Menem tuvo un áspero recibimiento en Neuquén

Una marcha de repudio le impidió llegar a la Gobernación. El Ruca Che les quedó grande a los seguidores del candidato.

Sobisch y Menem, entre sonrisas, en la Residencia de la Costa. Abajo, la marcha de protesta frente a la Casa de Gobierno.

NEUQUEN (AN).- Se necesitaron muchos policías para que Carlos Menem, candidato a presidente por el Frente por la Lealtad, pudiera darle un abrazo a su principal socio político local, el gobernador Jorge Sobisch.
Una marcha de repudio organizada por dirigentes y militantes de gremios estatales y organizaciones de derechos humanos frente a la gobernación modificó la agenda preparada para la visita del ex presidente que ayer cargó contra la gestión de Eduardo Duhalde, la Oficina Anticorrupción, tomó distancia del anunciado apoyo que le dio el senador Luis Barrionuevo y reiteró que está convencido que gana en primera vuelta. "Será como en la zamba, primera y adentro", expresó el riojano que andaba con ánimo de escuchar un poco de folklore.
Los menemistas locales no lograron su objetivo, llenar el Ruca Che, el que quedó grande, pese al indisimulado respaldo que le brindó el aparato que controla el sobischismo).
Menem aterrizó en el aeropuerto después de las18. A esa hora, la puerta de la gobernación y los alrededores del edificio se encontraba custodiada por un centenar de efectivos antimotín de la policía y los paredones estaban cubiertos con leyendas en contra de Menem y del gobernador Sobisch.
Los manifestantes no llegaban a los 200, pero hacían ruido y querían demostrar que el visitante no iba a ser tan bien recibido como lo prometió el gobernador, el principal operador del menemismo a nivel local.
Había tensión en el lugar mientras el avión que trasladaba el candidato recorría el último tramo antes de aterrizar en el aeropuerto. En un momento parecía que todo se iba a descontrolar.
Finalmente a Menem lo llevaron a la residencia oficial, lejos de las bombas de estruendo, los bombos y de las leyendas en su contra que quedaron estampadas en los muros. El gobernador aguardaba a su invitado en el interior de Casa de Gobierno. Ante el cambio de planes, Sobisch se vio forzado a buscar la forma de salir de allí para encontrarse con Menem. Pareció una ironía, pero el gobernador luego le dijo al ex presidente "queremos que en nuestra casa se sienta muy bien".
El abrazo entre ambos fue en la intimidad de la residencia, a orillas del río Limay, donde también se llevó a cabo una reunión del candidato con dirigentes de la CGT que también lo saludaron con bombas de estruendo.
Luego vino llegó el momento de un breve contacto con los periodistas, que a esa altura de la tarde ya estaban desorientados ante tanta alteración de planes. Menem dijo que el gobierno de Duhalde es "un desastre" y no anduvo con pequeñeces a la hora de calificar los diez años que él permaneció en el poder. "Nuestro gobierno fue uno de los más exitosos de todos los tiempos", dijo el candidato a presidente que se llevó un respaldo a ciegas de Sobisch.
Dijo que si Luis Barrionuevo lo apoya "es una decisión pura y exclusivamente" del senador. Su respuesta a esta pregunta fue distante, como si la adhesión se tratara del típico abrazo del oso.
Opinó que la Oficina Anticorrupción es un organismo "antiperonista" porque no ha juzgado a radicales ni dirigentes de la Alianza. Luego denunció que esa oficina "tiene depositados 50 millones de dólares en un banco de Nueva York" y que las boletas de depósito "no dicen Oficina Anticorrupción".
En una respuesta forzada, dijo que de ganar las elecciones seguirá investigando "por todos los medios posibles" la muerte de su hijo.
Tal lo esperado, con Sobisch se arrojaron flores. El gobernador estaba de buen ánimo pese al alboroto que había en el centro y Menem dijo que el gobernador puede ser "un excelente candidato si se decide" a presentarse en la presidencial de 2007. De todos modos, le puso un poroto a Carlos Reutemann.
Menem respaldó la propuesta de regionalización y dijo que Sobisch es "un verdadero paladín en la materia". Los elogios se repitieron a lo largo de la conferencia de prensa. "A la provincia la veo muy bien porque tiene un gran gobernador", agregó Menem que pasó fugazmente por Neuquén con su compañero de fórmula Juan Carlos Romero, otro amigo de Sobisch.

El aparato fue sobischista

NEUQUEN (AN) - El sobischismo puso a disposición de Carlos Menem todo su aparato partidario. Aún así, el candidato del Frente por la Lealtad convocó en el Ruca Che a unas tres mil personas, dos mil menos de las que anunciaron sus confiados organizadores.
El respaldo no fue sólo de palabra sino en los hechos. El ministro de Gobierno, Oscar Gutiérrez, se hizo cargo desde un costado del palco de que toda la maquinaria funcionara aceitadamente. El funcionario desempeñó el mismo papel en la campaña de Federico Brollo cuando se postuló para intendente de la capital. Y el locutor oficial también fue el mismo de los actos del MPN, Lorenzo Lorente.
Desde la tribuna, Menem cargó contra los dos candidatos restantes del justicialismo, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá. De ambos señaló que no leyeron a Juan Domingo Perón.
En el estadio había una buena cantidad de mujeres y Menem prometió ampliar el cupo femenino al 50% si llega al gobierno para "terminar con el machismo" .

Doscientos vehículos

Las personas que fueron al Ruca Che fueron transportadas en unos 200 vehículos, entre utilitarios y colectivos.
Los vehículos llegaron desde todos los rincones de la provincia, con militantes que habían sido convocados desde hacía ya algunos días para venir a tributarle la bienvenida a Carlos Menem.
"¿Te resulta familiar el dispositivo organizativo? Cualquier semejanza con los que monta el partido provincial es pura semejanza....", dijo con un sesgo de ironía un miembro del comando de campaña de Opción Federal. La fuente, que pidió reserva de su nombre, admitió que los responsables de las campañas del MPN se pusieron al frente de la organización del acto de ayer.