante herramienta para la financiación de sus actividades, con la implementación de la flamante ley de "Fomento de la actividad privada en actividades culturales".
La Legislatura rionegrina aprobó días atrás en segunda vuelta el proyecto del diputado barilochense Iván Lazzeri, que propone la creación de un instrumento que incentiva la financiación de proyectos y actividades culturales por parte de aportes privados, mediante incentivos fiscales.
Como toda norma legislativa, la enunciación de sus objetivos se verá reflejada en la realidad mediante la consecución de una reglamentación acorde con su espíritu, y con la ajustada aplicación por parte del Poder Ejecutivo.
La ley establece que personas físicas o jurídicas pueden realizar aportes -en dinero o recursos- "para la generación, conservación, enriquecimiento y difusión de bienes y servicios culturales", que luego pueden deducirse en hasta un 10 por ciento de la alícuota correspondiente del Impuesto sobre los Ingresos Brutos.
De esta manera se financiarán distintos proyectos que serán seleccionados y fiscalizados por el Consejo Provincial del Mecenazgo -un ente a crear para tal fin-, que según la letra tendrá una prioritaria y mayoritaria participación de los actores culturales de la provincia, distribuidos en forma geográfica equitativa.
La norma establece que podrán acceder a estos beneficios tanto autores de obras culturales -en un sentido amplio y que queda sujeto al arbitrio de la autoridad de aplicación-, como asociaciones, fundaciones, cooperativas y entidades sin fines de lucro.
Los artistas deberán residir en la provincia -los extranjeros deberán acreditar tres años de residencia- y mostrar aprobada idoneidad en su especialidad, mientras que las entidades deben tener en sus estatutos la precisa designación de consecución de objetivos culturales o artísticos.
Como primer paso, el proyecto, plan o programa que quiera recibir los beneficios deberá obtener la calificación de Interés Cultural por parte de la Dirección General de Cultura, y luego el Consejo Provincial de Mecenazgo emitirá dictamen acerca de los proyectos que le sean puestos a consideración.
Según la fundamentación de la ley se procura que los beneficios a favor de los creadores de la cultura, se otorguen en función de un proyecto y no a título personal o institucional "con el objeto de evitar el desvío de los fondos o la tentación de alusiones impositivas contrarias al espíritu de la norma propuesta".
Así, se proyecta que los beneficiarios envíen su propuesta a la Dirección de Cultura, se la somete a una aprobación técnica y queda sujeta al dictamen del Consejo de Mecenazgo. Si pasa el examen, los creadores reciben un certificado de "calificación", con el que pueden a dirigirse al sector privado para requerir que se patrocine su proyecto.
Por otro lado, la ley establece la figura de un Fondo Provincial Solidario para el fomento de la Cultura, que podrá conformarse con aportes de privados, del Poder Ejecutivo provincial y nacional y de organismos multilaterales de crédito, con el que el Consejo de Mecenazgo podría financiar directamente y por sí las propuestas que considere relevantes.

A la espera de la reglamentación

El proyecto del legislador Iván Lazzeri transitó durante dos años los vericuetos legislativos. Inspirada en el proyecto de Mecenazgo de Luis Brandoni y experiencias similares en Chile y Brasil, la ley provincial de "Fomento de la actividad privada en actividades culturales" finalmente fue aprobada.
El autor de la norma explicó que "a la desinversión del Estado en el área cultural, por lo menos se la puede subsanar de esta manera, aunque creo que nada puede reemplazar al Estado en el fomento de la actividad cultural. Pero es una manera de encontrar un subsidiario cuando el Estado desaparece, cosa que en los últimos años ha pasado con más frecuencia de lo deseable".
Lazzeri explicó que "el proyecto estaba muy demorado, enredado, tenía muchas opiniones, sobre todo del área de Hacienda, que tienen una visión fiscalista que prioriza la recaudación", y que "el desafío, de ahora en más, es la reglamentación de la ley".
- ¿A partir de ahora queda en manos de la Dirección General de Cultura?
- "Yo desearía que no. Uno no legisla pensando en quién es funcionario de aplicación, sino en términos ideales. Yo creo que la reglamentación tiene que hacerse en la Secretaría Legal y Técnica, en el Ministerio de Coordinación, lo que nos daría la posibilidad de participar a quienes tenemos interés en que la ley sea realmente operativa".
"Yo no recojo la mejor de las opiniones sobre la dirección de Cultura -y acá no estoy virtiendo un juicio propio- pero me parece que es una gestión polémica, que genera problemas en todos lados. No creo lo más adecuado poner en manos de esa Dirección la reglamentación de la ley. Después, en lo operativo, yo no puedo elegir al director de Cultura. Si el gobernador Verani lo eligió, roguemos que haga las cosas de la mejor manera posible."
"El resguardo de la Ley está en la participación de los artistas de las distintas zonas de la provincia, y que tengan tanto peso en el Consejo como para decidir qué proyectos son aprobados", aseguró el legislador barilochense, y brega para que "la Secretaría conduzca realmente la reglamentación y que no la ceda al exclusivo arbitrio del director de Cultura".
Asimismo explicó que "la conformación definitiva del Consejo queda sujeto a lo que resulte de la reglamentación. Es difícil encontrar una medida justa que incluya a todos los que debieran estar y que por el otro lado sea operativa. Entiendo que cuando más chica, será más operativa y menos burocrática". (AV)