Jueves 13 de marzo de 2003

 

Los García Belsunce están cada vez más complicados

 

La masajista de la víctima declaró ante el fiscal. "Me ofrecieron un abogado antes del crimen", dijo.

  Entre lágrimas, casi sin poder contener el llanto durante las siete horas que duró su declaración indagatoria, la masajista Beatriz Michelini arrojó ayer más sospechas sobre la familia García Belsunce y su entorno. Contó que los íntimos de María Marta no parecían estar doloridos ni el día de su muerte ni durante el velatorio. Que desde el entorno de la víctima le ofrecieron un abogado aun antes de que se supiera que había ocurrido un crimen. Y que la invitaron a una extraña reunión de la que se negó a participar, según publicó el diario "Clarín".
Michelini, masajista de María Marta García Belsunce durante dos años y medio, era la única de los nueve imputados por el encubrimiento del crimen que aún no había hablado ante el fiscal Diego Molina Pico. Sí había declarado como testigo, pero aún no había sido indagada en el expediente donde se la acusa de haber limpiado la escena del crimen.
Eduardo Ludueña, abogado de la masajista, fue quien pidió al fiscal que su cliente declarara. Es que el testimonio de Susan Prilick, una amiga de María Marta, había arrojado dudas sobre Michelini.
Prilick había contado al fiscal que la masajista le dijo que ella estaba junto al marido de la víctima, Carlos Carrascosa, cuando se encontró el cuerpo de María Marta. Esto se contradecía con lo que se sabía: la masajista siempre aseguró que llegó a la escena del crimen después que el esposo.
En su indagatoria, la masajista reiteró que aquel domingo 27 de octubre tuvo que esperar en la entrada del country Carmel para pasar a la casa de María Marta. Y que cuando la guardia por fin le dio permiso y pudo entrar, diez minutos después, se encontró con Carrascosa junto al cuerpo. Después, aseguró, llegaron dos médicos y le pidieron que limpiara la sangre, cosa a la que accedió. "La familia me vio limpiando y no lo objetó: entendí que estaban de acuerdo", señaló.
Michelini, de 45 años, contó más detalles. Recordó que luego de intentar reanimar a María Marta, los familiares la consolaban a ella pero no parecían doloridos. "Irene Hurtig (hermanastra de la víctima) se le acercó y le tocó la cabeza preguntándole qué le pasaba. "Calmate", le decía", explicó el abogado Ludueña a "Clarín".
La masajista agregó que se fue del country a las 23. Y que Carrascosa la vio en la planta baja de la casa y le ofreció correr los autos que había en la puerta para que pudiera irse, como si sólo estuviera preocupado por cuestiones prácticas.
También relató que al día siguiente fue al velatorio y se encontró "con toda la familia charlando". Dijo que sólo pudo estar allí cinco minutos por la impresión. "Se dio cuenta de que estaba más dolorida que los familiares", indicó su abogado.
Luego habló de los contactos posteriores con los García Belsunce. Dijo que tres días después Irene Hurtig la llamó para que fuera al country porque iba a ir la Policía, algo que no se explica. Enseguida aportó más datos: afirmó que antes de que se supiera que María Marta había sido asesinada, Guillermo Bártoli -cuñado de la víctima- la llamó para ofrecerle abogado. "No aceptó, no entendía para qué era", dijo Ludueña.
Hubo nuevos contactos. Un vecino allegado a Carrascosa la invitó a una reunión a mediados de diciembre "para presentarle a unos amigos y para hablar de lo que pasaba". Según su abogado, ella se negó "porque le pareció que no correspondía".
   
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