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Un día tranquilo. Poco ruido y menos movimiento se vio en la capital neuquina. Dos bicipolicías recorren sin apuros las calles de la ciudad. Al lado, dos jóvenes van camino del "fulbito" dominical.
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Corresponde si hay uno cerca. Lo había en Neuquén para el diputado Jorge Taylor que, inmediatamente después de votar, acompañó el recuerdo de su decisión con un mate amargo.
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Una postal de la política nacional en Neuquén. En primer plano, una joven de espaldas, de pelo largo y tomado. Atrás, dibujados sobre una pared, los rostros de Federico Brollo y Jorge Sobisch. ¿El local? De Carlos Menem.
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La verdad es que no me alcanzan las manos, querida. Ella, vestida con elegancia para la ocasión, no quiso dejar a los "pichichos" en casa y juntos, en armonía, sin ladridos ni mordiscos raros, fueron a votar. Aunque para poner el papel en la urna tuvo que pedir ayuda. Atención con el detalle: uno lleva moñito, el otro pañuelo al tono.
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Sobre un breve murallón neuquino empapelado de afiches con propaganda política, un adolescente hace piruetas con su monopatín. Abajo, la sonrisa de Adolfo Rodríguez Saá aguanta la indiferencia generacional del chico ante las elecciones.
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Acaban de pasar las seis de la tarde. La votación finalmente terminó y los partidos sacan cuentas. De fondo, una panorámica de la capital neuquina, donde el domingo vuelve a tomar su ritmo normal.
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