Domingo 16 de marzo de 2003 | ||
La fuerza de los tejidos locales |
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Por Alicia Miller |
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os partidos políticos tradicionales de la provincia enfrentan en estos momentos un problema nada pequeño: no han hecho ninguno de los cambios que les reclamó la sociedad; siguen dando muestras de acuerdos a espaldas de las mayorías, y -salvo excepciones parciales- no han cumplido con definir sus candidaturas a través de elecciones internas abiertas y transparentes. Es decir, la inercia de los aparatos partidarios se suma a la avidez desmedida de quienes se han acostumbrado a vivir holgadamente por disponer de decisión sobre los recursos públicos -lo que les permite asignarse ingresos que difícilmente podrían conseguir por méritos y competitividad en la actividad privada- y se resisten a dejar el lugar. Y la falta de una actividad partidaria de bases impide una renovación de la dirigencia, como ha impedido hasta ahora una verdadera rendición de cuentas a sus representados. El problema que hoy enfrentan, a la hora de completar las listas de candidatos, es: ¿cómo evitar que el electorado les dé la espalda? ¿cómo conseguir votos si no pueden ofrecer ni propuestas creíbles ni siquiera la esperanza de lo diferente? Por ahora, la respuesta es que a los métodos archiconocidos del uso de los recursos públicos para asistencialismo, y del abuso de los anuncios grandilocuentes, se suma la conquista de figuras creíbles a nivel local, que garanticen un "arrastre" hacia arriba capaz de compensar el voto adverso. Las características de la provincia son más que particulares. Por eso es que, incluso las encuestas -diosas o verdugos de las ansiedades de los dirigentes políticos de hoy- muestran aquí sus limitaciones a la hora de pensar en una proyección provincial de resultados, que no puede hacerse de un modo "automático" ni meramente proyectivo. Río Negro tiene cuatro centros poblacionales de importancia numérica: Viedma, Bariloche, Roca y Cipolletti, que suman entre los cuatro el 52% de los habitantes de la provincia. En ellas se hacen, generalmente, las encuestas que, en el mejor de los casos, se amplían a otras ciudades medianas. No obstante, el paso del tiempo ha demostrado que las expectativas centradas sólo en las tendencias de esas cuatro ciudades no bastan para garantizar un resultado global, ya que la suma de varias poblaciones menores, como las existentes en la Región Sur o el Valle Medio, pueden inclinar hacia uno u otro lado un resultado reñido a nivel provincial. Además, la característica del voto es diferente en las grandes ciudades que en las pequeñas, ya que aquéllas son más proclives a un voto progresista o innovador, mientras éstas se mantienen más fieles a las opciones tradicionales. Claro que el empeño que la dirigencia política no ha puesto nunca en reducir la inmensa deuda pública o en mejorar la calidad de los servicios de salud, educación o seguridad que presta el Estado, se le advierte en cambio a la hora de medir posibles tendencias y resultados electorales. Hasta el punto de que en los dos partidos mayoritarios hay verdaderos "consultores" ad-hoc, es decir gente que sabe cuántos votos "tiene" tal o cual candidato local y cuántos "ahuyenta" tal otro. Dicho esto, conviene hacer un repaso de los principales problemas prácticos a los que se enfrentan las estructuras políticas por estos días: el radicalismo busca neutralizar el efecto desgaste de una gestión provincial que no puede mostrar logros sino sólo una acumulación de déficit organizativos y éticos. Tanto, que un diagnóstico verdadero del desquicio y la estrechez económica en que se encuentra la mayoría de los sectores de la prestación de servicios públicos asombraría aun a quienes tienen responsabilidad política sobre esas mismas áreas de acción. Con una fórmula de escasa inserción, la UCR apuesta a los intendentes, hasta el punto de que el propio Verani coquetea con la posibilidad de presentarse en Roca, sin que quede claro si lo hace por vocación ciudadana, por su deseo de recuperar cifras que alguna vez logró en su ciudad, por tomar revancha frente a Sarandría o para mantener fueros que lo pongan a resguardo de eventuales causas penales. El peronismo no ha construido en los últimos años líderes locales firmes, lo que lo lleva a barajar nombres más o menos habituales, en general provenientes de los Deliberantes. Curiosamente, los principales beneficiados a la hora de la "campaña local" son los partidos no tradicionales, sobre todo en los casos en que han optado por presentar a la comunidad candidatos que no tienen un pasado de sospecha o inacción en la actividad política. Pero esto los somete también a la presión de no equivocar la decisión, ya que en ello les irá mucho de su posibilidad de un buen resultado provincial. El auditor judicial Una situación bastante inusual se ha planteado al virtualmente anularse el concurso anterior para cubrir el cargo de auditor del Poder Judicial, algo así como el sumariante que podrá investigar o pedir sanciones para jueces. Ha trascendido que el cambio busca favorecer a la ex diputada nacional Ana Piccinini. Más allá de que no esté prohibida, una militancia partidaria no es el mejor antecedente para un cargo que exige independencia. El procedimiento que se adopte de aquí en más dará señales de si ese compromiso previo existió o no, ya que deberá permitir en todo caso una participación abierta. Alicia Miller |
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