Domingo 16 de marzo de 2003 | |||||||
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El puente Lembeye hizo crecer a Las Perlas |
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En los últimos tres años llegaron más de 3.000 nuevos vecinos. En la actualidad hay cerca de 700 viviendas en plena construcción. Reclaman servicios: agua, gas y mayor infraestructura policial. |
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En los últimos tres años, el número de habitantes creció de 800 a 5.000, pero la llegada de nuevos pobladores continúa en ascenso: en la actualidad hay 700 casas en construcción. Toda esta información fue relevada por los integrantes de la comisión vecinal. El puente que financió la familia Lembeye, propietaria histórica de las tierras en Las Perlas, tiene mucho que ver con este fenómeno. El hormigón facilitó el acceso a Neuquén y desde allí todo resulta más sencillo. Los nuevos habitantes de Las Perlas, llegan para quedarse y no solamente por el fin de semana. La gran mayoría de los terrenos de Las Perlas pertenecen a la familia de Miguel Lembeye, fundador del paraje, que falleció en abril de 2001, antes de asistir a la inauguración del puente que construyó con parte del dinero que obtuvo en un juicio al Estado rionegrino. Luego de su deceso, su familia quedó a cargo de la administración de los lotes. Los otros propietarios de los terrenos son particulares que se los adquirieron a la familia. La mayoría de los nuevos habitantes acceden a un lote luego de hablar con los herederos de Lembeye, o con los delegados nombrados por éstos. Hilda Fernández cumple esa función en el sector de Colonia Esperanza. "Los únicos requisitos para obtener un terreno son una copia del documento y un certificado de antecedentes extendido por la policía", explica. "Si todo está en regla, es muy probable que reciban un lote", asegura. Dice que Costa Esperanza abarca una superficie de 700 lotes, de 400 metros cuadrados cada uno, y que en los últimos 4 años comenzó a llegar "muchísima gente" a construirse una casa. Este es el caso de Marcia Hidalgo, que vivía en Neuquén y era vendedora ambulante en la terminal. Pedro Ferreira, su esposo, trabajaba en una carnicería. "Vivíamos en la casa de mi suegra, en Villa Ceferino. Un día hablamos con uno de los delegados en Las Perlas y nos dieron un terreno. No nos cobraron nada. Enseguida comenzamos a construir", cuenta la mujer. Desde entonces, "nuestra vida cambió bastante. Ya tenemos la casa terminada", agrega. Ahora su esposo trabaja en una de las chacras de la zona. Ella ultima detalles de albañilería mientras sus dos hijos van a la escuela 247 de Las Perlas. Su casa, como todas alrededor, está levantándose de a poco. Marcos Aguirre, de 25 años, nació en Neuquén y el año pasado se mudó a Las Perlas. Luego de hablar en dos oportunidades con la familia Lembeye, accedió a uno de los lotes. No le pidieron ninguna remuneración a cambio. Lo conociero
"Primero comencé a construirme una casa, y adelante le agregué una botica; una farmacia pero más pequeña. Acá no hay farmacias y mi familia tiene una en Neuquén. Además soy mecánico dental; cuando puedo atiendo a los vecinos, y no les cobro nada", dice. En su mini-farmacia hay desde tarjetas de colectivo, hasta pastillas para la gripe o chupetines. "Hay que tener de todo un poco, dice. Un relevamiento de la comisión vecinal de Las Perlas concluyó en que actualmente se construyen allí unas 700 casas. A Las Perlas la falta de agua potable, uno de los principales problemas a resolver. Tampoco existe red de gas. En noviembre del año último, la junta vecinal firmó un convenio con Aguas Rionegrinas. El organismo provincial se comprometía a brindar la "infraestructura necesaria para una mejor clorificación del agua", explica Daniel Cresstti, presidente de la comisión vecinal. Sin embargo, luego de la firma del convenio, nunca más supieron del tema. Hace 15 días el hospital de Cipolletti fue categórico: el agua de Las Perlas "no es apta" para el consumo huano. Entretanto, muchos de los vecinos caminan hasta 15 cuadras para llegar a una canilla ubicada junto a la comisión del barrio para llevar agua a sus casas. Allí encuentran el agua más potable del lugar. Los que no lo hacen beben agua de pozo. Pero la napa está contaminada por filtraciones de los pozos ciegos. En el destacamento policial hay solamente dos policías para cubrir una amplia superficie. La institución no tienen medios de locomoción. Andrea Sunseri, residente del barrio Santa Mónica, dice que le parece "bien la llegada de nuevos habitantes". Pero está "preocupada por la seguridad". En los últimos meses "entraron a robar en varias casas", comentó. Sólo dos policías, sin movilidad
Por otra parte, la llegada de refuerzos desde Cipolletti demora en el mejor de los casos 20 minutos. En Las Perlas ya se detectaron casos de intento de violación en el sector del puente, que pese a los reclamos, sigue sin iluminación. "La ambulancia que nos habían destinado la usan en el hospital de Cipolletti para transportar tubos de oxígeno". Con una mezcla de indignación y bronca, en Las Perlas comentan el destino del vehículo que el municipio de Cipolletti les donó en un pomposo acto. Corría mayo de 2001. Hoy la única atención médica se ofrece una sala desprovista de insumos. Es un lugar calmar un dolor de muelas o realizar primeros auxilios. Para algo más grave, es necesario cruzar el puente hasta Neuquén o Plottier. En el paraje recuerdan con dolor un episodio del año pasado: "El papá de una nena la atropelló, y la ambulancia hacía días que estaba parada en el hospital de Cipolletti; la nena permaneció cerca de 40 minutos en el suelo antes de ser asistida" El gas, un objetivo a cumplir NEUQUEN (AN).- El crecimiento exponencial de la población en Las Perlas recrudeció los problemas en materia de servicios. En el paraje no hay red de gas para abastecer a una población de 5.000 habitantes en continuo ascenso. Los vecinos del sector no tienen más remedio que abastecerse con leña o con tubos de gas, cuya carga dura aproximadamente un mes. Marcia Hidalgo vive hace menos de un año en Colonia Esperanza, una barriada ubicada sobre las bardas más altas del paraje. "Acá los inviernos son duros. Pero uno se tiene que acostumbrar", cuenta. "Vivimos tramitando la conexión de gas. Siempre nos dicen que va a salir en cualquier momento. Pero nunca pasa nada; todos seguimos recargando los tubos", culmina mientras señala una garrafa de su cocina. El caso del agua no es menos grave. Ya se registraron intoxicaciones. Los vecinalistas de Las Perlas dicen que hace 15 días un análisis del hospital de Cipolletti concluyó que el agua del río "no es apta para el consumo humano". No obstante, las bombas que hay sobre el río siguen como la principal fuente de abastecimiento de agua para la población. La opción de beber el agua de los pozos de los patios, no es menos peligrosa. No hay red cloacal y es común que los pozos ciegos filtren en la napa. |
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