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Jueves 27 de marzo de 2003 | |
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Once años de prisión por asesinar a un joven |
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La víctima recibió un certero y mortal balazo entre los ojos. Aparentemente, todo comenzó con una discusión familiar.El condenado era un allegado al suegro del muchacho muerto. |
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| NEUQUEN (AN)- Un hombre fue condenado ayer a 11 años de prisión porque asesinó de un certero disparo en la cabeza a un joven, que reclamaba por ver a su hija. La sentencia recayó sobre Ceferino Andrés Ríos, de 29 años, allegado al suegro de la víctima fatal. El crimen ocurrió el 14 de mayo del año pasado a la madrugada en calle Batilana al 1.300, del barrio Villa Ceferino, cerca de la vivienda de una familia de apellido Garcés en la cual se encontraba Ríos. La víctima, Erwin Jaramillo, de 19 años, llegó hasta el lugar acompañado de su hermano Alejandro. Quería ver a una de las hijas de Garcés, con la cual había tenido una relación fruto de la cual nació una criatura. Al parecer la relación entre Jaramillo y su ex familia política pasaba por un mal momento y su visita no cayó nada bien. El que salió a decirle que se fuera de allí resultó ser Ríos, quien estaba durmiendo en la casa de los Garcés. De acuerdo con la sentencia dictada ayer por la Cámara Penal Segunda, Ríos salió armado con una carabina calibre 22 largo con la cual disparó dos veces contra Jaramillo. El joven y su hermano escaparon corriendo pero el agresor los persiguió 40 metros. Erwin se ocultó detrás de un árbol, Ríos le apuntó desde corta distancia (menos de un metro, según los peritos) y le pegó un tiro en el entrecejo. "En los múltiples casos que se ventilaron ante esta Cámara desde su puesta en funcionamiento, nunca se vio un disparo hecho con tanta precisión, entre ceja y ceja", dijeron con un toque de asombro los jueces en la sentencia. El imputado argumentó en su defensa que Jaramillo también estaba armado con una escopeta, que le disparó desde 40 o 50 metros, y que actuó en legítima defensa. Las pruebas, en especial la declaración del hermano de la víctima fatal, lo contradijeron. Al momento de decidir cuántos años correspondía aplicar de condena, el criterio de los magistrados no fue unánime. El presidente de la Cámara, José Andrada, con la adhesión del vocal Eduardo Badano, propuso 11 años. Tuvo en cuenta que el autor "disparó sin necesidad alguna contra una persona prácticamente indefensa y con la inequívoca intención de darle muerte inmediata". Voto en disidencia En cambio el juez Emilio Castro tuvo en cuenta algunos atenuantes y propuso el mínimo de la pena prevista para el delito de homicidio, es decir 8 años. Dijo que "estamos ante un medio social con códigos morales distintos de los parámetros del código penal. En los tiempos que vivimos, es difícil saber si se trata de un contra-código, una actitud de oposición a una ley conocida, aprendida y comprendida, una actitud voluntariamente dispuesta contra la Ley generalmente aceptada, o de una dificultad para comprender esas reglas y esos valores". "En tales circunstancias -continuó- la vida humana no vale nada, o vale muy poco; el acceso a la Justicia es remoto y probablemente no les habría bastado para solucionar el problema" entre Erwin y los padres de su ex pareja; "o no habrían confiado en ella, ni coincidía con sus códigos morales y sociales. Entonces era natural para ellos salir a ponerle fin por sus propios medios. Lo cual no excluye la consciencia y conciencia de su ilicitud: se trataba de una opción, en la que prevalecieron los valores del medio", argumentó. Por mayoría, se aplicaron 11 años de prisión. |
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