Jueves 6 de marzo de 2003

 

Soldado su interior, arranca la UCR

 

Tras el acuerdo veranismo - no veranismo, Saiz pone en marcha la campaña en Huergo y Chichinales. El partido está convencido de que no podrá construir una mayoría decisiva. Piensa ganar con el 30%. Espera beneficiarse de la dispersión con que van a las elecciones las fuerzas opositoras. La fórmula, lejos de "cerrar".

  Toma cuerpo la campaña del radicalismo rionegrino para las elecciones generales de la provincia.
Y el envión se formula desde dos convencimientos fuertemente arraigados en la máxima dirigencia del partido.
Uno: de ganar, el oficialismo lo hará con no mucho más del 30 por ciento de los votos.
Dos: la fuerte dispersión en que está desplegado el conjunto de las fuerzas opositoras puede llegar a jugar un rol significativo en favor del radicalismo.
De la lectura minuciosa del diagnóstico que elabora el grueso de la dirigencia en relación con los comicios, se concluye que hay carencia terminante de triunfalismo en el conjunto del partido.
O sea, ese escenario está persuadido de una realidad que deviene claramente del cuadro político provincial: ninguna de las fuerzas en pugna está en condiciones de construir una mayoría decisiva, incluido, claro está, el radicalismo.
Pero para este partido, ese condicionamiento no deja de tener un sesgo particular tras dos décadas dominando la transición.
Como manifestación por demás elocuente del convencimiento que sobre esa realidad campea a lo largo y ancho del radicalismo, está la confesión de uno de los hombres que más conoce el partido: Daniel Sartor.
-Vamos a ganar, sí... quizá "ahí", pero vamos a ganar... votos son amores -comentó días atrás.
Y puesto a computar poder propio y expectativas, en el interior del radicalismo se admite la existencia de otra inquietud. Se la expresa en voz baja, apelando así a no herir posiciones ni objetar en momentos que las decisiones en curso adquieren un rumbo irreversible.
¿De qué se trata?
De que la fórmula de Miguel Saiz gobernador - Mario De Rege vice, "no cierra" como expresión de fuerza.
Acostumbrado por años a ser timoneado por liderazgos excluyentes -Horacio Massaccesi primero, Pablo Verani a posteriori-, el radicalismo se siente extraño a la hora de organizarse en función de la campaña.
Saiz y De Rege son dirigentes ajenos a gravitar desde posiciones donde se conjuga más ortodoxia que flexibilidad a la hora de la toma de decisiones.
Por características que hacen a sus propias personalidades, están distantes de ser protagonistas de opinión decisiva en el conjunto de las operaciones políticas que demanda una campaña.
Así, de cara a las elecciones, el radicalismo va emergiendo con un liderazgo que, por debajo de Pablo Verani, se muestra definidamente horizontalizado.
Toda una prueba de fuego para este partido más acostumbrado por años aunque en dosis, a conducciones de perfil verticalista.
Y el sábado, vía la convención, quedó sellado el acuerdo entre veranistas y no veranistas, convergencia que para el conjunto del radicalismo se tornó indispensable a fin de ponerse en marcha rumbo a las urnas.
Campaña que hoy comienza Saiz en Huergo y Chichinales.
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación