Miércoles 26 de marzo de 2003

 

Irá 8 años preso porque mató para defender a su perro

 

Lo condenaron por homicidio simple. Su mascota había sido apuñalada por un vecino.

 
Los vecinos apostaron para ver quién era capaz de comerse un perro. El dueño se enfureció y mató a uno de ellos.
NEUQUEN (AN)- La apuesta, disparatada y cruel, fue lanzada entre amigos anegados de alcohol: "¿quién se come un perro?". La broma se puso muy pesada porque uno de ellos apuñaló a un animal que estaba tranquilo en el patio de la casa, aunque no se sabe si realmente la intención era tirarlo a la parrilla. Y terminó en tragedia cuando apareció el dueño y asesinó a uno de los apostadores de un puntazo para vengar a su mascota. Ayer, el hombre que salió en defensa de su perro fue condenado a 8 años de prisión.
El condenado se llama Raúl Alberto Figueroa, tiene 36 años, y la víctima de esta historia teñida por el sinsentido fue Sergio Hernán Figueroa Esparza, de 35 años. No son parientes, pese a compartir el apellido.
El autor es argentino y se las rebuscaba para sobrevivir hurgando en el basural. El fallecido era chileno, días antes de morir había vendido su casa y estaba a punto de viajar a su país para reunirse con la familia.
Los hechos ocurrieron el 30 de abril del año pasado a las 2.50 en la calle 4 del sector Hornos de la Toma Esfuerzo. De acuerdo con la sentencia dictada ayer por la Cámara Penal Segunda, Figueroa estaba durmiendo en su casa mientras en la de enfrente varios vecinos, entre ellos Esparza, compartían bebidas.
Fue la concubina del imputado, Susana Esther Valenzuela, la que lo despertó porque había escuchado la inquietante apuesta. Apenas despabilado, Figueroa oyó la frase terrible: "¿quién se come un perro?", y en seguida los aullidos de su mascota.
Salió de su casa empuñando un cuchillo. Dijo que se armó por temor a los otros, que lo superaban en número y en físico (a Figueroa le dicen "el petiso"). Se topó con su perro, que gemía y sangraba por el cuello donde había recibido una puñalada.
Furioso, lo encaró a Esparza y le dio una cachetada. No estaba seguro de quién había agredido a su mascota, pero fue el primero que se le cruzó y con él descargó su bronca.
Después regresó a su casa y salió otra vez, ahora a buscar ayuda para su perro. Pero en el camino volvió a encontrarse con la víctima y siguió recriminándole lo que creía que había hecho.
Figueroa persiguió a Esparza 150 metros, hasta el predio del vecino Cayetano Próspero Balzaretti, quien tuvo el dudoso privilegio de convertirse en testigo de la tragedia.
"El petiso golpeó en el estómago al otro, que quedó hincado. Después se disparó", relató ante los camaristas durante el juicio oral.
Herido, Esparza caminó unos pasos hacia Balzaretti, quien seguía observando todo desde su vivienda. Trastabilló antes de alcanzar la puerta y quedó "colgado" contra un parante.
Mientras, Figueroa fue hasta el centro comunitario del barrio y denunció ante un policía que le habían apuñalado al perro. Desde el primer momento afirmó que sólo le pegó una cachetada a Esparza y pareciera que en realidad estaba convencido de eso, porque con toda naturalidad guió al efectivo hasta el predio de Balzaretti.
"Acá fue la pelea", le dijo. Estaba muy oscuro; el policía iluminó el lugar y vio a Esparza tirado y sangrando. La autopsia determinó que su muerte ocurrió por "hemopericardio y anemia aguda producidas por una lesión corto punzante en el ventrículo derecho del corazón, con ingreso por el tórax". Es decir, una puñalada profunda en el pecho que le partió el corazón, producida con un cuchillo "compatible por sus dimensiones con el arma secuestrada a Figueroa".
El cuchillo lo entregó el mismo Figueroa. Todavía estaba manchado de sangre.
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación