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Martes 11 de marzo de 2003 | ||
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Milagrosa recuperación de un niño barilochense |
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Tiene 18 meses y estuvo en coma nueve días. Tras un mes le dieron el alta, ve televisión y sonríe. |
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Cerca del mediodía del domingo 9 de febrero pasado, el pequeño Enzo Rodríguez jugaba en el patio de su casa, ubicada en el barrio San Francisco III, mientras sus padres, José Luis y Natalia, se preparaban para el almuerzo familiar, ajenos al drama que estaban por vivir. El accidente se produjo cuando Marcos, un hermano de Natalia, puso en marcha su Ford Fairlane y comenzó a retroceder hacia la calle, sin advertir la presencia del menor detrás del auto. La carcaza que cubre el sistema de trasmisión golpeó en la cabeza a Enzo y lo hizo rodar, pero una tía alcanzo a gritar a tiempo para que el auto se detuviera, cuando la rueda delantera estaba a pocos centímetros de la cabeza del chiquito. Cuando lo retiraron de abajo del auto se adivinaban las fracturas en el lado izquierdo del cráneo de Enzo, quien manaba sangre por un oído y a juicio de su padre "estaba sin pulso y no respiraba". Con su bebé en brazos, los Rodríguez no esperaron a la ambulancia. Salieron a la calle y se subieron al primer vehículo que pasó por allí: un camión del Automóvil Club Argentino, cuyo conductor posibilitó con su gesto la inmediata atención del niño, dado que en pocos minutos llegó al hospital. Enzo tuvo todos los medios a su disposición en el hospital, y los estudios específicos y necesarios que no le pudieron realizar allí los obtuvo en el sanatorio San Carlos. Después, los cirujanos hicieron lo suyo, también quienes lo atendieron durante los 9 días que estuvo en coma en la sala de terapia intensiva, y en el resto de su covalescencia, que todavía no terminó. La médica Gabriela Barone, del Hospital Zonal, comentó que el bebé había ingresado "con un severo traumatismo de cráneo, y tuvo la mejor de las evoluciones posibles, porque estos casos terminan casi siempre con la muerte del paciente". La profesional agregó que Enzo "tuvo todo a favor y se salvó. No se le infectó el cateter que se le puso en el cráneo y un montón de factores que tienen que coincidir: un tratamiento pediátrico neurológico acompañado por la atención y el amor de los padres, y un organismo que por razones congénitas pudo recuperarse de un daño tan grave". La falta de visión del ojo izquierdo y la imposibilidad de mover ese extremo de la boca son las secuelas neurológicas que tendrá que superar el menor con un tratamiento de rehabilitación, que está relacionado con su sistema nervioso. Pero sus padres apuestan a que Enzo, esos problemas también los va a superar. |
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