Lunes 14 de abril de 2003
 

Más fiscales para investigar corrupción

 

Los fiscales de delitos contra la administración pública pasarán a ser cinco. Serán la oficina más grande de la Justicia neuquina, dedicada a investigar hechos de corrupción. La cantidad y complejidad de las causas que llegan allí llevó a tomar la decisión de reforzar el plantel. En tanto, siguen vacantes cargos considerados clave en la Justicia penal.

  NEUQUEN (AN)- La fiscalía de Delitos contra la Administración Pública incrementará de tres a cinco su dotación de fiscales, y se convertirá en el órgano más importante de investigación de los hechos de corrupción en la provincia.
Actualmente, la fiscalía DAP tiene un fiscal titular y dos adjuntos, que están desbordados por la cantidad y complejidad de las investigaciones a su cargo. Con ellos colabora buena parte del Servicio de Investigaciones de la Fiscalía (SIF), un cuerpo de oficiales que funcionan como policía judicial y no responden ni a la Jefatura ni al gobierno.
A finales del año pasado, después de los escándalos de corrupción en Centenario y de la cámara oculta, se tomó la decisión de reforzar la fiscalía que comanda Pedro Telleriarte, donde están radicadas por lo menos dos centenares de causas por presuntos hechos de corrupción.
En la última semana se elaboró un orden de mérito entre los aspirantes, y sólo falta la aprobación y designación formal por parte del Tribunal Superior de Justicia para que empiecen a trabajar.
La fiscalía DAP nació en agosto de 2001, cuando se resolvió especializar a los agentes fiscales según la clase de delitos. En esa época se crearon otras cinco agencias: General, Gestión Rápida, Robos y Hurtos, Homicidios y Delitos Complejos.
La especialización trajo sus beneficios porque permitió aumentar el índice de esclarecimiento de los hechos más graves, agrupó en un solo lugar los de menor cuantía y permitió concentrar los esfuerzos con mayor aprovechamiento de recursos humanos y técnicos.
Desde el comienzo, la fiscalía de Delitos contra la Administración Pública, también llamada anticorrupción, fue la que dispuso de mayor dotación de personal. Por el tipo de investigaciones que realiza, de alta complejidad e impacto en la opinión pública, se consideró conveniente incorporarle dos fiscales adjuntos en vez de uno, como tienen las demás.
El crecimiento incesante de las denuncias llevó ahora a tomar otra decisión: pasará a tener una planta de cinco fiscales.
Esta oficina es virtualmente la única encargada de investigar casos de corrupción, y deja en evidencia que todos los mecanismos de control previos fallan a la hora de detectar irregularidades en la administración pública.
De otra manera no se explica que, por ejemplo, el desmanejo con los planes de asistencia social en la municipalidad de Centenario recién se haya descubierto cuando alcanzaron niveles escandalosos y gracias a la intervención de la fiscalía DAP.
Ningún otro nivel del Estado fue capaz de descubrir esas irregularidades pese a que resultan evidentes a poco que se examinen con un mínimo de atención los documentos públicos de la intendencia que comandaba Luis Castillo.

Cargos vacantes

Por otra parte, el Tribunal Superior de Justicia debe designar tres nuevos funcionarios en puestos clave de la estructura del fuero penal: una fiscalía de Cámara en Neuquén capital, otra en Zapala, y un titular en la fiscalía de Homicidios.
También debe cubrir la vacante producida en el juzgado de Instrucción 1, aunque en este caso el TSJ tiene que remitir a su candidato a la Legislatura para que le aprueben el pliego.
De todos los cargos por cubrir, el más importante es la fiscalía de Cámara de esta capital que quedó vacante por la jubilación de Jorge Otegui.
Si las versiones que circulan en los Tribunales son ciertas, es muy posible que en ese lugar sea designado uno de los actuales jueces de Instrucción.
Algunas fuentes especulan que posiblemente la elección recaiga sobre un magistrado que haga contrapeso con el otro fiscal de Cámara, Ricardo Mendaña.
La relación de los fiscales en general y de Mendaña en particular con la mayoría de los jueces de Instrucción (y hasta con algunos camaristas) no está pasando por su mejor momento. Los separan sus opiniones divergentes sobre muchos temas, desde el proyecto de reforma del Código Procesal Penal hasta la reciente experiencia de sistema acusatorio puro que se puso en práctica con el juzgado 2, pasando por lo que algunos consideran "excesiva difusión mediática" de las investigaciones fiscales.
La elección del nuevo fiscal de Cámara estará a cargo del TSJ, pero consultará a otras entidades interesadas. Por ejemplo, la Asociación de Magistrados y el Colegio de Abogados. A los primeros posiblemente los represente el camarista Eduardo Badano, y a los abogados de Neuquén capital, el ternado Juan Horacio Angiorama.

   
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