Sábado 22 de marzo de 2003

 

Un mexicano llamado Humboldt

 

El legendario naturalista llegó a México hace 200 años.

  El naturalista Alexander von Humboldt tenía 33 años cuando desembarcó en las costas mexicanas de Acapulco hace dos siglos en la culminación de un viaje exploratorio que había iniciado en América del Sur.
Humboldt (1769-1859), un barón prusiano de familia acaudalada, realizó en México innumerables investigaciones de geografía y ciencias naturales, que le merecieron en 1827 la nacionalidad mexicana como muestra de reconocimiento.
Todavía en la actualidad se lo recuerda. Este año, mexicanos y alemanes celebran juntos el bicentenario de su llegada a México, el 22 de marzo de 1803.
En el Fuerte de San Diego de Acapulco comenzará hoy una serie de actos y homenajes que continuará durante todo el año y que tendrá su punto culminante con una megaexposición en Ciudad de México, en setiembre o noviembre, que podría ser inaugurada por el presidente de Alemania, Johannes Rau.
En Acapulco, sobre el Océano Pacífico, Humboldt tocó tierra en 1803 después de haber recorrido territorios que hoy corresponden a Venezuela, Colombia, Perú y Ecuador.
Humboldt fue un descubridor de esta parte de América, pero no al estilo de Cristóbal Colón, sino por medio de sus estudios. Con más de 50 instrumentos de medición en su equipaje, se embarcó en España hacia Venezuela en 1799 con su compañero de viaje Aimé Bonpland.
En América del Sur cruzó los Andes a pie, ascendió casi hasta la cumbre del Chimborazo en los Andes del actual territorio ecuatoriano, reunió miles de plantas, disecó pájaros, monos y cocodrilos, y midió, en cada sitio donde estuvo, longitud y latitud, accidentes costeros y altura de montañas.
"Humboldt es un científico de dimensión universal y seguro el más importante de la primera mitad del siglo XIX" ", dijo a dpa el escritor Jaime Labastida, uno de los más renombrados expertos mexicanos en Humboldt. "En Europa no lo valoran lo suficiente", añadió, mientras que en México es "más admirado que leído".
En sus análisis políticos Humboldt llegó a la conclusión de que las colonias españolas de entonces estaban maduras para la independencia. El virreinato de la Nueva España, como se llamaba México, era, a los ojos de Humboldt, el más desarrollado de los territorios bajo dominio español.
Pero también veía a México como "el país de las desigualdades". Un gobierno clarividente, decía, debería acabar con las "enormes diferencias de derechos y condiciones económicas" entre la clase alta blanca y los indígenas.
Humboldt fue un visionario. Anticipándose a los problemas de falta de agua que padece actualmente Ciudad de México, el científico criticó a la España colonialista por su obstinación en secar el valle de México, antiguamente cubierto por un lago.
Después de su regreso a Europa, necesitó treinta años para evaluar el resultado de sus investigaciones. El patrimonio que había heredado, y con el cual autofinanció el viaje, terminó de esfumarse. (dpa)
   
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