Lunes 28 de abril de 2003
 

Frenéticos movimientos con la vista en el ballottage

 

Menem espera el apoyo de los votantes de López Murphy.Kirchner siente como propios los votos de Carrió y de partidos chicos. La gran incógnita es qué hará Rodríguez Saá.

  BUENOS AIRES (ABA).- Todavía no se había terminado de votar cuando Carlos Menem ya había lanzado la campaña para el ballottage.
A las cinco de la tarde, con resultados de boca de urna fresquitos, el ex presidente comenzó una ronda de llamados desde La Rioja. "El acto de festejo que hagamos hoy tiene que ser el acto de lanzamiento para la nueva campaña. Preparen todo para hacer un gran anuncio", le pidió a Jorge Raventos, su vocero instalado en el hotel Presidente, en la Capital Federal. También llamó a Carlos Reutemann - "para intercambiar opiniones"-, y a Adolfo Rodríguez Saá. Hasta se comunicó con Néstor Kirchner a Santa Cruz para felicitarlo por la elección.
La idea del ex presidente era "oficializar" una sorpresa: que Reutemann aceptará ser su canciller, si triunfa el 18 de mayo.
El gobernador santafesino le había prometido un "compromiso personal" de su parte, siempre y cuando la competencia en la segunda vuelta fuera con Ricardo López Murphy. "Pero seré prescindente si también llega Kirchner", le advirtió el ex piloto. Ayer, Menem estaba seguro de poder convencerlo.

Las cuentas a futuro

Especulaciones, negociaciones y nervios convivían en los búnquer del menemismo y de Néstor Kirchner.
Los operadores de los dos finalistas repartían su tiempo entre festejos y cuentas hacia el futuro. Los menemistas reconocían que esperaban más votos, que le hubiesen facilitado la performance para el ballottage. Pero se mostraban optimistas en cuanto a las eventuales alianzas con los candidatos perdedores. "Nadie tiene la muñeca política del turco. Todos van a terminar arrimándose a este fogón", le dijo el inefable Armando Gostanian a "Río Negro".
En el comando de Kirchner, instalado en el hotel Panamericano, había un poco más de cautela. Las denuncias de fraude lanzadas por Alberto Rodríguez Saá, hermano del candidato del Movimiento Nacional y Popular, podrían entorpecer las negociaciones con vistas al 18 de mayo.
A pesar de su decepcionante actuación electoral, Adolfo Rodríguez Saá parece convertirse en la figura más buscada. "Sacó un magro porcentaje, pero esos puntos pueden ser muy útiles porque son votos cautivos. Quien arregle con Rodríguez Saá se llevará la gran mayoría de sus votos de la primera vuelta", explicó el consultor Jorge Giacobbe.

La estrategia duhaldista

En la casa de Gobierno de San Luis, los operadores del gobernador puntano aseguraban que están dispuestos "a escuchar ofertas".
Daniel Scioli cree que, finalmente, Rodríguez Saá apoyará a Kirchner. "Su programa era más parecido al nuestro que al de Menem. No creo que Adolfo termine apoyando a un candidato del neoliberalismo", señaló el candidato a vicepresidente. Sin embargo, las furibundas denuncias de fraude lanzadas por los Rodríguez Saá le apuntaban directamente al presidente Duhalde.
Kirchner descuenta que Elisa Carrió, que hizo un papel mejor al augurado por las encuestas, terminará respaldándolo. Y que también sumarían a los votantes que optaron por los candidatos "chicos", como el radical Leopoldo Moreau y el socialista Alfredo Bravo.
"Todos esos votos son muy útiles, porque pueden sumar unos 10 puntos", indicó Carlos Ben, vocero presidencial.
Los especialistas creen que Ricardo López Murphy no tomará partido para el ballottage. Y así lo dio a entender Roberto Starke, jefe de prensa de Recrear: "Nuestros votos son votos independientes. La gente eligió a López Murphy a conciencia, pero no creo que sea un manado que obedezca órdenes del candidato". Giacobbe respalda esa idea: "entre los que optaron por Recrear, hay quienes se sienten cerca de el plan económico de Menem, pero también hay quienes creen que la honestidad de Kirchner se acerca más a su pensamiento. Aunque la balanza se puede desequilibrar si hay un anuncio importante, como que López Murphy será ministro de Menem".
Los operadores de Kirchner, por las dudas, ya estaban en frenético movimiento cuando oscurecía en Buenos Aires.
El ex diputado Dante Canevarolo era el hombre de confianza del gobernador santacruceño para diseñar la política de alianzas. Las negociaciones con Rafael Romá, dirigente del ARI, estaban bien encaminadas. En tanto que Luis Lusquiños, operador de Rodríguez Saá, le prometió "hablar con el Adolfo cuando todo esto se serene".
   
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