Lunes 7 de abril de 2003

 

¿Y las propuestas?

 
  Las campañas políticas carecen cada vez más de propuestas. Esa que le permita al pueblo, al que representarán los candidatos, elegir por la que le parezca más apropiada para los intereses comunes. Esa que diga no sólo por qué quieren ser diputados, intendentes o concejales, sino qué harán y cómo para aportar a la solución de los problemas de la gente. Desde lo mínimo, como tapar los baches de las calles o mantener más limpia la ciudad, que para eso la gente paga una tasa municipal, por lo menos un porcentaje de la comunidad.
Hoy las propuestas se reducen a expresiones de deseos y objetivos inalcanzables, que de tan lejanos se diluyen a poco de comenzar a calentar el sillón electivo.
Desde hace un tiempo las campañas, salvo raras excepciones pero por suerte parece que quedan algunas, se limitan a la entrega de folletos con contundentes frases de cambios y de bolsones de alimentos, chapas, colchones, pagos de la boleta de la luz o la compra de la garrafa.
Y todo se trasforma en una indigna cadena que no hace más que reflejar la falta de interés común por el que se pregona y que para algunos alcanza para justificar el deseo de acceder a un cargo electivo.
Y no es que la política no sirva. Al contrario, es la herramienta que puede trasformar verdaderamente la realidad. También existen políticos de convicciones sólidas, leales al trabajo para la comunidad que le depositó la confianza. También están los otros, los que encienden cada día más la llama de la desconfianza.
Pero lo que no sirve es esta forma que intenta vender una solución mágica cuando la realidad nos pasa por encima, donde un bolsón de comida es pan para hoy y hambre para mañana, como grafica el dicho popular.
Las internas justicialistas de hace unos días como otras elecciones, en un grado menor que en una general, trajeron nuevamente a la escena viedmense denuncias entre dientes del canje de votos no precisamente por una propuesta de real solución.
De uno y otro sector justicialista de Viedma se levantó el dedo acusador y la denuncia que nadie hizo pública. Los términos fueron casi iguales: "Llegamos a este resultado y eso que los de la lista ... repartieron o les ayudaron desde el poder...". Ahora los comentarios apuestan a que en las tres mesas de Viedma donde se deberá votar nuevamente ganará el que más reparta.
El canje voto por beneficio nunca está ausente en cada elección, ya sea interna o general. Pero muy pocas veces se ha denunciado como corresponde que algún sector distribuya lo que el poder que ostenta le permita en coincidencia no casual con una elección.
Por el otro lado la gente que necesita aprovecha, como cualquiera haría en una situación en la que no hay para comer, para reconectar la luz cortada, para ahorrar en una garrafa o sumar un colchón para que otro deje de ser compartido por más de uno de los hijos. Aunque tampoco faltan los que aprovechan sin necesidad... total, en ese momento se trata de recibir.
Volviendo a las acusaciones en el marco de las internas justicialistas y que no son sólo propiedad de este partido, todos coincidieron en que hubo un aporte extra para sumar votos, pero nadie se hizo cargo de haber hecho lo mismo. Ante este marco de situación no quedan muchas opciones: o se les cree a todos esto de que el de la otra lista repartió o no se le cree a ninguno que sólo distribuyeron los otros.
Lo ideal es que nadie reparta más que una propuesta concreta, creíble y posible. ¿Seremos testigos?

Estela Jorquera
estelajor@yahoo.com.ar

   
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