Domingo 2 de marzo de 2003
 

A cada diablo una vela

 

Por Arnaldo Paganetti

  La mejor virtud para algunos - los peronistas entre ellos -, es dar en el blanco. Y, bromas al margen sobre las condiciones de los seis candidatos de ese conglomerado popular, lo cierto es que casi todos se están acomodando para subordinarse a quien resulte ganador en las elecciones previstas para dentro de 8 semanas.
La pelea es dura. Carlos Menem, Néstor Kirchner y Adolfo Rodríguez Saá no se dan ventajas y en forma difusa parecen correr cabeza a cabeza, aun cuando en las bases de cada uno de ellos se observan desplazamientos y preparativos para cobijarse en la ciudadela de quien acierte el flechazo, sin importar discursos y propuestas a los que, por lo general, no se les presta demasiada atención.
"Los medios nos están ninguneando, a pesar del éxito de la marcha de los sueños. El poder hegemónico del dinero y la corrupción labura para Menem. Y Duhalde, con el manzanismo funcionando a pleno, ya se está acomodando a ese escenario y se atrinchera en la provincia de Buenos Aires", se le escuchó decir a Jorge Rachid, uno de los lugartenientes de Rodríguez Saá, en medio del ajetreo del cierre de listas, el viernes pasado.
"No estamos en campaña todavía. La artillería pesada la dejamos para los últimos 30 días. Pero, con muy pocas acciones positivas de nuestra parte, el viento sopla a favor. ¡Para qué vamos a joder! ¡A ver si el viento comienza a soplar en contra!". Sin el triunfalismo de algunos de sus compañeros, que auguran una definición en primera vuelta, Julio César Aráoz, el jefe de campaña de Menem, hace ese análisis y sugiere simpleza en el mensaje "porque una frase mal dicha ahora te hace perder".
"Estoy contando los días para irme y no entiendo por qué la Corte Suprema de Justicia tiene que sacar en este momento un fallo a favor de la redolarización que también será una bomba de tiempo para Menem". El presidente Eduardo Duhalde, sostén de la nominación de Néstor Kirchner, incurrió en ese fallido (aceptar la posibilidad cierta de tener que entregarle la banda a su adversario acérrimo) al hablar con un periodista televisivo al que convocó a Olivos para despotricar contra "los jueces que quieren gobernar".
Duhalde no se extraña de que Menem esté tan bien en las encuestas. "Fue Presidente más de 10 años", hace notar. Pero paladea una encuesta de Mora y Araujo que muestra al patagónico arriba del riojano por tres puntos.
"Menem llegó al techo y Kirchner está en el piso", se da ánimos a sí mismo, insistiendo en ignorar a Rodríguez Saá. Mientras prosigue la tensión por las manifestaciones "piqueteras" y los magistrados atajan los aumentos de tarifas en los servicios públicos, el titular de una de las CGT, Rodolfo Daer, se animó a transmitir al Gobierno la voluntad de los "gordos" de postergar las elecciones del 27 de abril. En una reunión de reflexión convocada por el Ministerio de la Producción, Daer se lo propuso al jefe de gabinete Alberto Atanasof y al ministro de Economía Roberto Lavagna.
Duhalde consideró "una estupidez" esa alternativa: No obstante. los menemistas tienen "las antenas paradas" para detectar cualquier "manganeta" (tal la expresión utilizada por el ex Presidente ante la neuquina Ester Schiavoni) que lleve la compulsa a octubre, como promueven algunos bonaerenses disconformes con tener que seguir a Kirchner ("no calienta a nadie", fue el brutal comentario de Luis Barrionuevo) y a Daniel Scioli, quien hasta hace muy poco proclamaba la excelencia del período 1989-1999.
Una anulación de los comicios suena impensable, más después del pronunciamiento hecho por el presidente norteamericano George Bush, al recibir las cartas credenciales del nuevo embajador argentino en Washington, Eduardo Amadeo. Es decir, el contexto internacional no lo toleraría. El FMI lo hizo escribir: advirtió que sólo dará oxígeno por unos meses. Además, el dinero del Banco Mundial para los planes de jefes y jefas de hogar, unos 650 millones de dólares, alcanzan hasta el primero de mayo. Después habrá que salir a buscar más fondos y refinanciar las deudas.
Y si bien las empresas privatizadas están manifestando que no aguantan más con el actual nivel de facturación, los organismos de crédito aceptan que un tarifazo sería letal para el gobierno de Duhalde, que en la transición está haciendo las cosas medianamente bien y ha controlado los desbordes sociales, además de alentar la producción y provocar una reactivación que se observa sobre todo en el interior del país.
Duhalde no es tonto. Promueve aumentos del orden del 10 por ciento (contra los 50 que reclamó la número dos del Fondo, Anne Krueger), pero se somete en este caso a la legalidad de los jueces que impiden los incrementos. El ejemplo de Bolivia, donde hubo una rebelión popular contra una receta del FMI que casi tumba al Presidente, está muy fresco.
Los dirigentes peronistas son como diablos que a cada santo le prenden una vela. Aldo Rico, por caso, públicamente se inclinó por Rodríguez Saá, pero también relojea otras cartas, pues la gobernación de Buenos Aires se resolverá una vez concluida la presidencial, con todos los naipes arriba de la mesa.
Marita Carballo, una de las encuestadoras más serias, ha optado por no hacer mediciones en medio de un clima tan enrarecido y operaciones y presiones de todo tipo. El viernes circulaba un sondeo que habría sido contratado por inversores extranjeros y otorgaba una amplia ventaja a Menem sobre Kirchner. Este último recoge una opinión muy negativa entre el empresariado. Un directivo de Techint, con acento italiano, comentó para que lo escuchen que no entendía nada de lo que proponía el mandatario de Santa Cruz.
En esta época preelectoral habrá que atender además que existe la probabilidad de una segunda vuelta y que entonces no sólo contarán las adhesiones sino los rechazos.
Se analizaba que la no inclusión de un duhaldista en la fórmula presidencial que encabeza Kirchner, deja espacio para las negociaciones posteriores al 27 de abril. Los ministros de Duhalde, encabezados por su esposa "Chiche", se abroquelaron en la lista de legisladores nacionales, como para hacer sentir su peso en el Congreso y resguardar el dominio territorial del sector, al más puro estilo del idolatrado José Manuel de Rosas.
Por el lado de Menem, el comisario Luis Patti ha señalado que deberá eliminar de su entorno a los "indeseables" si quiere retornar. Quizá lo dice por Alberto Kohan y Alberto Pierri, que tratan de hacerle sombra en la provincia de Buenos Aires. En tal sentido, el riojano ha anunciado que los miembros de un eventual futuro gabinete serán remozados. Pero, como se mueve con astucia, no los revelará antes de conformar su tejido de alianzas, aún en pañales. Esto es así, porque la política argentina sigue siendo insólita: el progresista Kirchner, nombró un segundo con pasado menemista puro y Elisa Carrió, la otra dirigente que entusiasma el centro izquierda, acopló a su lado al liberal Gustavo Gutiérrrez.
Falta ahora que Menem reemplace a Juan Carlos Romero por un hombre afín al pensamiento del brasileño Lula.

Arnaldo Paganetti
arnaldopaganetti@rionegro.com.ar

     
     
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