Domingo 13 de abril de 2003

 

Pioneros de la enseñanza secundaria

 

La Escuela San Martín, a 60 años de su fundación.

 
Arriba: La primera promoción de alumnos de la escuela, que funcionó en el actual edificio de la asociación cultural Conrado Villegas, con docentes y directivos. Más abajo: el primer año del comercial, en 1944.
Sara Izaguirre: "El hombre está preparado para perfeccionarse".
NEUQUEN (AN).- La historia del actual Instituto de Formación Docente 12, General José de San Martín, es la de los edificios donde funcionó, pero también es la de la necesidad de los neuquinos de seguir sus especializaciones tras los estudios primarios. El viernes se realizó el festejo principal, con el primer director y fundador, Domingo Sierro Yáñez, Inés Calderón de Pojmaevich y otros. Fernando Rajneri, que fue su primer profesor de educación física, estuvo invitado al acto, en el cual fue representado por su esposa.
En 1943, los alumnos más aplicados optaban por cursar dos veces consecutivas sexto grado -último año de la educación primaria en esa época- como una manera menos resignada de entregarse a la imposibilidad de continuar estudios regulares, ya que en la ciudad de Neuquén, la capital del entonces territorio nacional homónimo, todavía no había una escuela secundaria.
Las actas de la escuela registran exámenes de alumnos aplicados que decidían "repetir el grado de manera voluntaria" para reafirmar conocimientos porque de eso se trataba.
La escuela secundaria más cercana estaba en General Roca y muchos decidían viajar a Buenos Aires para continuar sus estudios.
La primera huella del origen de la escuela data del 25 de febrero de 1943. Se trata de la Escuela Nacional de Enseñanza Técnica Anexo Comercial y Profesional de Mujeres, que funcionó en el edificio de la Cooperativa Escolar Conrado Villegas -y de la actual asociación cultural del mismo nombre-, y dependía de la Escuela Nacional de Artes y Oficios de General Roca. Sierro Yáñez, su director, tenía 20 años. A las clases, que se iniciaron el 12 de abril, asistieron 41 alumnos.
Según los testimonios de la época, "la sede se tornó inapropiada para el desarrollo de las actividades". En busca de mayor espacio y comodidad, la escuela comenzó su peregrinaje por diferentes edificios de la ciudad.
El siguiente destino fue el Hotel Confluencia, donde ahora funciona el Banco de la Provincia de Neuquén, en avenida Argentina e Independencia. Luego, se instaló en donde había sido la sede de la escuela 61, en Onésimo Leguizamón y San Martín; y después, en el local donde había funcionado la Comisaría Primera, en Láinez al 300.
En 1946, ya con el nombre de Escuela Nacional de Comercio, el establecimiento educativo comenzó a funcionar en Santiago del Estero 246. Olimpia Parola de Krausse estuvo a cargo de la dirección, y en 1947 propició la creación del bachillerato.
El establecimiento recibió el nombre definitivo de General José de San Martín recién en 1950 designado "Año del Libertador". Sumaban 312 alumnos entre los que cursaban la orientación de comercio y bachillerato, según una investigación de Katia Obrist.
Sara Izaguirre, ex alumna y docente de la escuela dice que "las nuevas generaciones de egresados comenzaron a influir en la vida diaria de la ciudad. Los peritos mercantiles colaboraron con un crecimiento acelerado en las transacciones comerciales. Había más elementos y herramientas intelectuales como para que esto fuera así". En 1962, como anexo comienza a funcionar la carrera de magisterio, en las instalaciones de la escuela 201, en Salta y Belgrano. Ocho años más tarde, en junio de 1970, se inauguró el actual edificio.
Estela Franchi, hoy docente del establecimiento pero también encargada de recopilar gran parte de la historia del establecimiento en una investigación, rescata el "papel de la escuela contribuyendo durante 60 años al desarrollo de la ciudad como un centro neurálgico y cultural. La historia de la escuela es la de la valorización del conocimiento. La de la lucha contra el entorno y las dificultades, en pos del conocimiento".

Recuerdo de la primera promoción

NEUQUEN (AN).- Sara Izaguirre pertenece a la primera promoción de egresados de la Escuela San Martín en 1947. En 1943, tres de sus hermanas eran pupilas en la provincia de Buenos Aires, y allí también parecía estar su futuro, del cual sólo se salvó por la nueva escuela.
Dueña de una memoria prodigiosa, narra casi con la velocidad de la luz cómo su vida estuvo ligada al establecimiento desde que nació como Escuela Nacional de Enseñanza Técnica Anexo Comercial y Profesional de Mujeres, hasta la época del edificio actual, donde estudió una de sus hijas.
"En esa época -dice- las mejores alumnas quedaban como preceptoras. Al mismo tiempo éramos preceptoras y alumnas. Cuando terminé la secundaria, quedé como secretaria y luego como prosecretaria. También di clases de contabilidad y matemática. Varios años después, me ofrecieron la dirección de la escuela, que había quedado vacante. Pero no acepté." La atención que le demandaban sus cuatro hijos, y su carrera en el aula pudieron más.
"No nos alcanzaría un mes para contar los recuerdos", dice. "Pero hay cosas que me impactaron mucho de esta promoción, y que no podría olvidar: el sacrificio que nos identificó, la unidad y el compañerismo". Lee en un tono dulcísimo, en su casa, anotaciones de un viejo block: "La promoción de 1947 no conoció la calefacción, pero en sus aulas no se sintió el frío. Sus profesores hicieron dedo en el camino con temperaturas bajo cero, pero no llegaban tarde. Mi reflexión: el hombre está preparado para perfeccionarse, este camino es tan largo como cada uno lo decida. Que nunca se sienta el frío en las aulas de la vida. Yo rescato mucho eso".
   
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