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Miércoles 12 de marzo de 2003 | ||
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Se cumplen 14 años de dolor e impunidad |
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Los asesinatos de Sergio Sorbellini y
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Muchas veces pareció que se estaba cerca de saber la verdad, especialmente luego de algunas diligencias judiciales o la aparición de testigos de importancia. Sin embargo todo se diluía y se volvía a foja cero. Actualmente la comisión policial creada especialmente para trabajar en el caso prácticamente no existe, el juez Juan Torres y los fiscales no volvieron a aparecer por esta ciudad y no trascendieron avances de ninguna relevancia en el expediente. El grueso de esta tranquila ciudad, que tantas veces se movilizó exigiendo el esclarecimiento, percibe con pesimismo que ya nunca se sabrá quienes fueron los autores materiales e intelectuales del hecho. Sergio Sorbellini y Raquel Lagunas fueron encontrados muertos el 12 de marzo de 1989 en un descampado en las afueras de la ciudad con varios tiros en sus cuerpos. El hecho conmocionó a la comunidad de Río Colorado por la crueldad de los homicidios y por las implicancias que trajo aparejado en todo el contexto policial. Sobre el móvil del crimen se tejieron muchas hipótesis y nadie descarta que estuviera estrechamente ligado al contrabando de ganado, que por aquel entonces dejaba jugosos dividendos a quienes lo practicaban. Luego vinieron varios años de marchas y contramarchas donde la atención de la población permaneció centrada en los avances de la causa, que por momentos parecían importantes pero que en definitiva no condujeron a los asesinos. En el medio, dos jóvenes fueron condenados a reclusión perpetua siendo inocentes y luego de sufrir tres años de prisión en forma injusta, todavía no le han compensado tamaño castigo. De nada sirvió haberse comprobado numerosas anomalías durante la instrucción como cambiar los proyectiles o sustituir la bombacha de Raquel por otra. De nada sirvió la presión popular, con los padres de las víctimas a la cabeza, pidiendo justicia por las calles de la ciudad. De nada sirvió haberse descubierto en una segunda autopsia que las víctimas tenían en sus cuerpos más proyectiles que los que se sabía oficialmente. El perito balístico y el forense Julio Arriola y Andrés Ferreras respectivamente, fueron enjuiciados por falso testimonio agravado con sentencia condenatoria y el juez Fernando Bajos fue removido por mal desempeño de sus funciones. Además cuatro policías, incluido el entonces comisario de la Unidad 11, esperan ser juzgados por asociación ilícita en una causa anexa. El caso irresuelto es una verdadera llaga en la piel de cada riocoloradense, y la sensación general es que la Justicia tiene una deuda pendiente. Para la jornada de hoy no se ha previsto ningún acto especial y los padres y familiares de las víctimas celebrarán esta tarde una misa en la memoria de Sergio y Raquel en la iglesia Virgen de las Nieves, a las 20. |
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