Sábado 1 de marzo de 2003

 

El 10 de marzo rematarán el galpón de la ex frutícola Arlequín

 
  CIPOLLETTI (AC) - Está a escasos mil metros del centro de la ciudad. Hace cuarenta años llegó a tener 400 empleados y todo el equipamiento de un establecimiento modelo. El galpón de empaque de Arlequín será rematado el 10 de marzo que viene con un precio base bajísimo: 320.000 pesos.
El complejo frutícola, de cinco hectáreas y media, está ubicado sobre un camino asfaltado y dentro del casco urbano de Cipolletti. Desde la esquina de San Luis y Santa Cruz puede observarse la magnitud de este establecimiento. La empresa Arlequín no soportó las condiciones económicas de la década del 90 y, como otras firmas de la ciudad y la región, fue primero a concurso de acreedores y luego a la quiebra.
El remate, ordenado por el Juzgado Civil 13 de Cipolletti, se realizará el 10 de marzo en la calle Pacheco 280, donde tiene su sede el martillero Próspero Peletay, al que más de un posible comprador fue a ver, atraído por el precio unitario de la hectárea que tiene la base de la subasta: 58 pesos el metro cuadrado.
Se calcula que ese precio base equivale al 30% de su valor real.
Esta planta está en una ubicación inmejorable: menos de 500 metros a través de una calle de tierra la separa de la ruta nacional 151 y, por asfalto, en dos minutos puede llegarse fácilmente hasta el centro de la ciudad.
Hasta la temporada frutícola anterior -hace escasos ocho meses- el galpón estaba en pleno funcionamiento.
La actividad estaba a cargo de una cooperativa de trabajo que dio empleo a 60 personas pero que no pudo reiterar este año la experiencia.
La instalaciones cuentan con un galpón de empaque propiamente dicho, un frigorífico, un aserradero y un taller, además de viviendas y maquinarias.
Aunque el martillero aseguró que las instalaciones están en buen estado, a simple vista puede verse cierto deterioro, quizás porque hace meses que nadie mueve la rueda productiva del galpón.
Como personajes de una película, dos trabajadores permanecen aún dentro de las instalaciones, a modo de serenos. Uno de ellos fue encargado del frigorífico.
El frigorífico tiene una capacidad de 140.000 bultos (6.000 bines) y la producción diaria puede ser de hasta 1.500 cajones.
Lo más complicado del estado de abandono del complejo es el aserrín que nadie sacó del aserradero. Este material altamente inflamable está en el sector de las instalaciones más cercano a un barrio residencial de Cipolletti.
Con una periodicidad asombrosa, los bomberos deben acudir al lugar para apagar alguna montaña de aserrín en llamas.
Se ve que no sirven para nada pero un verdadero edificio de bines medio destruidos y con la leyenda "Arlequín" permanecen cerca de la entrada del establecimiento, quizás como para mostrar a quien quiera ver que alguna vez ese sitio fue una planta de empaque de fruta.
Este lunes, entre las 10 y las 13 y las 16,30 y las 18,30, los interesados en quedarse con este pedazo de historia productiva de Cipolletti pueden ir hasta la esquina de San Luis y Santa Cruz para ver en qué estado está la planta.
   
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