Sábado 1 de marzo de 2003

 

Bajo inédita vigilancia, abre el Carnaval de Río

 

Miles de soldados y policías se desplegaron por la ciudad. Buscan proteger de los ataques "narcos" a los turistas y bailarines. Pese a que siguen los incidentes, la gente sale a festejar masivamente.

  RIO DE JANEIRO (Reuters) - Mientras el Rey Momo daba inicio al Carnaval de Río, los soldados se movilizaban ayer en la ciudad para proteger a los turistas de las bandas de narcotraficantes, en la primera vez que interviene el ejército en la famosa fiesta brasileña.
El coronel Iván Cosme, del Comando Militar del Este, dijo a los periodistas que un número no especificado de soldados del ejército, la armada y otras unidades comenzaron a proteger el viernes Río de Janeiro, donde una ola de violencia desatada por pandillas causó 10 muertos esta semana.
La "Operación Guanabara", que alude a la pintoresca bahía de Río con el mismo nombre, constituye la primera vez que los militares son llamados para patrullar la ciudad durante el Carnaval, cinco días de ruidosa y colorida fiesta que se ha convertido en un símbolo importante de la identidad brasileña.
Junto a los bailes y desfiles callejeros que también festejan el carnaval por toda la ciudad --y donde el alcohol fluye libremente-- las noches del Sambódromo, con sus reinas de belleza y llamativos disfraces, son la esencia del carnaval, que atrae decenas de miles de turistas cada año y que es vital para la economía de la ciudad.
"Durante los días del reinado del Rey Momo, los problemas disminuyen", dijo Alex de Oliveira, quien fue elegido por séptima vez para presidir las festividades, antes de recibir la simbólica llave de la ciudad.
"Espero que la gente haga el amor, no la guerra", agregó el rey de 135 kilos, vestido con una colorida túnica adornada con crisantemos y una corona sobre su cabeza. En el centro de la ciudad podían escucharse los alegres tamborines de las primeras procesiones, pero al caer la tarde no se veía a ningún soldado.
Pero apenas horas antes, la policía se enfrentó en un tiroteo con pandillas de narcotraficantes, y cerró por tres horas una agitada artería de la ciudad, mientras en otro distrito de las afueras, al menos una persona murió cuando un autobús de pasajeros fue blanco de disparos.
Los incidentes fueron un eco de una ola de violencia que ha estremecido a Río desde principios de esta semana, causando el pánico entre los residentes y afectando la imagen de una ciudad ubicada frente a bellas playas que espera atraer este año una cifra récord de turistas.
Más de 50 autobuses fueron incendiados por los vándalos entre el lunes y el jueves, y los delincuentes lanzaron bombas caseras y atacaron a balazos algunas tiendas que ignoraron una orden de los narcotraficantes de permanecer cerradas. Por la violencia han muerto esta semana 10 personas. Los narcotraficantes son tan poderosos que los medios de Brasil los describen como el "poder paralelo" al Estado.
Las autoridades de Río dicen que las bandas, que controlan el lucrativo negocio del tráfico de drogas y de armas desde los empobrecidos barrios o "favelas" levantados en las colinas de la ciudad, ordenaron la ola de violencia en represalia por las duras medidas que ha tomado la policía en su contra.
La gobernadora del estado de Río de Janeiro, Rosinha Matheus, pidió 3.000 soldados, y el presidente Luiz Inácio Lula da Silva aprobó el jueves la solicitud para que miembros del ejército ayuden a unos 30.000 policías en la vigilancia de Río durante el Carnaval.
Pese a algunas cancelaciones en los hoteles, principalmente de mismos brasileños, las autoridades turísticas de Río esperan que se celebre un Carnaval sin violencia debido a las medidas adoptadas. Se espera una cifra récord de 388.000 visitantes, incluyendo 40.000 del exterior.

"Fernandinho" no volverá y jura venganza

Las autoridades brasileñas confirmaron ayer que el narcotraficante conocido como "Fernandinho Beira Mar" no volverá a la cárcel de máxima seguridad en Río de Janeiro, al tiempo que el delincuente prometía más violencia en la ciudad.
Una fuente del gobierno estadual sostuvo que el capo del "comando Vermelho" ("Comando Rojo") tampoco permanecerá demasiado tiempo en Sao Paulo, su nuevo destino.
Beira Mar, señalado como el instigador de la ola de violencia, fue trasladado a una cárcel en el interior del estado de Sao Paulo, en el que no podrá mantener contacto con sus cómplices.
Sin embargo, el narcotraficante habría alertado a sus carceleros que "de nada sirve que me trasladen. Ahora sí la ciudad se transformará en un infierno".
Este año, las fiestas carnavalescas, incluyendo el fastuoso desfile de las 'escolas' en el Sambódromo, se realizarán en una ciudad custodiada por unos 3. 000 hombres de las Fuerzas Armadas en auxilio de 26.500 hombres de la Policía Militar, 5.000 de la Policía Civil y 4.500 de la Guardia Municipal.
Es la primera vez que el Carnaval de Rio de Janeiro será realizado bajo la protección de soldados del Ejército, Marina y Aeronáutica, y semejante despliegue de tropas de las Fuerzas Armadas no se veía en la ciudad desde la realización de la Cumbre de la Tierra, en 1992.
El Comando Militar del Este, con sede en Rio de Janeiro, será el coordinador de la participación de las Fuerzas Armadas durante la fiesta.

   
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