Muchos peronistas para una banca

Cinco aspirantes tiene el justicialismo de Bariloche -6.500 afiliados- para primer diputado por el circuito. Todo indica que la puja será muy dura. La conducción partidaria procura que esa lucha no debilite las posibilidades de la fuerza en su objetivo de ganar la gobernación de la provincia. Se triunfaría con 2.500 sufragios.

Búa: "Soy flamante"...

SAN CARLOS DE BARILOCHE (AB).- El justicialismo tendrá en esta ciudad la competencia más reñida de las que quedaron planteadas en toda la provincia para armar las listas de candidatos a legislador.
Son cinco los aspirantes a la primera banca por el Circuito Andino que -salvo un estrago electoral- el PJ cree tener asegurada.
Bariloche es un enclave decisivo a la hora de moldear las diferencias que definan la elección en la provincia. Hacerse fuertes en la ciudad más grande de Río Negro les puede dar el plus que necesitan para ganar la gobernación. Y para bien o para mal, el electorado local se distingue por tener fidelidades muy volátiles, que lo torna campo propicio para los propuestas atractivas o las figuras con carisma y credibilidad.
El espectro de candidatos es variado y promete una puja reñida. El hotelero Vicente Búa se presenta como "lo nuevo" y dice contar con el apoyo del empresariado local. Aunque suene extraño escucharlo en una interna peronista.
También terciarán el joven dirigente de Ñorquinco Daniel Barrios y el ex intendente de Pilcaniyeu Antonio Jalil. A ellos tres se sumarán los gremialistas Wálter Cortés y Ovidio Zúñiga. Ambos construyeron sus carreras desde sindicatos poderosos y hoy luchan por librarse de la cascada de descrédito que amenaza con arrastrar a "las caras de siempre".
Cortés es legislador desde 1999 y aspira a renovar el sillón. Zúñiga debe dejar su estrado en diputados y buscará cobijo en Videma. En los últimos meses viene construyendo su proyecto desde la oposición rabiosa al candidato a gobernador Carlos Soria y optó por luchar en el circuito luego de ver frustrado su propósito de seguir en el Congreso.
Salvo Zúñiga, el resto de los candidatos cuentan con el apoyo unánime y superficial del candidato a gobernador, aunque sus seguidores más fieles en Bariloche se reparten entre Búa y Cortés.
Desechada la idea inicial de las listas únicas, la preocupación principal en la plana mayor del PJ es que la lucha encarnizada por las bancas no debilite la apuesta mayor del partido: desbancar a la UCR del Ejecutivo provincial.
En concreto, Soria teme que los perdedores de la interna terminen muy enojados y sean pasto fácil de las tentaciones que pueda acercarles el candidato extrapartidario Eduardo Rosso.
Una acechanza similar lo intranquiliza de cara a la interna para la candidatura a intendente, que todavía no tiene fecha pero también aparece como inevitable.
La postulación de Búa a legislador circuital se presenta como la más oficialista de todas y se inscribe, según sus impulsores, en la misma línea de razonamiento que llevó a Soria a ofrecer el segundo lugar en la fórmula al productor frutícola Salvador Durán.
Búa hará campaña revindicando la necesidad de "caras nuevas" que defiendan en serio los intereses de Bariloche y denostando los cacicazgos de origen sindical. No es un recién arribado a la militancia pejotista, pero su heterodoxia pasa -entre otras cosas- por confiar su suerte electoral a "la capacidad de movilizar a la clase media".
Entre las especulaciones de estos días está la del número de sufragios necesarios para ganar. El PJ tiene en Bariloche unos 6.500 afiliados, y según Daniel Barrio, todos dan como seguro que reuniendo 2.500 votos, ganan. Pero en su caso, dijo, la campaña no estará dirigida a captar la masa punteril tradicional (que suele estar entrenada para vender adhesiones al mejor postor), sino que su propuesta de renovación apunta a convocar y entusiasmar al que nunca votó.

La comuna, otro desafío

Si la puja por las candidaturas legislativas en el PJ ya levantó cierta polvareda, esa batalla puede resultar poca cosa al lado de la que se avecina para que el partido elija a quién propondrá para intendente.
La definición urge porque el radicalismo ya tiene todo atado para acompañar el proyecto reeleccionista de Alberto Icare y el Frente Grande acaba de anunciar que postulará a Luis Brogger.
Entre los precandidatos perfilados en el PJ, el de mayor prestigio es el abogado Rodolfo Rodrigo. Pero a pesar de la insistencia de Soria, no acepta enrolarse en ninguna competencia interna. Sólo asumiría el compromiso si es el candidato de la unidad.
Esa condición resulta de imposible cumplimiento porque ya hay al menos dos postulantes lanzados (de origen sindical ambos), que no se bajan por nada del mundo. Son Jorge Lagos, secretario general de Luz y Fuerza, y Víctor Carcar, dirigente de UOCRA. A ellos se sumaría, Hugo Ugarteche, un militante poco conocido, a quien impulsan algunas agrupaciones barriales.
Rodrigo es tajante: "el candidato tiene que elegirlo la unidad básica o nadie. Con una interna no le veo ninguna salida, porque la gente está repodrida de estas peleas".
Aclaró que no teme competir y que su postura "no es de ahora", sino que siempre aborreció el mecanismo de elección entre fracciones del mismo partido. "Yo veo al partido como un hogar, una familia Y la conducción, que conoce a sus miembros, tiene que decidir quién es el mejor para una candidatura determinada".
Aseguró también que cuenta con un "proyecto transformador" para el municipio de Bariloche y que nunca llegó a exponerlo en la unidad básica porque la pelea por los cargos excede cualquier discusión programática.
Rodrigo vaticinó que la interna a la usanza tradicional servirá para que el partido tenga su candidato "pero con toda seguridad va a perder la general, como ya pasó con Icare".
Lo dijo por la derrota que sufrió el ex candidato del PJ Gonzalo Madrazzo con el actual intendente. Y bueno es recordar que en la interna previa Madrazzo había derrotado a Lagos y Carcar, que ahora buscan la revancha. (AB)