Jueves 29 de mayo de 2003
		Se aleja una política exterior común
		El sueño de los países de la Unión Europea de hablar con una sola voz en materia de política exterior tras la crisis de Irak no se hará realidad si se aprueba el proyecto de Constitución presentado el martes. Con esta propuesta, que contempla seguir tomando decisiones en esta materia por unanimidad, los países podrían seguir bloqueando las que no acepten y mantener así su poder en la Unión. Esto no simplificaría los trabajos de la UE, lo que los Quince pretenden cuando el próximo año reciban a 10 nuevos miembros. El objetivo de una política exterior común, que los Quince dicen alcanzar sobre todo después de la crisis de Irak que ha sacado a la luz las profundas divisiones entre los miembros de la UE, queda pues lejos. Sin embargo, la UE podría dar pequeños pasos al respecto si aprueba la propuesta del martes pasado por la cual los mandatarios europeos pueden pedir que se tome una decisión concreta por mayoría cualificada, método al que quieren tender los Quince para que tras la ampliación no se produzca un bloqueo sistemático de propuestas. La posibilidad de que el nuevo tratado constitucional incluya el nombramiento de un ministro europeo de Relaciones Exteriores podría facilitar la tarea de coordinar posiciones de los socios europeos en materia exterior, pero esto depende de las atribuciones que se le den. A partir de este proyecto, los Quince deben negociar a partir de setiembre y hasta diciembre este nuevo tratado europeo que recogería todos los anteriores y en principio debe mejorar el de Niza, que entró en vigor en febrero de este año y no cuenta con las reformas suficientes para que la UE funcione con 25 o más miembros. El proyecto presentado no incluye la reforma de las instituciones, que todavía debaten los 105 miembros de la Convención y en la que entra en juego de nuevo el poder de los países miembros, de la Comisión Europea y el Parlamento. La posibilidad de que la UE se dote de un presidente durante unos cuatro años que sustituya la actual presidencia semestral y de un canciller, cada vez está más aceptada, pero el debate se centra en el poder que se les daría. (AFP)
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