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Lunes 14 de abril de 2003 | |
Campagnuolo, el único rescatable |
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| Gustavo Campagnuolo (7): no tuvo responsabilidad en el gol y evitó la caída de su arco en varias ocasiones, al atajar pelotas envenenadas, en su mayoría remates de media distancia con destino de red. Martín Vitali (5): se proyectó por sorpresa por su lateral, pero a cada una de sus acciones individuales le faltó la resolución correcta. Andrés Orozco (4): Tévez fue su pesadilla. Impreciso en la salida, como el resto de sus compañeros, dudó y perdió casi siempre. Claudio Ubeda (4): tampoco fue consistente en la marca y, sobre el final, terminó jugando como delantero. Acaso, tuvo mayor incidencia en ese rol. Gerardo Bedoya (4): después de casi dos semanas marginado de la competencia, se advirtió que no se encuentra en plenitud física. Juan Manuel Torres (3): no tuvo estatura futbolística para rendir en un cotejo de esta envergadura. Milovan Mirosevic (4): otro que defeccionó notablemente. Adrián Bastía (6): si bien fue el habitual "león come-talones de rivales que roba mil pelotas", descuidó su espaldas en el tanto de Donnet, que no tuvo oposición para definir. Mariano González (4): desconocido, sin el desequilibrio y la habilidad en velocidad por la que es considerado "un jugador distinto". Diego Milito (4): peleado con la pelota, lejos del arco y del gol. Luis Rueda (4): inquietó más que Milito, especialmente durante los primeros 45 minutos, pero la innecesaria suficiencia con que pretende culminar varios ataques se tornó insufrible. Carlos Arano (6): el puntaje premia su combatividad y voluntad para ser objeto de la improvisación, pues jugó de todo, en varios puestos, pero pesó poco. |
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