Domingo 23 de marzo de 2003

 

Una forma para biodegradar el tóxico PCB

 

Una empresa de la región ha desarrollado un proceso de doble degradación que propone como solución y alternativa a la costosa exportación del tóxico para su tratamiento y remediación.

  El PCB o bifenilo policlorado estuvo "en boca de muchos" a partir de que se descubrieron en la región numerosos transformadores de la red eléctrica que contenían esta sustancia altamente peligrosa para la salud y el medio ambiente. Pero prácticamente no surgieron alternativas para el tratamiento efectivo de este compuesto químico ampliamente difundido en el mundo por sus particulares características (ver aparte).
En la región, una consultora empezó a estudiar los PCB hace aproximadamente cuatro años y en particular la forma de tratamiento o remediación, aplicando un procedimiento biológico degradativo, que se puede hacer en la zona con lo cual no serían necesarios los costosos envíos al exterior para tratarlos como se está haciendo en este momento.
El punto de partida de la investigación realizada por esta consultora coordinada por Graciela Pozzo Ardizzi, gerente general de la firma y licenciada en Química, fue que los PCBs son biodegradables pero no en el medio natural por su alta estabilidad molecular. Por eso, es necesario someter a esta sustancia a una acción secuencial que permite finalmente la biodegradación.
Según explicó Graciela Pozzo Ardizzi, la degradación biológica de cualquier sustancia orgánica se puede realizar en dos condiciones:
• Por microorganismos que trabajan en presencia de oxígeno (biotratamiento en aerobiosis) que producen una oxidación de la materia orgánica y la descomponen en productos cada vez más inocuos.
• Las biodegradaciones anaerobias o sea aquellas en que los microorganismos responsables, necesitan trabajar con muy baja cantidad o nada de oxígeno y de esta manera realizan la degradación. "En el tema de los PCBs hay que combinar las dos degradaciones", señaló Pozzo Ardizzi.
Esta técnica de biotratamiento aeróbico y anaeróbico se viene implementando en todo el mundo, pero significaría una innovación en nuestro país.
El primer paso propuesto por la consultora es someter el PCB a una degradación en condiciones anaeróbicas. En esta etapa se produce la ruptura de la unión entre la molécula de PCB (el bifenilo) y los átomos de cloro.
Entonces, se libera el cloro, como cloro gaseoso o como cloruro de hidrógeno que es mucho menos tóxico y controlable porque esos gases que se liberan se puedan lavar o atrapar en una sustancia que los retenga antes de que pasen al ambiente. Cuando el biotratamiento se aplica a un suelo contaminado (tratamiento "in situ"), éste debe ser saturando con agua, pero si lo que queremos es degradar un aceite que lo tenemos en un tambor, hay que armar lo que se denomina un biorreactor.
Este elemento es un tanque grande con agitación, con atmósfera sin oxígeno (anóxica) y con lavado de gases (control de los gases que va emitiendo).
"Eso es simple, cuando uno dice biorreactor parece que está hablando de algo complicado pero en realidad no lo es, simplemente es un tambor con doble o triple pared donde se manejan las condiciones controladas del sistema, con seguridad, si está en un ambiente hay que aislarlo del suelo, hay que hacer barreras de contención por si hubiera alguna contingencia pero es controlable, como trabajar con cualquier sustancia peligrosa", señaló la investigadora .
" Lo que vamos a sacar de ahí ya no es PCB, sino que es un bifenilo, en algunos casos puede quedarle alguna unión a cloro pero es mucho más controlable y menos tóxico", explicó Pozzo Ardizzi .
La segunda etapa es la de biodegradación aeróbica. No se puede hacer directamente en el suelo porque sería contaminar un ambiente, pero sí tomar suelo y mezclarlo con el material resultante de la primera etapa para darle un soporte, es decir se construyen biopilas.
"Para que se entienda mejor: es como hacer un compost con ese material que tiene que terminar su proceso de oxidación pero ya no tiene las mismas características tóxicas", aclaró. "Para terminar el proceso, los materiales remanentes se pueden disponer en sitios predeterminados, como materiales de relleno y se deben repoblar con vegetación, así las plantas terminan el proceso, en un tratamiento que se denomina fitorremediación, y realizar monitoreos programados en los suelos y en las plantas", manifestó la investigadora.
De esta manera, se da por terminado el proceso biodegradativo logrando hacer desaparecer la toxicidad inicial.

Ventajas

Las principales ventajas de este método serían:
• Se realiza el tratamiento en condiciones controladas,
• Se minimizan las emisiones tóxicas,
• Se puede implementar en la región y además reduce los costos estimativamente a una tercera parte de lo que vale enviar los elementos contaminados al exterior para hacer el tratamiento térmico.
"Es más, si esto lo miramos desde el punto de vista regional puede generar una fuente de trabajo para la zona", concluyó Pozzo Ardizzi.
Para obtener mayor información sobre el tema se puede pedir al correo electrónico geociencia@speedy.com.ar

Los riesgos que presenta

Los PCBs o bifenilos policlorados son compuestos químicos formados por cloro, carbono e hidrógeno, altamente contaminantes.
Esta sustancia fue expandida en diferentes aplicaciones industriales y de consumo por sus particulares características: es muy resistente al fuego, muy estable, no conduce electricidad y tiene baja volatibilidad a temperaturas normales.
Además, son insolubles en el agua, químicamente estables, altamente aislantes, con el punto de ebullición a altas temperaturas y no inflamables. Pero justamente estos atributos favorables para la industria, son las características que determinan la peligrosidad para el ambiente y la salud humana.
En la Argentina a partir de numerosas publicaciones periodísticas y denuncias de los mismos vecinos que estaban expuestos a los riesgos de los PCBs se han generado diversas acciones tendientes a eliminar esta sustancia que principalmente se encuentra en los sistemas de refrigeración de diversos máquinas eléctricas, como los transformadores.
El PCB puede ingresar al cuerpo a través del contacto con la piel, por la inhalación de vapores o por la ingestión de alimentos que contengan residuos del compuesto.
El principal riesgo se produce en el caso de que transformadores exploten o se prendan fuego porque de esta manera se pueden generar unas sustancias denominadas dioxinas que son las más peligrosas que se conocen.
Son cinco millones más tóxicas que el cianuro y se reconocen potencialmente cancerígenas.
Igualmente, según Graciela Pozzo Ardizzi, "los PCBs son sustancias peligrosas, pero hay que desmitificarlos un poco, porque son tan peligrosos como cualquiera de los otros doce compuestos que constituyen los más peligrosos del mundo que son pesticidas con los que convivimos o que hemos convivido diariamente en el control de plagas agronómico en la región". (AR)

"Ni nos llamaron a brindar información"

En octubre del año pasado se aprobó la ley de presupuestos mínimos para la gestión y eliminación de PCBs (ley Nº 25.670). Una de las principales finalidades establecidas en esta norma es "la descontaminación o eliminación de aparatos que contengan PCBs y la eliminación de los PCBs usados".
El estudio realizado por la consultora fue presentado ante diferentes organismos gubernamentales y se intentó interesar a los entes privados que tienen la concesión de la energía eléctrica para que sea evaluado y además puesto a prueba teniendo en cuenta los beneficios descubiertos. Pero a pesar de los numerosos intentos realizados no han obtenido respuesta, ni siquiera para brindar la explicación de su proyecto de biotratamiento.
"Hicimos una presentación por escrito para pedir a Edersa y al EPRE una audiencia para explicar nuestro proyecto pero no tuvimos respuesta" explicó Graciela Pozzo Ardizzi. Lo mismo sucedió con el Consejo de Ecología y Medio Ambiente de la provincia de Río Negro y la Legislatura provincial y la secretaría de Medio Ambiente de Nación. "Los costos de una incineración de PCB son muy altos y los riesgos hasta llegar a una planta de incinerados son grandes, no se entiende por qué desde el Estado no se apoya una iniciativa de este tipo", señaló Pozzo Ardizzi.
– "Obviamente yo tengo una empresa que se dedica a esto, pero creo que lo que habría que plantearse es el desarrollo de un proyecto piloto con el Estado y con las empresas que son las que tienen el problema y decir hagamos la experiencia controlada, supervisada por las correspondientes autoridades de aplicación y veamos qué resultados se obtienen más allá de los que uno puede presentarles, y en todo caso adoptemos una nueva metodología para solucionar un problema ambiental crítico".
"Eso es lo que yo pretendía cuando pido una entrevista y mando el proyecto a las autoridades que tienen la toma de las decisiones", señaló la profesional.
Posiblemente, esta metodología surgida desde el sector privado podría ser una alternativa digna de ser considerada. (AR)

   
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