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Lunes 21 de abril de 2003 | |
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Reyes del contraataque |
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| Vassily Smyslov, campeón mundial en 1957, dijo alguna vez que "en el ajedrez, como en la vida, el adversario más peligroso es uno mismo". El ruso sabía que las partidas las gana el que comete el penúltimo error, como parecen saberlo varios políticos rionegrinos que confían más en sus virtudes para aprovechar acciones ajenas que en su capacidad para planificar estrategias ganadoras basadas en la iniciativa propia. No arriesgan más de la cuenta. Se mueven con sigilo. Estudian al adversario y cuando advierten una falla frente a sus narices despliegan su maquinaria. Desde que se preguntó por primera vez si Roca elegirá autoridades municipales el mismo día que las elecciones provinciales la ciudad se convirtió en un tablero de ajedrez. Y desde que comenzó la partida se supo que ninguno de los jugadores -Pablo Verani y Ricardo Sarandría- moverá una pieza antes de tiempo. El riesgo de hacerlo es tan alto que puede significar la inmediata derrota. Y mientras mantienen silencio, piensan en el contraataque a emplear si el oponente se decide por una u otra jugada. ¿Cuáles son los escenarios posibles? Si la fecha de elecciones municipales se conoce primero, el gobierno provincial podría fijar el mismo día para su renovación de autoridades. Entonces Verani daría impulso a su cada vez menos negada candidatura a intendente y, con una holgada victoria casi asegurada, "arrastraría" votos hacia el hoy alicaído en los sondeos Miguel Saiz. El radicalismo rionegrino ya sabe lo que es ganar una elección a partir de los votos roquenses y por eso aparece agazapado ante la posibilidad de poder unir los comicios provinciales con los municipales. La posición de Sarandría es hoy un tanto más cómoda. Cuando le consultaron la semana pasada cuándo votarían los roquenses se sonrió y después... patada larga y afuera. "Es algo que todavía no está definido", dijo por enésima vez. Lo único que precisó fue que, tal cual lo indica la Carta Orgánica, irían solas, es decir que ese día sólo se votará en la ciudad para intendente y concejales. El argumento de la Carta Orgánica es válido, pero suena extraño en boca de alguien que llegó a la intendencia con una buena cuota de "arrastre" por los votos que en 1999 captó la Alianza de Fernando de la Rúa y "Chacho" Alvarez. Ahora bien, es cierto que Sarandría puede jugar a esperar que el tiempo se agote para Verani. Su plan marca que recién después de que al gobernador no le quede más alternativa que fijar la fecha de los comicios provinciales él salga a anunciar que en Roca se elegirá jefe comunal dos, tres o vaya a saberse cuántas semanas más adelante. Sin embargo, la táctica del intendente puede complicarse si los días pasan y el tablero permanece inmóvil. Al ritmo que están marchando los acontecimientos, el nuevo gobernador recién se conocería allá por agosto y en consecuencia las elecciones locales serían entre fines de setiembre u octubre. Parece bastante tiempo de diferencia, pero no como para lavar la imagen de una derrota y ponerse una vez más el traje de candidato. ¿Por qué? Porque Sarandría juega hoy a dos puntas: posible candidato a vicegobernador por el MARA y posible candidato a la reelección como intendente. A Eduardo Rosso no le caería del todo bien que una vez anunciadas las elecciones provinciales Sarandría lo deje plantado porque la fecha quedará muy cerca de las locales y la disyuntiva lo lleve a buscar una segunda gestión en la comuna. Si toma el otro camino y acompaña a Rosso la batalla será muy dura, porque las encuestas no los ubican hoy ni siquiera en los tres primeros puestos. Y presentarse en los comicios municipales con el Movimiento de Apertura Democrática, su recientemente creado partido vecinal, luego de haber acusado el golpe en la provincia podría significar dos caídas en poco tiempo. De allí al abismo político, un paso. Así se muestra hoy el tablero en Roca. A cada lado hay reyes y en ellos va al espíritu del ajedrecista, porque de su vida depende la partida. Claro que los monarcas no están solos. A su lado hay alfiles, que conocen eso de cortar camino para llegar al objetivo. Más allá, los caballos, que en sus saltos tienen autorizado pisar cabezas para ganar terreno. Las más alejadas de los reyes son las torres. Será porque son las únicas que sólo caminan "derecho". De los que pocos se acuerdan son los peones. Esos que más batallan pero que siempre abandonan primero el juego. El reloj tiene cada vez menos arena. En Roca nadie mueve fichas. Nadie quiere convertirse en el peor adversario de uno mismo. Hugo Alonso |
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