Domingo 13 de abril de 2003

 

Edda Díaz, mujer a toda máquina

 

Carteles y murga recibieron a Edda Díaz en Zapala, donde participó del Segundo Festival de Teatro de Humor. Ella, en tanto, brindó un espectáculo en el que la risa explotó a borbotones. Directa y avasalladora en el escenario se va despidiendo de a poco de su "Humor a toda máquina", para debutar en poco tiempo con "Cartonedda".

  ZAPALA (AZ).- El paso del tiempo y los golpes de la vida no fueron capaces de borrar la espontaneidad del rostro de Edda Díaz. Dueña de un estilo directo y avasallante, con un verbo algunas veces agudo para cuestionar con dureza a los gobernantes y otras tierno para recordar a su padre, esta mujer se mantiene más vigente que nunca sobre el escenario.
Con su "Humor a toda máquina" hizo vibrar al público zapalino en la noche del jueves en un espectáculo de ida y vuelta donde la retroalimentación del espíritu le ganó por goleada al pesimismo.
"Este espectáculo es un juguete que me acompañó durante 7 años y que voy empezando a despedir porque estoy a punto de debutar con "Cartonedda", una obra en la cual tengo cifradas muchas esperanzas" explicó.
Embajadora del buen humor y la alegría contagiosa por todo el país, Díaz tiene en claro el objetivo que se planteó a la hora de mantenerse a flote contra todas las adversidades que le planteó la vida. "Siento que el humor es una misión, porque cuando te reís te sanás y que no podemos prescindir de la única droga que está permitida y es la carcajada" sostuvo.
En los poco más de 30 minutos que dura su pieza queda en evidencia que esta afirmación se cumple a rajatabla. Disfruta cada sonrisa de una platea atenta casi tanto como el aplauso que surge a borbotones ante una intervención ingeniosa.
"La experiencia se renueva todos los días, es la felicidad y el contacto con la gente que en definitiva marca, a través de la actuación, un acto de amor" sostiene.
Con el aval de 36 años de trayectoria y éxitos mayúsculos sobre sus espaldas, Edda encara cada show con las mismas ganas de la primera vez. Poco le importa si debe dejar atrás un viaje de 16 horas en micro, si actúa en algún teatro porteño o en un sala en medio de una Patagonia que la recibe con los brazos abiertos. El fervor sigue intacto y el secreto está la buena predisposición.
"Es maravilloso poder estar acá, no importan las distancias porque siempre es bueno encontrarse con la gente" aseguró.
Habituada a presentarse ante todo tipo de público y en diferentes escenarios no ocultó su satisfacción por el recibimiento que, con murga y carteles incluidos, los integrantes de Hueney le tributaron a su llegada a Zapala. "Esto si que no lo había vivido nunca, una vez en Tierra del Fuego me esperaron con las autoridades pero semejante despliegue me llena de orgullo" enfatizó.
Si bien en el horizonte de Edda Díaz se dibuja un estreno que la llena de expectativa acostumbra a vivir el día a día. "Vivo el hoy y sólo me planteo estar en contacto con mis hijos que viven en España a través del mail y seguir escribiendo "Cartonedda" a pesar de todas las obligaciones" contó.
Aunque se autodefine como "intelectual" reconoce que la clave para abrir la puerta del teatro a los sectores más populares es "escuchar menos a los intelectuales". En este contexto explicó que "cuando llega el momento de hacer humor escucho al pueblo no a los intelectuales porque sus palabras pueden ser muy bellas pero no son las palabras que el pueblo quiere oir".
Con la misma simpleza que en su espectáculo enumera los pecados capitales y los reduce a su mínima expresión comparándolos con "los que le roban la ilusión a la gente" explica que "tengo cuerda para rato, sigo dando y recibiendo mucho amor". Después de verla desparramar talento sobre el escenario cuesta creer que no sea así.
   
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