Domingo 23 de marzo de 2003

 

El Domuyo, la cima, el salesiano y el coronel

 

El padre Lino del Valle Carbajal es considerado el primero que escaló la mole neuquina en 1903, pero, como se sabe, Manuel J. Olascoaga se anticipó por sus laderas 21 años antes.

  "Los que visitamos este volcán en febrero de 1882 hicimos dos ascensiones hasta su cúspide; la primera por el lado Oeste, que nos dio el espectáculo más hermoso y sorprendente. A simple vista se dominaba toda la ramificación de la cordillera con sus ríos, valles y lagos del oriente y todas las principales alturas en un radio de 35 leguas", señaló el coronel Manuel J. Olascoaga en "Topografía Andina", editado en Buenos Aires, en 1901. La descripción enumeraba otros volcanes avistados hacia el Sur y una sucesión de cumbres hacia el Norte hasta el Tupungato. Pero si la hazaña no parecía creíble, era porque quien fue el primer gobernador del Neuquén hasta 1891 escribía esa evocación en la alborada del siglo XX, a 18 años -y un poco más- de la proeza. Pero para ahuyentar incrédulos aclaró entonces que ese espectáculo "lo hemos presenciado 16 o 18 oficiales y un centenar de individuos de tropa, todos vivos hoy..." (dicho hace un siglo).

Trepador de pluma

La escalada multitudinaria militar de 1882, dos años antes de la creación de los territorios nacionales de la Patagonia, tampoco tuvo un relato dramático. Aunque a Olascoaga no le faltaba pluma, su vida de privaciones y dificultades en toda geografía no era un obstáculo sino su escenario de trabajo. El Domuyo solo fue un episodio. Las travesías, vadeos y escalamientos eran para él lo cotidiano. Había trabajado en la planificación y participado de la campaña al Río Negro del general Roca, en la que cumplió la secretaría. Y desde el 16 de noviembre de 1880, el propio Roca lo puso al frente de la comisión científica de exploración en la cordillera Sur con personal de la Oficina Topográfica Militar. En ese año publicará su "Estudio topográfico de La Pampa y Río Negro" pero ya se había iniciado como escritor en el exilio en Chile con "Misterios argentinos" (1866).
La escalada de los milicos de Olascoaga fue -hasta entonces- la más numerosa en los Andes Patagónicos. No quedan dudas que la superó con creces la cumplida en febrero pasado en homenaje a la otra ascensión considerada la primera y que comandó, ya enfermo, el salesiano Lino del Valle Carbajal. La coronó en sotana recogida con broches, botas altas, y con un pequeño grupo, algunos con carabinas que dispararon en la cumbre 16 de noviembre de 1903.
El propio Carbajal transcribe los párrafos de Olascoaga en su libro "Por el Alto Neuquén" editado por primera vez en 1906 por la Librería Salesiana del Colegio Pío IX porteño y con un subtítulo que rezaba: "Ascensión al Pico Domuyo" (todo reeditado por Siringa Libros, Neuquén, 1985). Pero Carbajal dudaba que la ascensión que lo habría precedido coronó la cumbre, aunque el salesiano admite que "Olascoaga ha visitado estos lugares". Para fundamentar su presunción sostiene (en 1903) que "en Chos Malal y todo el curso del río Neuquén hasta Varvarco este hecho no se conoce, y así es que todos están en afirmar que nadie ha subido al Domuyo". Para los tiempos en que apareció el andinista predicador (que muchos lo creían italiano, pero había nacido en el Salto Uruguayo el 23 de setiembre de 1871) los vecinos instalados en la región desde 1870 y aún desde 1866, M. Gutiérrez, J. Ibáñez y aún el baqueano José. R. Flores que acompañará a Carbajal en su intento, también sostenían que nadie antes había trepado a esa codiciada cumbre.

El padrino Roca

Ambas proezas tienen mérito, pero dos datos que aportó uno de los biógrafos de Olascoaga deben ser apreciados. Primero: El Domuyo se llama uno de los capítulos del informe de Olascoaga como Memoria del Departamento de Ingenieros Militares presentada el 30 de junio de 1883 al Ministro de la Guerra. El segundo demuestra que Olascoaga estuvo en aquella mole bramante: se trata del borrador de una carta que escribió el 21 de marzo de 1882 a su "querido presidente" Roca. Le cuenta andanzas de los Pincheyras por el Barrancas y de quienes se atrevieron a "traslomar el Domuyo", mole de la que le trasmite a Roca una de las etimologías probables de su nombre aborigen. Del paso por Curi-Chenque dice que de "allí a media jornada siempre en dirección NE nos pusimos (en las) primeras faldas del Domuyo..." (Archivo de Olascoaga, tomo II, documento 113).También conocía las leyendas de la montaña, como la de la Niña del Peine de Oro y otras.
Olascoaga y Carbajal compartieron el mismo padrino de andanzas. El padre Carbajal, con patrocinio de monseñor Cagliero, quien lo ordenó sacerdote en Viedma el 4 de abril de 1896, fue asistido además por un decreto del presidente Roca del 17 de enero de 1903: un subsidio de 3.000 pesos para su recorrida por la Patagonia a los efectos de un estudio (citado por el R.P. Raúl A. Entraigas). Pero el cura andariego vencedor del Domuyo era aún más prolífico que Olascoaga en materia de escritura: después de colaborar en la Exposición Nacional de Turín (Italia) en 1898, hacia donde partió el 15 de mayo de ese año, escribió en esa "terra lontana" los 4 tomos -casi 1800 páginas verdaderamente enciclopédicas- de su "Patagonia, Studi generale" editado sólo en italiano en 1900.

Cumbres y termas

Tenía apenas 32 años cuando comenzó la gran gira que continuaría en 1904 cuando inició nuevos apuntes de los que quedan 40 libretas negras con su grafía (Archivo Histórico de la Obra de Don Bosco en la Patagonia) y era director del Observatorio Meteorológico de los salesianos en Carmen de Patagones (mantuvo esas funciones hasta su prematura muerte).
No son los únicos registros: los diarios de la época dan cuenta de sus diversos pasos como cuando, acompañado de su hermano Gumersindo y Santiago Fogiarini también presentes en la ascensión al Domuyo, llegaron a las termas de Copahue en el atardecer del 8 de febrero de 1904. Allí encontraron al Dr. Eduardo Talero, el colombiano secretario del gobierno neuquino que encabezaba el Dr. Bouquet Roldán. En los baños termales había unas 25 personas más que ya tomaban sus baños y entre las que estaban "un capitán Quiroga, un alférez y ocho familias" (Carbajal, según el presbítero Ernesto Szanto, anotó que más tarde llegaron al lugar otros 50 visitantes y que, con Talero y el hacendado Ducasso, cabalgaron hasta el límite chileno). A las termas ya se peregrinaba desde lejanías como Nahuel Huapi: lo hacía el texano Jarred A. Jones con sus hijos y en donde hallaba alivio para la pierna que se había quebrado en Pulmarí.
La ascensión del padre Lino del Valle Carbajal al Domuyo, algo conocida, merece, sin embargo, ser evocada.

fnjuarez@interlink.com.ar

Curiosidades

• Ameghino Hnos. El 25 de marzo de 1903 pasó por Comodoro Rivadavia, embarcado en el Guardia Nacional y desde puertos más australes, el naturalista Florentino Ameghino. Venía de consumar sus exploraciones patagónicas. Para entonces el sabio tenía 50 años. Había nacido cerca de Génova en 1853 (aunque siempre se lo menciona como argentino). Murió ocho años después de este viaje. Poco se habla de otro paleontólogo también autodidacta como él que lo acompañó en las exploraciones bonaerenses y patagónicas: Carlos Ameghino, su hermano menor (1865-1936). De las dos casas que ambos habitaron en Luján, una de ellas pronto desaparecerá, seguramente, si se concreta una dudosa maniobra jurídica de apropiación.
• Huracán y destrozos. Casi simultáneamente con el paso de Ameghino por Comodoro sopló un huracán devastador en Río Gallegos y todo el extremo santacruceño. Sucedió el 23 de marzo durante tres horas ininterrumpidas, y según las mediciones anemométricas tomadas en el cuartel del batallón 1° de Infantería, registró una velocidad de 103 kilómetros por hora. Según La Prensa del 25 de marzo, entre los establecimientos averiados por el tifón estaban "la grasería de Brugham, la barraca de lanas de Vanpeborgh, los galpones de Douglas Braun y Blanchard y los de Cornelio Baca y de Vesintainer. Este último galpón -continuaba la nota- como así mismo las caballerizas del batallón 1° de Infantería, fueron completamente destruidos". La casilla que tenía el comisario Martínez del transporte Guardia Nacional fue arrancada y por los aires voló 100 metros por sobre varias construcciones para estrellarse contra un molino al que inutilizó.
• Captura. El 25 de marzo de 1903 el comisario Julián Martínez de Choele Choel capturó a Luis Rojas, que fugó luego de una riña de ebrios en la que hirió de una puñalada a Gregorio Jerez.
• Canal galés. Simultáneamente y también desde Choele Choel se informaba sobre las obras de irrigación de los "galenses" (sic) en la Isla Grande y de las defensas para las crecientes de mayo a julio para no destruir esos adelantos. Según míster Owen tratarían de impedir la entrada de agua en el canal hasta que en el verano siguiente (o sea de 1904) puedan construir la boca toma del mismo y que sólo de materiales costaría 8 mil pesos.
• Fuga misteriosa. El 28 de marzo de 1903 el vecino de Gaiman Carlos Vicca fue hasta un baile a buscar a su hija de 18 años, Amelia, muy estimada en esa sociedad mayoritariamente galesa. Al regreso a casa, el padre trató brutalmente a su hija al punto de que esta intentó y logró escaparse.
"Volvió con una hermanita -relató desde Rawson el corresponsal del Tribuna de Buenos Aires, cuya crónica se insertó en la edición del lunes 30-, pero al día siguiente Amelia desapareció misteriosamente. Vicca está detenido y hasta anoche no se había encontrado la chica".

   
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