Sábado 8 de marzo de 2003

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¿Existe discriminación en el acceso al trabajo?

 

El promedio de ingreso laboral femenino es un 15% menor. Argentina es un país avanzado en los derechos femeninos.

 
El trabajo de las mujeres en la fruticultura es vital en el Alto Valle.
La participación de las mujeres en la estructura económica e institucional de las sociedades contemporáneas es totalmente distinta y dependiente de concepciones básicamente religiosas o filosóficas.
Sin embargo, hay un factor común predominante en todas: puertas adentro del hogar las mujeres cumplen el rol de formar las futuras generaciones. En ellas descansa la organización cotidiana de la vida familiar, la formación de hábitos y costumbres, la educación de los hijos y su integración al mundo exterior, el cuidado de los ancianos, la atención de los enfermos, etc. Son, nada menos que el eslabón intergeneracional responsable de transmitir la herencia cultural.
Puertas afuera del hogar las distancias en las formas de integrarse a la vida colectiva van desde la negación casi absoluta de sus derechos (algunas sociedades musulmanas por ejemplo) hasta sociedades occidentales de máxima integración (algunas de las occidentales anglosajonas) pero en ningún caso se ha llegado a lo imaginado por Salvador de Madariaga en su libro La Jirafa Dorada (una sociedad administrada y dominada por mujeres).
Con esfuerzo, obstinación y una gran cuota de audacia la historia reporta innumerables casos de mujeres célebres que ocuparon sitios destacados en todas las actividades humanas la política, la guerra, la medicina, el arte, el mundo empresario, de las finanzas, deportes, servicios etc. no han dejado lugar sin incursionar y en lugares destacados. De manera que no es posible afirmar que hayan tenido sitios vedados. La distinción es que no han sido fenómenos masivos sino individuales y por lo tanto relacionados con la fortaleza de la personalidad de esas mujeres.
Argentina se ha destacado en el mundo y particularmente en Latinoamérica por ser un país de avanzada en institucionalizar masivamente los derechos de las mujeres. En los años "50 de la mano del peronismo las incorporó como fuerza laboral y política con legislación de punta en el mundo. Antes de ello, nuestra historia está plagada de mujeres célebres individual o colectivamente. No haremos siquiera la referencia a sus nombres porque sería una inmensa lista, pero sí recordemos que en sus manos estuvo la defensa de la Plaza de Buenos Aires en las Invasiones Inglesas, que guerrearon igual que los hombres en las luchas de la independencia (los soldados de nuestros ejércitos tenían en las mujeres la retaguardia encargada de alimentarlos, vestirlos, consolarlos, tener hijos, curarlos y enterrarlos, pero también de combatir cuando faltaban soldados), las cuarteleras que llegaron a nuestra región cumplían todas esas funciones en la conquista del desierto y en los fortines. Incluso hemos tenido mujeres con grado militar oficial como fue Juana Azurduy.
La historia económica argentina da cuenta de su crucial rol de trabajadoras formales e informales: costureras, obreras de fábricas, telefonistas, zapateras, enfermeras, profesionales, empleadas de comercio, agricultoras, educadoras, etc. es difícil encontrar una profesión que no haya sido desarrollada por mujeres. En todo caso en algunas de gran exigencia física estadísticamente la proporción es menor pero no inexistente. Si hacemos referencia a nuestra zona, el trabajo femenino en la agricultura y la agroindustria frutícola ,ha sido y es, de inmensa importancia.
Quizás debido a la institucionalización mencionada gran cantidad de profesiones se "feminizaron" en nuestro país. Ocurre eso con la educación, la medicina, el empleo público, la justicia, o la investigación. Diversos analistas fundan las causas de este fenómeno en deterioros de salarios relativos afirmando que, como las mujeres conciben su salario como "complementario" de los ingresos familiares, ocupan lugares de trabajo que los hombres abandonan porque esos salarios han descendido en relación a otros. Es difícil encontrar evidencias claras de esta afirmación. En cambio, sí hay evidencias de que la proporción de mujeres en cargos de relevancia en la organización económica no guarda relación directa con la proporción de trabajadoras de esa organización. Todavía son escasas las mujeres dirigentes; en el ámbito empresario casi no hay entidades presididas por mujeres, lo mismo en el ámbito rural, en el sindical, o en otras agremiaciones de representación corporativa. En todo caso, toda una representación del manejo y administración del poder.
Justamente, al momento de escribir esta columna el gobierno argentino regula positivamente cupos para la representación femenina en los sindicatos. Argentina da un paso más (el anterior fue el del cupo de representación política) en asegurar mediante regulación legal la vigencia plena de derechos de representación para el universo femenino.
¿Son las mujeres discriminadas en el mundo del trabajo? No hay respuestas uniformes. Quizás el exceso de protección laboral produjo un problema de selección adversa (discriminación negativa) por el impacto en costos de esa protección. En tal caso, la discriminación recae sobre mujeres madres de familia precisamente la figura que se busca proteger. Otras formas de discriminación se pueden dar por la tasa de acceso a cargos de responsabilidad. No hay evidencias claras de ello en nuestro país.
En cambio, hay algunas evidencias de diferenciales de ingresos en detrimento de las mujeres en el trabajo formal. Las estadísticas elaboradas por la Superintendencia de AFJP que registra la información de los incorporados al sistema ofrece los resultados que se vuelcan en el cuadro de esta página.
En promedio el ingreso femenino se ubica 15 % debajo del de los hombres motivado especialmente por los trabajos en relación de dependencia ya que en autónomos el ingreso es prácticamente similar. Los resultados del cuadro son relativos. No está incorporada la tasa de empleo formal entre hombre y mujeres que puede ser distinta, ni el sistema de AFJP contiene a todos los trabajadores formales.
Para determinar con mayor precisión las diferencias y determinar si el empleo femenino es castigado salarialmente o no habría que disponer de las estadísticas mencionadas y demás también realizar un estudio por profesión y puestos de trabajo equivalentes, por ejemplo.
En todo caso, es una comparación general que aproxima al tema. En su último informe del Trabajo la OIT reporta que el mundo está avanzando en las retribuciones del trabajo formal y estable "los índices de remuneración en la industria ponen de manifiesto que los salarios nominales aumentan con mayor rapidez en el caso de las mujeres que en el de los hombres en numerosas economías, y que allí donde se han registrado caídas de salarios reales, éstas han sido menores para las mujeres que para la de los hombres. Aunque estas tendencias indican que la capacidad adquisitiva de las mujeres se aproxima a la de los varones...." Sin embargo, el informe alerta sobre segregación laboral por tipo de empleo en Europa al señalar " ...en los principales países europeos, la fuente fundamental de empleo para las mujeres está constituida por la sanidad y el trabajo social, mientras que el sector mas importante para los hombres sigue siendo la actividad industrial.."
Claro, el informe no aclara si esa segregación deviene de los demandantes de empleos o de las propias mujeres que optan eligiendo. El múltiple rol de las mujeres en su familia, condiciona que si pueden opten por trabajos de horario corrido, tiempo parcial, de manera de disponer de tiempo diario para la atención de familias e hijos. Mas allá de los cambios del rol del hombre en el hogar, cualquier mujer trabajadora sabe claramente la enorme exigencia de multiplicidad de funciones a la que está sometida.

Anahí Tappatá
Economista jefe del IERAL Comahue

   
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