Lunes 7 de abril de 2003

 

Pachuco: un cadáver exquisito

 
  El mundo del rock y el pop tiende a estancarse; si bien evoluciona a grandes pasos, sólo lo hace de vez en cuando. Hay largas épocas en que todo permanece quieto, como la calma chicha de las aguas de un estanque. Para los criados en el occidentalizado mundo pop estas son épocas propicias para indagar en la inabarcable versatilidad de ritmos, sonidos y cadencias que nos ofrece el mundo. Pero, si se quiere permanecer en la rueda rock-pop, una salida al tedio sonoro está en viejos archivos, anaqueles y estantes. Siempre te aguarda una buena sorpresa.
Una de estas apariciones sorprendentes fue el encuentro inesperado con los discos de Pachuco Cadáver, un olvidado experimento que se gestó entre Argentina y España a comienzos de la década del 90.
Rareza consumada, experiencia ignorada, fue un dúo integrado por el tecladista Guillermo Piccolini (hoy con su proyecto "Venus") y Roberto Pettinato en guitarra y voz (ex saxofonista de Sumo, hoy estrella de nuestra decadente tevé). Con la impronta de un extraño humor, proponía un extravagante revuelto gramajo con toques de psicodelia a la Syd Barrett, pinceladas dadaístas, la inspiración de Captain Beefheart desde el nombre mismo del proyecto, y la confesada influencia de Lou Reed, Peter Hammil y el David Byrne experimental. Y a esto se le agregó el espíritu pop, donde todo hacía referencia a algo del pasado o del presente, apelando siempre a un segundo mensaje.
Pachuco Cadáver nació en Madrid en el año 1989 como un experimento ocasional. La química lograda trajo ensayos, nuevas actuaciones, y con el tiempo fue consolidando un repertorio extravagante pergeñado con la instrumentación despojada de una caja de ritmos, un teclado, guitarra y voz, con el saxo invitado de Willy Crook, quien por esos años también incursionaba por España.
Un sello nuevo y con bríos -el hoy reconocido Triquinoise- se atrevió a publicar "3 huevos bajo tierra", su primer álbum, a finales de 1990. La placa incluía una versión de "I'm The Fly" de Wire, una versión inexplicable de "Sunshine Of Your Love" de Cream, un irreconocible "Estallando desde el océano" de Sumo y seis composiciones originales y extravagantes.
Pero en el "91 Pettinato vuelve a la Argentina para recomenzar su carrera televisiva y deja a Pachuco sumergido en un stand-by. Al año siguiente, a caballo entre los dos países, el dúo vuelve a grabar y publica "Life in La Pampa", una obra aún más libre, pero no tan contundente.
Luego de integrar Lions in Love, un año más tarde Piccolini regresaba también a la Argentina, pero Pachuco Cadáver finalmente rindió honor a su nombre y dejó de existir. Luego de una década, sus descendientes dan distintas muestras de vida.
Piccolini comanda su grupo "Venus", una propuesta inclasificable con algo de pop-new wave actualizado y su reconocido acento psicodélico, que tiene dos buenas obras editadas. Por su parte, Pettinato sólo dejó ver "El yo saturado" en el 2001, un disco ultraexperimental e instrumental grabado junto a un grupo de jóvenes desconocidos.

Ignacio Artola

   
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