Martes 25 de marzo de 2003 | |||
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Icare quiere a la UCR, el MUP no |
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El intendente de Bariloche no logró respaldo de su partido para concretar la alianza |
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La presidenta del MUP, Silvia Escudero, prefirió no plantear la decisión como una negativa sin retorno. Pero expresó cuestionamientos muy severos contra el veranismo provincial, tornando impensable la posibilidad de que se reanuden las negociaciones. Dijo que del gobernador al MUP lo separan concepciones muy distintas y que no acuerda con sus manejos propios de un "caudillo". Se quejó -por ejemplo- de haber tenido por interlocutores a Daniel Sartor, Miguel Saiz y Bautista Mendioroz, y no a la presidenta del radicalismo rionegrino, Marta Milesi. También cuestionó por "extorsiva" la presión ejercida del propio Sartor para cerrar la alianza con el MUP alegando que el gobierno provincial estaba "ayudando muchísimo" a Icare con obras como las del hospital y la avenida Bustillo. "Yo le dije que hace 20 años que son gobierno y esas obras se las debían desde hace mucho tiempo a Bariloche", refirió Escudero. Mucho tuvieron que ver también en la discusión las distintas urgencias de cada partido. Según Escudero, el MUP pretende acordar antes que nada un plan de gobierno para la ciudad y luego repartir lugares en las listas. Pero la UCR sólo se habría mostrado interesado en esto último, desdeñando las coincidencias programáticas. La dirigente vecinalista dio a entender que fue un error de esa clase el que cometieron en 1999 cuando conformaron la Alianza en torno de la candidatura a intendente de Atilio Feudal, que nunca tuvo base sólida y terminó en forma traumática. Dijo también que para los radicales el verdadero dilema es hacer lugar a en las listas a todos sus propios sectores internos y que al entrar en ese juego el MUP corre riesgo de convertirse en una línea más de la UCR. El partido vecinal demostró su poderío al ganar en soledad las últimas elecciones y puede garantizarle a Verani el arrastre de votos que necesita para apuntalar en Bariloche las posibilidades de la fórmula Saiz-De Rege. Cuando Icare confirmó semanas atrás que tenía un preacuerdo para competir por la reelección con apoyo del radicalismo, también dijo le importaba antes que nada acordar un núcleo programático. Y aseguró además que no se manejaría por las suyas, sino a través de las "decisiones orgánicas" del MUP. Pero ahora ese principismo se habría enfriado. En los últimos días tanto Verani como el intendente habían dado por hecho el acuerdo, pasando por alto que el diálogo con el MUP estaba a punto de colapsar. Con la suficiencia que le da la veteranía en estas lides, el gobernador no se inmutó por las veleidades del partido vecinal. Y lo dijo con todas las letras: "para mí, la cúpula del MUP es Icare". Una frase que a la conducción del MUP le sonó descarnada, pero que no hizo más que confirmar lo evidente. Ahora, las cartas están echadas, con Icare en un laberinto del que sólo puede salir por arriba, y pagando un costo inevitable. Desilusión El MUP confirmó públicamente el cortocircuito con la UCR en un comunicado donde expone las razones del fracaso de la negociación. Según señala el escrito, se habían propuesto lograr que Bariloche "no siga postergado en las decisiones políticas, económicas y sociales del conjunto de la provincia". Y para ello esperaban acordar "programas y metodologías coherentes con dicho posicionamiento". |
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