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Martes 18 de marzo de 2003 | |
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Palabras de un sacerdote apasionado |
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El polémico Hans Kueng cumplirá 75 años. |
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| El siempre polémico Hans Kueng ha dominado como ningún otro teólogo de su tiempo el debate público sobre el presente y futuro de la Iglesia Católica. Sus ideas están condenadas por el Vaticano y sus críticas al papado son cada vez más duras. Pero pese a todo, el suizo, quien mañana cumplirá 75 años, afirma: "Soy verdaderamente católico y lo seguiré siendo". Sus mismos críticos, como por ejemplo el periodista italiano Vittorio Messori, próximo a los sectores más conservadores del catolicismo, reconocen que en Kueng "hay verdadera pasión, no tibieza, por las cosas de la Iglesia". Sin embargo, esa pasión a la hora de plantear sus críticas y su negativa a rectificar le llevaron poco a poco a convertirse en un rebelde a los ojos de Roma. Hans Kueng pudo haber optado por una gran carrera eclesiástica. Tras su ordenación sacerdotal en 1954 se licenció en Filosofía, obtuvo el doctorado en Teología y pronto consiguió su primera cátedra en la universidad alemana de Tubinga. En 1962, Juan XXIII lo nombró incluso perito (consultor) del Concilio Vaticano II, asamblea destinada a ajustar las clavijas para la renovación de la Iglesia frente al mundo moderno. Pero ya por aquel entonces, su pensamiento iba apartándose de la línea oficial. En 1967 publicó "La Iglesia", que lo llevó a un enfrentamiento directo con la Curia Romana. En la obra, que salió al mercado pese a la condena impuesta por el Vaticano, pedía entre otros puntos la abolición del celibato y se manifestaba en contra de la infalibilidad pontificia. Sobre este último tema publicó tres años después el libro "¿Infalible? Un interrogante", que reforzó todavía más la controversia. Las tensiones con Roma fueron escalando hasta que en diciembre de 1979 la Congregación para la Doctrina de la Fe decidió retirarle la venia docente. Esto le forzó a abandonar la Facultad de Teología Católica de Tubinga, aunque permaneció en dicha universidad como director del Instituto de Investigación Ecuménica, creado por y para él. Desde entonces, sus críticas al papado se volvieron cada vez más duras. En un artículo publicado en el diario italiano "Corriere de la Sera" el 27 de octubre de 1996, coincidiendo con el cincuenta aniversario de la ordenación sacerdotal de Juan Pablo II, comparaba a la Iglesia con "un buque en peligro de hundirse" debido a que su capitán quiere que los que van en el barco se limiten sólo "a obedecer y rezar", sin tener los pies en la tierra. Kueng considera urgente que la Iglesia dé un golpe de timón: que se permita el matrimonio a los sacerdotes; que la mujer pueda acceder al sacerdocio; que los divorciados reciban la comunión; que se favorezcan los talentos de todos, incluidos los críticos. En su opinión, sólo mediante la "renovación eclesiástica interna", la Iglesia católica podrá superar las críticas de los luteranos y aspirar a la unión de los cristianos. Por ello, algunos de sus enemigos le llaman "el Papa protestante". (dpa) |
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