Jueves 27 de marzo de 2003

 

Una gitana rompió los moldes y se recibió de abogada

 

Es la primera mujer de esa comunidad que obtiene ese título en la Argentina. Dice que su caso servirá a otras chicas a las que sus padres no dejan estudiar.

 
Karina está orgullosa de ser gitana y agradece el apoyo que ha recibido. Su padre le regaló una cupé.
NEUQUEN (AN).- Cuando tenía un año, un gitano quiso comprar a la gitana Karina Miguel. Su papá, Carlos, lo sacó corriendo.
Después le llovieron las ofertas pero el papá siempre dijo que no. Desde el lunes, la chica es abogada y es la primera gitana argentina con ese título, aseguran puertas adentro del clan de Carlos "El Chaqueño" Miguel, quien medio en broma y medio en serio dice que su hija vale "cien mil millones de dólares".
"Yo sé que mi caso les va a hacer bien a muchas chicas gitanas que cumplen 15 años y se sientan a esperar que las vendan. Pueden hacer otra cosa, pueden estudiar y tener más oportunidades", afirma la flamante profesional quien terminó la carrera con un promedio de 8.
Karina tiene 29 años, es esbelta (mide 1,77) y locuaz. Tiene el cabello largo, ojos marrones claros y una sonrisa leve, muy delicada. Está orgullosa de ser gitana y no para de agradecer el apoyo que ha recibido de todos los criollos que conoció desde que inició la primaria hasta la universidad. Es contundente cuando habla de su cultura y sus costumbres.
"Uno dice así "venta de una mujer" y a todos se les ponen los pelos de punta, pero es algo así como un premio para el padre que la crió y que la cuidó; no tienen por qué ser algo malo, es una costumbre que yo creo que hay que respetar como se respetan las costumbres de los criollos", explica Karina mientras con su mano agita un té gitano con aroma a canela.
En el chalet de la calle Luis Beltrán donde viven los Miguel hay buena onda y sobran los colores. Todo es fuerte, pero Karina, vestida de rojo y con tacos, es la dueña de todas las miradas. En las últimas horas, no ha parado el desfile de gitanos y criollos que quieren ver y felicitar a la muchacha que -entre otros logros- aprobó derecho Penal con un 10.
Su tío Miguel hace bromas todo el tiempo. Es delgado, pero está ancho de tanto orgullo. Y ni hablar de las gitanas mayores, como la tía Perla y mamá María Teresa. "Está piba vale oro", le dice a este diario la esposa de Carlos. Karina los escucha a todos y deja que todos expliquen cómo fue su carrera. Es que en los gitanos hay una amor entrañable por la expresión oral y nadie se queda con las ganas.
La abogada es la mayor de cuatro hermanas y desde chica tuvo la venia de su padre -todo un revolucionario- para empezar a romper las reglas que, por ejemplo, su tía Perla no pudo.
"Yo quería ser abogada, vivíamos en Las Breñas, provincia de Chaco, terminé el secundario peleando contra muchas barreras y cuando terminé y le dije a mi papá ("El Tordo" Miguel) que quería estudiar Derecho, tenía que ir a cien kilómetros del pueblo, a Roque Sáenz Peña: "Ni loco te dejo" me dijo el viejo", relata Perla, totalmente realizada.
Karina es también chaqueña y vino a Neuquén cuando tenía un año. Ya a los 12 sabía manejar y hacer boletos de compra-venta. Nos preparan para eso y no reniego, cuando tengo que vender autos vendo autos, si tengo que vender repuestos con mi papá lo hago, estoy orgullosa de ser gitana", dice y sonríe. Cuenta que nunca fue discriminada, aunque en alguna oportunidad yendo con sus hermanas "en una zapatería (de Neuquén) no nos quisieron atender y nos pidieron que nos vayamos". Recuerda que al iniciar la carrera en la facultad de Derecho de la Universidad del Comahue, en Roca, "me costó encontrar el equilibrio entre las dos culturas. Me trataron muy bien, pero era como que yo no terminaba de encajar". En esos momentos aparecieron los amigos como Mónica Fontana "de la que aprendí un montón de cosas y la que me ha ayudado siempre y es una de mis mejores amigas".
Vivir lejos de la comunidad y con una criolla fue una prueba de fuego, y luego de algún que otro parate retomó la carrera a través de la sede neuquina de la Universidad Católica de Salta. Allí se graduó el lunes.
"Me gusta mucho esta profesión y espero ser una buena abogada. Entre las muchas cosas lindas que están pasando está el hecho de que una hermana mía va a volver a estudiar y que muchas gitanas quieran seguir mis pasos", afirma la muchacha que, como regalo de papá, recibió las llaves de una cupé japonesa valuada en unos 25.000 dólares.
Cuentan los gitanos que cualquier hombre que pretenda elegir esposa tiene por estos días que disponer de unos 20.000 pesos para su futuro suegro. Además, las gitanas sólo pueden casarse con hombres de la colectividad y el que elige es el padre de la novia. Pero las normas se han flexibilizado y las costumbres se han aggiornado.
-¿Que es lo mejor que tienen los gitanos?- le preguntó el cronista.
-El respeto y las costumbres.
-¿Y lo mejor de los criollos?
-La libertad, y yo encontré el equilibrio justo entre los dos mundos.

"Bienvenida, doctora"

NEUQUEN (AN).- "Bienvenida doctora, usted es la primera gitana que se recibe de abogada, y yo tengo el honor de ser el primer abogado en darle la bienvenida".
Palabras más, palabras menos, esos fueron los términos en que el profesor Marcelo Iñíguez se dirigió a Karina Miguel el lunes pasado, cuando esta rindió la que fue la última materia de su carrera, Derecho Internacional Privado.
La nota fue un 6 que estuvo cargado de "los nervios que significa la última materia", explica la chica que hace dos semanas rindió Derecho Público con 9.
Ella no lo sabía pero tenía público. Su tía Perla espiaba por la ventana del aula y le pasaba información al resto de los gitanos que fueron "para hacer hinchada, pero apenas no vieron nos dijeron que nos vayamos al pasillo".
Perla dice que "ella me robó el título, eso es lo que yo le digo... porque yo quería estudiar Derecho, pero en 1968 andá a hacerle entender a un gitano que una mujer quiera estudiar", reitera la mujer que más tarde o más temprano espera escribir un libro sobre la historia de los gitanos.
Cuando vieron que el profesor la abrazaba "nos pusimos a saltar, la nena ya era abogada", cuenta y se emociona tía Perla, de 53 años.
Dicen los Miguel y los muchos amigos que los rodean que el festejo será enorme y que se hará en abril. La familia no deja de festejar y ella no para de agradecer a su papá y también a su mamá. "Mi papá siempre me apoyó y mi mamá, que al principio no estaba muy convencida, terminó ayudándome en todo y ahora está orgullosa", cerró Karina.

   
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