Más apoyo a la pesca artesanal

Lanzarán un proyecto para financiar la actividad costera marítima.

Si el tiempo acompaña la pesca es una buena alternativa, dijo José Morales.

VIEDMA (AV).- El área de desarrollo municipal lanzará próximamente un nuevo proyecto de apoyo a la actividad pesquera artesanal con la intención de entregar créditos para microemprendimientos destinados a explotar la pesca costera marítima con mínimo costo.
El dinero para financiar futuras unidades de explotación saldrá del recupero de otros créditos ya entregados y envíos de la Nación, por medio del Programa Redes.
La titular del área, Carmen Coniglio, explicó que en esta segunda etapa se sumarán al curso de capacitación, el seguimiento de los emprendimientos y el apoyo a la construcción en el balneario El Cóndor de una pequeña planta de faenamiento.
La municipalidad cuenta con el apoyo del Instituto de Biología Marina de San Antonio Oeste y de la Dirección de Pesca para calcular cómo pueden llegar a salir los negocios, y para ello estimaron alternativas para tres tipos de unidades productivas.
La primera prevé la utilización como arte de pesca de una red de playa de 80 metros complementada con línea de mano y palangre de media agua-fondo de costa para pesca variada de mar. Esto permitiría capturar pejerreyes, lenguados, cornalitos, pez gallo, pescadilla, corvina, escualos, meros y salmones. Este sistema podría estar capturando 1.350 kilos mensuales, que deducidos los costos operativos, dejaría una utilidad neta estimada en 1.575 pesos.
La segunda incluye trasmallos costeros más líneas de mano, que dejaría por mes unos 1.800 kilogramos de pescado y 2.100 pesos de utilidades, mientras que la tercera prevé la utilización de redes agalleras para cazón con captura medias de 2.250 kilos y 3.900 pesos de ingresos.
Uno de los beneficiarios del primer crédito que entregó el municipio, José Morales, explicó que "el negocio es bueno siempre que el tiempo acompañe, y gracias a esto, en mi familia estamos comiendo, nos vestimos y pagamos los impuestos".
Morales era albañil y pescador aficionado, pero al momento de escasear el trabajo en el rubro original se inclinó por la pesca. Con la consolidación del microemprendimiento, pasó a constituirse en referente de otras personas -virtualmente desocupadas- con lo cual en la actualidad le aseguró el sustento diario para cuatro familias más.

El personaje: "Beto" Mondillo, el gestor social

Desde 1990 está en el Servicio Social del Instituto de Planificación y Promoción de la Vivienda (IPPV) y casi naturalmente comenzó una pequeña carrera interna organizando actividades comunitarias.
Humberto "Beto" Mondillo trabajó durante mucho tiempo -hasta que no pudo continuar por razones presupuestarias- en el Programa de Promoción Comunitaria del mencionado organismo, que ofrecía acciones de contención social a casi un millar de chicos de Viedma. Si bien la tarea no la pudo continuar, la semilla que plantó se trasladó luego a lo que hoy se llama Club IPPV.
Con el paso del tiempo siguió trabajando siendo intermediario -ad honórem- de las necesidades de la gente y quien podía aportar recursos. Recientemente tomó contacto con un grupo de privados y el Colegio de Abogados, quienes percibieron los graves problemas sociales existentes en los barrios. Así se comenzaron a financiar la actividad de comedores comunitarios y la fabricación de pan entre familias humildes.
Mondillo alterna estas gestiones de conexión con su trabajo en el IPPV y en su comercio, al que acude en horas de la tarde.
"Mi tarea refleja la actividad de los asistentes sociales: soy nexo entre la necesidad y los recursos, por lo tanto yo exploto eso", explicó. (AV)

Otra vez problemas en el puente

El paso de vehículos por el puente ferrocarretero se está tornando peligroso en los últimos días a raíz de los profundas hendiduras detectadas en la unión entre las vías y la senda vehicular. Para peor, se ha tornado constante que ese viaducto sea utilizado por peatones que cruzan de Viedma a Patagones o viceversa, por lo cual los automovilistas se ven obligados a desarrollar riesgosas maniobras para sortear las hendiduras y a la gente. (AV)