El carnaval boliviano enraizó en Sierra Grande

Carnaval y religión: dos conceptos opuestos que los bolivianos han logrado reunir en Oruro y que los mineros inmigrantes en Sierra Grande han transformado en celebración patagónica.

Las comparsas, con vestimentas brillantes y muy coloridas, llegan hasta de Puerto Madryn. La consigna es bailar toda la noche.

SIERRA GRANDE (Especial).- Todos los años, en verano, los bolivianos radicados en esta localidad realizan su carnaval en veneración a la Virgen del socavón, costumbre que trasladaron desde Oruro donde se hace el carnaval más importante de Bolivia. Esta celebración religiosa fue transmitida por los mineros provenientes del Altiplano que trabajaron en Sierra Grande y todos los años realizan esta conmemoración llena de costumbres desconocidas para muchos.
Febrero simboliza un mes especial para los residentes bolivianos que hace años dejaron sus tierras en busca de nuevas posibilidades laborales. La distancia no los desligó de una costumbre que mezcla la religión con las costumbres propias del carnaval que realizan en homenaje a la virgen del socavón. Este año, por cuestiones organizativas se decidió realizar la fiesta al comenzar marzo.
Trajes brillantes y de múltiples colores, papel picado, vehículos íntegramente adornados y muchos curiosos y devotos fue el cuadro que se observaba en la parroquia Nuestra Señora de Lourdes.
Todos los años arriban desde Puerto Madryn comparsas bajo varias denominaciones como Caporales o Pujillay que brindan un colorido espectáculo fundado en la religión y las tradiciones de Bolivia.
Luego de la misa llegó la procesión encabezada por el cura Miguel Cagneta y sus monaguillos, esparciendo incienso, "el aroma de mayor sentido religioso, ya que con el humo hacemos subir hacia el cielo nuestros ruegos y oraciones" explicaron los organizadores. Atrás, la imagen de la Virgen del socavón era cuidadosamente transportada en hombros de dos padres de familia; mientras, las mujeres se encargaban de que a la figura mariana no le falte papel picado ni serpentinas.
Una vez frente al templo la imagen es depositada en una especie de arco de triunfo, decorado con ponchos y flores de vivos colores, billetes y adornos para esperar el homenaje que llegaría con los bailes tradicionales.
Los jóvenes y niños bailarines se preparan para iniciar la danza, no sin antes pedir permiso y bendición a la virgen. Con la promesa mediante de bailar en las ediciones de tres años consecutivos por pura devoción y fe, comienzan con los bailes que en algunos casos son acompañados por sicus, quenas, tambores y cascabeles que usan en sus pies. Un joven madrinense que participó de este encuentro comentó que entrega a la virgen su cansancio físico como ofrenda.
La música es permanente, no hay descanso para los bailarines, y por la noche llega el encuentro de las familias que anualmente se reúnen en la casa de un particular para bailar y divertirse.

Homenaje a la Virgen del Socavón

SIERRA GRANDE - Según una cartilla histórica de la ceremonia, los orígenes del actual Santuario de la Virgen del Socavón de Oruro datan de siglo XVII, y está rodeado de leyendas que se fueron trasmitiendo por generaciones.
Se desconoce el autor de la imagen pero se especula con que fue alguien que quiso ofrecer a los mineros la oportunidad de saludar y venerar a la Virgen antes de entrar a trabajar en la mina de plata del cerro "Pie de gallo".
La llamada "Madre del altiplano" y su santuario están íntimamente relacionados con el carnaval folklórico de Oruro, único en el mundo por poseer características religiosas.
Según cuentan los bolivianos que han participado de esas ceremonias todo gira alrededor del Santuario del Socavón, tanto en los preparativos como en el carnaval mismo.
En la ceremonia se usan los llamados "cargamentos": son automóviles o camionetas que, como forma de agradecimiento a la virgen del socavón, son adornados con ponchos, muñecas y cintas de colores.
También, otro de los elementos es el estandarte, un reconocimiento a la familia que corre con la mayor parte del gasto en la organización de la fiesta y las banderas boliviana y argentina, todo un símbolo de integración