Viernes 21 de marzo de 2003
 

La hora de los perros

 
  La fisonomía de la ciudad, tanto en el centro como en los barrios, presenta -por lo menos en el último decenio- un aspecto cotidiano poco gratificante con la proliferación de los perros vagabundos.
A los casos de mordeduras, roturas de bolsa de basuras por falta de alimentación adecuada, molestias que causan a los transeúntes en la principal calle comercial, como la Buenos Aires, se suma que varios de ellos tomaron la costumbre de dormir en las puertas de la Comisaría Primera de esta capital.
Por una cuestión ancestral, se dice que "el perro es el mejor amigo del hombre". En Viedma este axioma parecería estar fuera de lógica.
Quizá el perro sea fiel pero la principal falla está en el ser humano con el maltrato ó el abandono a partir de una conducta irresponsable.
Todo lo hecho hasta ahora desde la función pública municipal y en distintas gestiones, entiéndase campañas de concientización sobre tenencia responsable, esterilización de perras y sacrificios; tuvieron el mismo efecto que predicar en el desierto.
Incluso, según Lucy López del Can Club San Roque, durante la administración del entonces intendente Fernando Chironi se produjeron numerosas eutanasias con las que no se logró controlar la población canina. Encima, cuando asumió el intendente Gustavo Costanzo, la Fundación Barrera Patagónica (Funbapa) le retiró al municipio el útil quirófano móvil con que contó la gestión anterior.Existe un dato relevante y también bastante revelador que debiera generalizarse: el encierro o eventual sacrificio suele practicarse en forma numérica mientras que el vector reproductivo alcanza un volumen geométrico. Por lo tanto, una perra que tenga dos crías al año puede alcanzar las 4.700 en siete años, de acuerdo a los cálculos efectuadas por distintas organizaciones protectoras basándose en antecedentes internacionales.
Junto con este desaguisado aparece en el escenario la puja que viene teniendo esa entidad protectora con el director de Seguridad e Higiene, Ezequiel Itzkov, tendiente a evitar que una grieta legislativa le permita al municipio seguir practicando la eutanasia. También han repudiado por ineficaz el accionar del personal municipal afectado al servicio de perrera municipal, que contra viento y marea sostiene Itzkov.
Estas idas y vueltas ya provocaron una demora de casi medio año en la creación de un nuevo del sistema de control canino. Lo que se pide insistentemente es la necesidad de privilegiar la castración por encima del sacrificio y así se le planteó a los concejales que vienen recibiendo inquietudes de ese tenor.
Viedma tiene prolíficos antecedentes de lo que sucede cuando aparecen defensas fundamentalistas. A mediados de la década del "90, una denuncia penal por una supuesta tala de árboles autóctonos secos contra la comisión directiva de la Asociación Amigos del Medio Ambiente (AAMA) provocó por varios años la paralización de obras en el parque de la ciudad, uno de los más bellos rincones junto al río que es patrimonio de los viedmenses.
Se sabe que miembros del Concejo Deliberante trabajan en programas alternativos no eutanásicos y que el juez Jorge Bustamante se pronunciará por un acercamiento de las partes en conflicto en el marco de un recurso de amparo preventivo presentado por el Can Club ante la posibilidad de que se viole la Ley de Protección al Animal.
Hasta tanto no se eche luz en esos dos sentidos habría que recomendar en forma masiva y agresiva -a aquél que se precie de ser propietario de una mascota ó haber sido- del problema que se está tirando a la calle a partir de una actitud individualista.

Enrique Camino
rnredaccionviedma@yahoo.com.ar

   
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