Martes 6 de mayo de 2003

 

¿Qué se supone que están bajando?

 

Madonna inició una agresiva campaña destinada a los fans para advertirles que no bajen su nuevo álbum gratuitamente de Internet. Mientras tanto, la industria de la música busca controlar un fenómeno que está lejos de desaparecer.

 
Madonna no es precisamente un alma en paz cuando se trata de dinero.
San Francisco (dpa).- Madonna alcanzó el primer puesto de los rankings con su nuevo álbum, "American Life". Pero para millones de fanáticos que bajan música de Internet con servicios como Kazaa o Morpheus, la cantante, que suele manifestar cuantas veces puede su profunda espiritualidad, no aparece justamente como una santa. Cuando tratan de bajar sus canciones de Internet, se les aparecen archivos en los que Madonna los increpa enojada: "¿Qué mierda crees que estás haciendo?".
Esta acción agresiva es una muestra de cómo la industria musical está comenzando a mostrarse asustada y agresiva para combatir la explosión del libre comercio musical en Internet. Sin embargo, a pesar de su alto puesto en los rankings, con su táctica online a Madonna puede haberle salido el tiro por la culata.
Poco después de descubrir el agresivo archivo, fans indignados violaron su página web para poder bajarse gratis todo el álbum. Algunas almas creativas utilizaron la ruda diatriba incluso como pieza central de nuevos temas electrónicos que suenan casi tan bien como los ritmos tecno del nuevo álbum.
Parece poco probable que esta dura acción evite otras acciones similares por parte de la industria discográfica para evitar que se bajen canciones de Internet. Cada vez más, la Asociación de la Industria de Grabación de Estados Unidos (Recording Industry Association of America, RIAA) está fijándose como objetivo a los usuarios individuales más que a las páginas web en sí mismas.
Esta semana, enviaron millones de mensajes de advertencia a los usuarios, sacando provecho de los foros de chateo de estas páginas. Las advertencias señalan que los usuarios que bajen música corren riesgos legales y se apoyan en las noticias del jueves pasado, según las cuales cuatro estudiantes fueron condenados por ofrecer cientos de canciones para bajar de Internet, quienes pagarán entre 12.500 y 17.500 dólares para cerrar el caso.
La inclinación a castigar a los individuos por separado fue reforzada por una decisión de una corte de la semana pasada, en la que el juez de distrito estadounidense Stephen Wilson sostuvo que, a pesar de que los usuarios de la red cometen plagio cuando realizan copias no autorizadas, las redes en sí no son responsables porque sus tecnologías tienen otros significativos usos legales. Este puede parecer un argumento bastante engañoso, pero de acuerdo con el sitio de noticias Wired.com, se comercian más archivos pornográficos en estas redes que música. Wired.com señaló que los comerciantes de pornografía tienen pocas objeciones a este comercio, ya que gran parte de él conduce a nuevas suscripciones a sus sitios.
Hasta ahora, la industria musical no encontró una estrategia eficaz para detener a los millones de amantes de la música que usan este sistema.
Recientemente fueron creados los servicios competidores como Pressplay, MusicNet y Rhapsody, que permiten a los fanáticos de la música bajar sus canciones favoritas. Sin embargo, hasta ahora tuvieron poco éxito, ya que la mayoría son demasiado caros, requieren suscripciones mensuales e incluyen varias restricciones sobre cómo pueden transferir los usuarios canciones a otras máquinas.
   
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