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Sábado 29 de marzo de 2003 | |
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La política acusa el impacto de los votos en el Senado |
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| El Senado aún acusa el impacto del último escándalo, el salvataje del cuestionado Luis Barrionuevo. El episodio vino a poner una mancha más al tigre, pero su efecto se esparció por los laberintos de la política en plena campaña electoral. Para completar el cuadro, el senador cuestionado ratificó su apoyo a Menem e incomodó a la gente de prensa del riojano que ayer tuvo que tragarse ese sapo. Sapo que siempre le fue útil al ex presidente y que hábilmente sedujo a Duhalde para no perder vigencia en el imprescindible tiempo presente de la política. En este contexto, el ministro del Interior, Jorge Matzkin, reiteró ayer su postura de que en los incidentes que obligaron a suspender las elecciones en Catamarca "hubo responsabilidad compartida" entre el senador y el gobierno provincial, aunque volvió a defender al legislador y frustrado candidato a gobernador. No obstante, Matzkin consideró que "el Senado tenía que haber tomado algún tipo de medida para ambas partes o por lo menos haberlo evaluado". En una conferencia de prensa en Jujuy, el ministro consideró que "hubo violencia institucional por parte del gobierno" de Catamarca, por lo que reiteró: "Ambos fueron responsables". "Lo que pasó en Catamarca, para mí, hubo responsabilidades compartidas, lo vimos por televisión, lo leímos en los diarios y escuchamos en la radio, los catamarqueños fueron lesionados en su responsabilidad cívica", consideró Matzkin en una indirecta defensa de las denuncias sobre una supuesta proscripción de Barrionuevo. Hasta acá el discurso oficial del peronismo, que salió en bloque a defender lo indefendible y- de este modo- enfrentó a su rival histórico (ya vetusto), la UCR. Esta conducta se repitió en la opinión de los legisladores de la región que estuvieron en el Senado decidiendo la suerte de Barrionuevo (ver fotos). Los pronistas votaron para salvarlo y los radicales por expulsarlo. A éstos hay que agregar el voto del MPN, que fue en favor de la expulsión. En medio del acto explícito del recinto, otras lecturas. La legisladores peronistas que votaron para expulsarlo, en su mayoría están en campaña. Por eso es fácil advertir que Cristina de Kirchner actuara en disidencia con su bloque. En otro sentido se expresó ayer un menemista, el gobernador de La Pampa, Rubén Marín, quien afirmó ayer que lo ocurrido en Catamarca y la situación generada por el senador justicialista, Luis Barrionuevo "no hace bien a las instituciones ni al propio PJ" y sostuvo que el peronismo superará "su fractura" sólo con un hábil conductor". El mandatario sostuvo que no puede juzgar la conducta personal de Barrionuevo "porque no tengo elementos, lo que sí creo que estos hechos no le hacen nada bien al país ni al partido". El menemismo también necesita gente suya que se muestre crítica con la conducta difícilmente defendible del gastronómico. |
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