Domingo 13 de abril de 2003

 

Berbel y Neuquén

 
 
El Neuquén cultural, el Neuquén de la música, el de la poesía, hace rato que trascendió las fronteras provinciales para instalarse en otros ámbitos. Es que, como dice la frase, "hay buena madera".
Y si de folclore se trata, es tal vez el ámbito donde mayor trascendencia alcanzó Neuquén.
Aquí, el nombre de Marcelo Berbel tiene mucho que ver y hay sobradas razones para emparentarlo con su provincia. Fue posiblemente uno de los neuquinos más neuquino, quien llevó su poesía y su voz ronca a dimensiones mucho más lejanas que su provincia.
Marcelo Berbel es Neuquén. Porque son inevitables las asociaciones, porque muchos conocieron la provincia hace años porque este poeta cantor contó cómo era su gente, su naturaleza, sus volcanes, sus pájaros.
Marcelo Berbel es Neuquén y bien podríamos haberlo definido como el gran embajador de la provincia. Cada detalle de esta provincia patagónica está en su letra, cada rincón de su tierra está contemplado en su enorme composición. Y es tanto lo que Berbel escribió que aunque pasen los años nunca lo llegaremos a conocer en su verdadera dimensión.
Marcelo Berbel, a quien por su enorme trabajo no alcanzaría a calificar, fue uno de los distinguidos poetas neuquino, a pesar de su permanente queja por cierta indiferencia para con él en su tierra. Es más, alguna vez le dijo a un amigo que los neuquinos eran como los cardos, que siempre miran para afuera del alambrado.
Sin embargo, también dijo que éste era "su" Neuquén y que no lo cambiaría por nada.
Hombre de muchísima poesía y de profundos silencios, Berbel sintió los duros golpes de la vida, que en lugar de derrumbarlo le dieron un empujoncito para sacarle más poesía, aunque quienes lo conocen más profundamente saben que el dolor por la pérdida de sus hijos fue inmenso.
Milton Aguilar y Marcelo Berbel llevaron al país entero el tema que todos los neuquinos cantan: Quimey Neuquén, tan arraigado en estas tierras que nadie se atrevería a negar que es en todo caso el tema musical, con letra bellísima, que los identifica plenamente.
No están ausentes de sus temas la historia y la vida mapuche, que también forman parte de este neuquén y que lo identifican plenamente con el pueblo.
Marcelo Berbel nació en Plaza Huincul. Hijo de padre español y de madre mapuche, conjunción suficiente para que por sus venas corra esta poesía que mezcla lamentos con euforia y loncomeos tentadores.
Y convengamos que fue su tierra, su Neuquén el que le dio letra para semejante poesía. Claro, detrás estuvo un hombre que, según los que lo conocieron profundamente, llevaba la poesía en la sangre y cada viaje por el interior neuquino le inspiró nueva letra.
Bien podemos decir que Berbel es de los neuquinos, tanto como Neuquén fue de él. Son sentimientos tan arraigados que si muchos no los reconocieron hasta ahora.
La Legislatura neuquina ya lo declaró figura notable de su provincia y su gente también.

Jorge Vergara
jvergara@rionegro.com.ar

   
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