Viernes 21 de marzo de 2003

 

La experiencia de Los Pumas fue inolvidable

 

Las tres jornadas del campamento de supervivencia fueron un éxito. En el último día del plan debieron ascender la sierra de la Ventana. El plantel argentino tuvo su fiesta anoche y hoy arribará a Ezeiza.

 
Pedro Sporleder marca el rumbo del grupo que recorre una parte de las últimas estaciones de la jornada de ayer.
PUERTO BELGRANO (Especial) - La última jornada de Los Pumas en el campamento de supervivencia marcó para siempre el temple y el ánimo de los integrantes del seleccionado argentino de rugby. El fin del programa de ejercicios de extrema exigencia planeado por el entrenador del equipo, Marcelo Loffreda, y asesorado por miembros de la Armada Argentina resultó un rotundo éxito.
El punto principal es que expuso a los rugbiers a situaciones extremas que le serán valiosas tanto en el aspecto deportivo como en lo personal. Además se cumplió con el objetivo que tenían en mente el cuerpo técnico de Los Pumas, es decir la evaluación del ejercicio de liderazgo, capacidad intelectual ante los escollos, nivel de preparación física y psíquica para desempeñarse en climas adversos, y planificación, organización y desarrollo de trabajo en equipo.
Además, tanto los jugadores como el entrenador del seleccionado quedaron muy conformes con el resultado, ya que los evaluadores de la Armada Argentina comentaron, que tras el segundo día de ejercicios, se encontraron con un grupo privilegiado, con un gran espíritu y aseguraron que pasaron el umbral de exigencias que dejaría atrás a muchos, incluso superando a soldados adiestrados especialmente.
La actividad de ayer comenzó muy temprano. A las 5.30 desayunaron y a continuación se subieron a los helicópteros hacia la Sierra de la Ventana. El viaje duró unos 35 minutos y se efectuó en vuelo rasante, experiencia que aportó una cuota de asombro y adrenalina a los jugadores.
A las 8 los integrantes de las patrullas realizaron una navegación terrestre con brújula y carta que duró unas seis horas, donde los rugbiers debieron sortear diferentes ejercicios, pero lo más complicado y extenuante fue el ascenso al cerro, y el descenso con cuerda por una ladera. Una vez finalizado y hasta llegar al punto final, los jugadores debieron sortear obstáculos en distintos cursos de agua.
Por la noche, los jugadores tuvieron una cena de camaradería junto a algunas de las autoridades de la Armada y de la UAR.
Hoy los jugadores se levantarán a las 8, desayunarán y se dirigirán hacia la Base Comandante Espora, donde, a las 10, en un avión de la Armada los trasladarán hasta el aeropuerto de Ezeiza.
En tanto, en la segunda jornada y tras navegar durante dos horas en el buque Hércules, debieron volver a la costa en botes neumáticos a remo, donde la etapa final fue la más dura ya que tuvieron que realizar una competencia por tiempos con los gomones al hombro.
De allí y tras un descanso de hidratación, pasaron a la Pista de Liderazgo, donde se evaluó la resolución de diferentes obstáculos, donde se requieren imaginación y creatividad, para cumplir con todas las estaciones de nivel sencillo, medio y difícil. En cada trabajo los equipos no debían superar los diez minutos.
Tras concluir los ejercicios de la Pista de Liderazgo, los integrantes patrullas almorzaron por separado. Luego los jugadores realizaron una navegación terrestre de seis kilómetros transportando un tronco de 50 kilos; además cada jugador debió cargar con su mochila (10 kilos), y cada patrulla debió transportar un equipo de comunicaciones (20 kilos). A esta altura el agotamiento era marcado, pero a pesar de eso todos se dirigieron a la Pista de Combate (consiste en un circuito donde se deben superar obstáculos que requieren fuerza, trabajo del tronco superior e inferior y exigencia aeróbica).
Allí, cada grupo tardó aproximadamente entre 40 y 50 minutos. Al finalizar esta pista los jugadores realizaron trabajos de elongación a las órdenes del preparador físico del seleccionado, Ignacio Fernández Madero.
Después de la elongación, las patrullas realizaron una marcha de dos kilómetros hasta una pileta de natación, denominada por la Armada "Natación Utilitaria". Allí, los grupos realizaron ejercicios en el agua por espacio de 50 minutos a una hora. Las pruebas consistieron en transportar peso, realizar rescates y un ejercicio de flotación de 15 minutos en el cual cada patrulla debió cargar con un sobrepeso de cinco kilos que fue pasando por cada uno de los integrantes del grupo.
La última actividad del día se desarrolló en el escenario Urbano. Ahí los jugadores utilizaron equipos de: visión nocturna, comunicación para transmisión de datos y el desplazamiento de distintos elementos con "Spend". La actividad en el escenario Urbano tuvo una duración de tres horas.  
Luego los jugadores realizaron una marcha de dos kilómetros por un sendero, hasta llegar a la Batería Histórica (dentro de la base de Infantería de Marina) donde armaron las carpas para pasar la noche.

Tres días de una vivencia que marcó al plantel

PUERTO BELGRANO (Especial) - Los tres días fueron de una vivencia inolvidable. Los jugadores en ese período sólo tuvieron contacto entre ellos y con los instructores especialmente designados por la Armada. Por eso conocer el pensamiento de algunos de ellos por la exigencia vivida fue imposible de lograrlo, ya que una de las consignas que debían cumplir durante los tres días de ejercicios era mantener en secreto total las experiencias.
Pero el que sí habló fue el comandante de la Agrupación de Comandos Anfibios, Jorge Chitarrini, quien no sólo se mostró entusiasmado con el trabajo de los rugbiers sino que destacó "el entusiasmo, la predisposición y el respeto de todo el plantel del seleccionado de rugby por toda la actividad que estuvimos desarrollando", señaló el comandante.  
También agregó que "creo que están dando mucho más que 80 minutos, que es lo que dura un partido de rugby. Realmente han demostrado una gran capacidad de aguante ante ejercicios que mucha veces no pueden ser superados por soldados sumamente experimentados".
A su tiempo, el entrenador Marcelo Loffreda hizo un pequeño balance de los realizado con este campamento de supervivencia: "Es una experiencia muy positiva, el trabajo es muy intenso y generó un gran desgaste físico, que fue muy bien aceptado por todos. Pero hay que resaltar el espíritu de estos jugadores, realmente estamos muy conformes con todo lo que dieron en situaciones que son muy extremas".
Además, el coach argentino resaltó que "luego de estos días de trabajo, y cuando el cansancio comenzó a sentirse, empezó a surgir el espíritu de grupo que estamos buscando previo al Mundial" . 
Finalmente el médico del seleccionado nacional, Guillermo Botto, trajo tranquilidad a todos al comentar: "Hay que destacar los jugadores no perdieron peso porque todas las mañanas los controlamos, y afortunadamente no hay lesionados".

   
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