Lunes 14 de abril de 2003

 

Polémicos

 
  El diccionario de Real Academia Española explica a la "polémica" como el "arte con que se enseña los ardides con que se debe ofender o defender cualquier plaza".
Varias páginas antes, se aclara que "arte" es la "virtud, disposición y habilidad para hacer alguna cosa".
Durante los últimos días quedaron en evidencia los incontables errores que conllevan las expresiones habituales de los argentinos con respecto a la lengua madre de su vocabulario.
En todos los medios de comunicación de Roca, incluido el que usted lee ahora, se destinaron minutos y oraciones a dos "polémicas".
Una, la que protagonizó el intendente Ricardo Sarandría con las juntas vecinales. La segunda, derivada de la renuncia de Raúl Abaca al Concejo Deliberante y la consecuente vacante en la Presidencia del cuerpo legislativo local.
Ahora bien, y recordando las definiciones del diccionario, ¿se trata de polémicas?
Como institucionalizó un técnico de fútbol, vamos paso a paso:
Las juntas vecinales llegaron el lunes al municipio mostrando una bandera: la igualdad para todas las comisiones barriales, porque advertían que las autoridades comandan acciones discriminatorias e incluso atentan contra los grupos elegidos democráticamente. Esa era su plaza a defender.
Ocurre que al momento de demostrar el arte para polemizar, la bandera con la que habían llegado fue arriada, para que algunos -no todos- izaran una ya conocida en la Roca de los últimos meses: como los responsables del Poder Ejecutivo no son veranistas todo lo que hace el municipio está mal.
El municipio hace muchas cosas mal, con funcionarios que rayan lo autoritario, pero puede exhibir saldos a favor en distintos ámbitos y uno de ellos es precisamente el de haber normalizado las juntas vecinales, abriendo la puerta a la participación comunitaria.
Además, no puede olvidarse que la llegada en masa del Consejo de Juntas al edificio comunal no fue algo espontáneo. Unos días antes se llamó a los medios para quejarse por los "atropellos" que estaba sufriendo el presidente de la junta de barrio Mosconi y apenas unas horas después circuló un comunicado en el que los titulares de varias comisiones se quejaron por la suciedad en los espacios verdes o descampados.
Esto y aquello puede ser cierto, no está en discusión, pero cierto también es que tantas embestidas juntas son llamativas. Por eso queda la sensación de que la intención de muchos dirigentes no era la polemizar, en el sentido real de la palabra, para mejorar la vida en sus barrios sino alborotar el avispero político.
Segundo tema "polémico": la sucesión de Abaca en el Concejo.
Las dos posturas enfrentadas: unos dicen que Rodolfo Romero debe ser el presidente, otros alegan que la máxima responsabilidad tiene que recaer en Cintyha Hernández.
¿Con qué avala cada sector su opinión? Los primeros con el Reglamento Interno del Concejo, que delega en el vicepresidente primero del cuerpo (Romero) las funciones y deberes del presidente ante la ausencia de éste.
El resto muestra el artículo 32 de la Carta Orgánica, que fija el cargo de presidente para el primero en la lista de candidatos a concejales del partido que gane las elecciones. "Sin Abaca, la primera es Hernández", dicen.
Otra vez aparece la duda sobre las virtudes para defender una plaza, porque la cuestión debería contar con un debate, pero breve.
Convengamos que no se está decidiendo el futuro de la ciudad con esa designación. Entonces no se entiende por qué hay tantas idas y vueltas sobre algo que debería estar resuelto desde los instantes posteriores a la renuncia de Abaca.
En realidad sí se entiende y la respuesta debe hallarse en la pobrísima cuota de habilidad que demuestran algunos concejales para definir sobre qué polemizar en serio y sobre qué no.
Más allá de la decisión final, hay un dato concreto a tener en cuenta. Si la Presidencia queda en manos de Hernández, algo de beneficio habrá para la ciudad.
¿O alguien se olvida que Hernández el año pasado renunció a su sueldo en el Concejo luego del escándalo desatado cuando se supo que cobra otro salario en la empresa del estado provincial Transcomahue?
En esa época dejó de lado 1.000 pesos mensuales. El sueldo del titular del Concejo ronda los 2.200 pesos. En síntesis, unos 27.000 pesos ahorrados al año.
Sin dudas, un buen negocio que cualquiera que se precie de defensor de los intereses de los vecinos roquenses no puede dejar pasar.
Así pasó la semana en la ciudad. No fueron pocos los que se sintieron dentro de la polémica.
Pues no. Para polemizar primero hay que aprender el arte y acá no abundan polémicos de los buenos.
Acá lo que sobran son gallos cacareando.

Hugo Alonso
halonso@rionegro.com.ar

   
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