"Tal vez estoy harta de pelear contra la miseria"

La rectora de la UNC advierte que este año puede ser catastrófico.

"No hay ningún reconocimiento de que en la educación, la ciencia y la cultura está el futuro", sostiene Ana Pechen.

NEUQUEN (AN)- La rectora de la Universidad Nacional del Comahue, Ana Pechen de D"Angelo, no está entre las personas que suelen bajar los bra-zos. Todo lo contrario. Sin embargo, vaticina un año muy difícil para la universidad y advierte que de no haber un cambio de política a nivel nacional (le deben dinero de la partida 2002) la situación puede ser catastrófica. Pechen se lamenta por el hecho de que el 60% de su tiempo tiene que dedicarlo a tapar agujeros, a cubrir necesidades inmediatas: "Los universitarios tenemos una larga trayectoria en pelear contra la miseria, tal vez estoy harta de la miseria", confesó.
En una entrevista con "Río Negro", la rectora de la UNC hizo un llamado a la toma de conciencia por parte de las autoridades nacionales y lamentó la pérdida de liderazgo que sufrió en los últimos años la universidad argentina, relegada por la de países como Brasil y Chile.
"Brasil acaba de duplicar el presupuesto para ciencia y técnica, el 2% de su Producto Bruto Interno; nosotros tenemos el 0,3% y no terminan de pagarlo", graficó la mujer que aseguró que no escatimará esfuerzos para atender a los estudiantes que tienen problemas de nutrición: "Algo que nunca nos hubiéramos imaginado que iba a pasar".
-¿Sabía lo que le esperaba cuando se postuló?
-Tenemos años de luchar contra la miseria, tal vez estoy harta de luchar contra la miseria. Estamos muy lejos de tener una universidad competitiva a nivel mundial y a nivel latinoamericano, cosa que tuvimos y perdimos, y eso es lo lamentable.
-¿Cómo estamos parados?
-Mal, hay decisiones políticas que marcan los objetivos, y nosotros no hemos visto que en los últimos gobiernos haya habido algún reconocimiento de que en la educación, la ciencia y la cultura está el futuro.
-¿Cuántos ingresantes hay y cómo están los números de la UNC?
-Hay 6.001 nuevos estudiantes y este crecimiento de la matrícula no es acompañado para nada con un incremento del presupuesto. La situación es prácticamente de una crisis terminal: si el gobierno no paga las deudas de gastos de 2002 vamos estar muy pero muy mal.
-¿Cuánto representa la deuda de 2002?
-Son seis millones de pesos, sin hablar lo que está en el presupuesto 2003, donde hemos tenido una mejora. El problema es que estos presupuestos terminan siendo un número virtual: nos alegran cuando se aprueban, no llegan y se recortan cuando termina el año. Pese a la situación de extrema emergencia, la universidad tuvo las puertas abiertas, terminó con actividades de extensión e investigación básicas con el aporte de los gobiernos de Río Negro y Neuquén.
-¿Cuál es el presupuesto de la universidad?
-De 47 millones de pesos, de ese monto el 90% se va en sueldos. En enero, la partida de salarios la enviaron el día 17, tuvimos que hacer un acuerdo con el banco para poder pagar los salarios y eso representa intereses.
-En esta crisis ¿Cómo llegan los ingresantes a la universidad?
-Mal. Hay un fracaso del 75% de los ingresantes, y esto tiene que ver con la educación anterior; es decir con la interfase entre la educación media y la educación superior. Debemos enfrentar este problema porque el título secundario los habilita para ir a la universidad. Esto nos pone en una situación difícil.
-¿Cómo están trabajando para mejorar esta situación?
-No hay soluciones universales y de acuerdo a las carreras se han tomado medidas para de alguna manera adaptar a los estudiantes. Vamos a trabajar con los consejos provinciales de Educación de las dos provincias para ver la forma de articular mejor el paso de media a superior. Y vamos a trabajar con los profesores secundarios que son los que nosotros formamos. Hay cursos introductorios y preparatorios.
-¿Hay diferencia entre los egresados de colegios privados y los del público?
-No, hay muy pocos colegios privados y no se nota la diferencia, quizá porque los docentes de las escuelas privadas son los mismos del sistema público.
-¿Está preparada la universidad para recibir seis mil nuevos alumnos?
-Con mucho esfuerzo los vamos a recibir. Estamos haciendo un esfuerzo grande porque hay aulas a las que les faltan desde los pizarrones hasta las sillas. Hay otras que no tienen puertas y a las que les falta la calefacción. Estamos estudiando nuestras plantas docentes para distribuirlas de la mejor manera.
-Así parece difícil que la universidad vaya a mejorar...
-Hemos retrocedido, para el liderazgo que teníamos hasta hace no mucho, hemos retrocedido demasiado. Lamentablemente, vemos cómo crecen las universidades brasileñas y las chilenas a un ritmo que no podemos alcanzar. Ellos se llevan los recursos humanos fácilmente. Y volvemos a empezar, con menos herramientas y con menos medios y más cansados.
-¿Hay todavía suficientes recursos humanos?
-Todavía tenemos un buen caudal, aunque estemos cansados de luchar contra la incomprensión que no es del gobierno de turno: es de la sociedad en general. Si la sociedad tuviera en claro estos esfuerzos, las respuestas de los políticos posiblemente serían otras. La sociedad ha caído, el facilismo ha cundido de una manera generalizada y eso -en el sector educativo y en el producto educativo- tiene consecuencias devastadoras.

"Podemos liderar un avance tecnológico"

NEUQUEN (AN)- "La UNC cuenta con recursos para promover y liderar el avance tecnológico en la región. Necesitamos confianza en la universidad, inversión y por supuesto un seguimiento del resultado para así ayudar a la sociedad". Contundente para describir las malas, la rectora es optimista en cuanto a las posibilidades que tiene la casa de altos estudios y confía en poder torcer la escandalosa fuga de cerebros que sufre la Argentina.
"Nuestro país ha tenido tres premios Nobel en ciencia pero nunca tuvo el correlato de ello a nivel desarrollo. Países que no han tenido estas ventajas tienen una interrelación entre el sector productivo y el generador de conocimientos mejor que el que tiene la Argentina. Estamos haciendo un enorme esfuerzo para acortar esa distancia. Si tenemos generación de conocimientos y tenemos buena investigación, queremos que esté al servicio de la sociedad para la resolución de estos problemas. Esto entraña una crítica al modelo que ha tenido la investigación en la Argentina durante muchos años. Estamos en ese camino, porque obviamente es el que les permite salvar a los académicos y de alguna manera salvar a la producción y a los sectores demandantes.
-¿Los sectores privados se acercan a la universidad?
-Hay una acercamiento mayor pero tiene que haber decisiones políticas, que a veces exceden el compromiso de la universidad y los sectores productivos. Si en el país el sector productivo consigue más beneficios haciendo mejoras de oficinas o lobbies y no invirtiendo, nunca va a ser realmente convocante el establecer una relación entre investigación y producción, porque estas son investigaciones a largo plazo que de alguna manera son de riesgo. Si hay que buscar beneficios a muy corto plazo nunca las inversiones en educación, ciencia y tecnología van a ser rentables.
-¿Qué siente al ver que los científicos escapan por Ezeiza?
-Es el dolor más grande que sufrimos los docentes. Esto de volver a empezar todos los días es algo terrible, porque cuando uno forma cuadros, espera que multipliquen y así lograr lo que se denomina tamaño crítico para sostener una tarea en el tiempo. Y si los va perdiendo se vuelve a empezar todos los días y notamos que nuestra planta docente va envejeciendo... Y que se hace muy difícil incorporar a los jóvenes.

"Será difícil sostener la paz social de los jóvenes"

NEUQUEN (AN).- "Si continúa el ahogo financiero será difícil sostener la paz social de los jóvenes". En la entrevista con este diario, Ana Pechen advirtió a Nación sobre los riesgos que implica el no envío de recursos y descartó de plano cualquier arancelamiento en la UNC, tal como propone el rector de la universidad de Tucumán.
"Creo que si no hay un cambio en Nación vamos a tener problemas en todo el país. Creo que es difícil poder garantizar la paz social de los jóvenes en las universidades si no se revierte esta situación de ahogo financiero. Quien no sostiene los fondos para la educación está hipotecando el futuro del país y hago responsable a la conducción política de nuestro destino y nuestro futuro.
-¿Qué es lo que más le preocupa en este momento?
-Me preocupa poder abrir las aulas y tener los profesores necesarios y saber que tenemos una misión muy importante de cara al futuro: somos quizás el último baluarte de la cultura argentina que trata de sostener a un país que se ha caído y que no encuentra formas de salir de ese pozo, algo que sólo conseguirá con un ciudadano en mejores condiciones de ejercitar su vida democrática.
-El rector de la universidad de Tucumán propuso cobrar una cuota a los pudientes ¿Cuál es su opinión?
-No lo comparto. La solución no se mide en el dinero que unos alumnos puedan poner para ayudar a otros para llegar a ese objetivo. Tenemos que construir caminos de solidaridad con la sociedad que muchas veces tiene que ver no con dinero sino con actitudes y con trabajo solidario. Me gustaría implementar un buen sistema de voluntariado con iglesias, centros barriales y ONG"s.