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Domingo 16 de marzo de 2003 | |
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Con todos los elogios |
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| Si algo faltaba para confirmar que las fronteras entre uno y otro país no son tales a la hora de la música, Charly García y Los Nocheros, además de Diego Torres, pusieron su parte para que un estadio lleno los aplaudiera y los premiara sin importar de dónde venían. Y todos sabemos lo que es el particular público chileno cada vez que se pone en marcha esa gigantesca iniciativa que es el festival de Viña del Mar. Exigente, caprichoso, obsesivo, capaz de poner por las nubes a un intérprete y al mismo tiempo capaz de generarle el mayor de sus fracasos. No voy a hablar de Charly ni de Diego Torres porque no son parte del género de esta columna, pero bien valen para ratificar el ejemplo de lo que es la música cuando se trata de conquistar a un público cuanto menos difícil. Lo de Los Nocheros fue decididamente fantástico. Con estilo abiertamente volcado a lo romántico, tal vez teniendo en cuenta que en Chile no cuentan tanto las zambas y chacareras, logró lo que pocos consiguieron en ese país ante semejante monstruo. Se llevaron todos los premios y lo más valioso, el aplauso interminable de la gente que les hizo sentir que el fenómeno no es sólo patrimonio de los argentinos. Los Nocheros llegaron a Chile cargados de buenos antecedentes, pero con los temores lógicos de quien se enfrenta a un público con otros gustos, con muchas exigencias y en un marco de una larga lista de famosos. Basta con preguntarse cómo harían Los Nocheros para opacar a Maná, a Montaner, al mismo Charly García o al veterano Franco Simone. Y claro, el público de cada noche no es el mismo. Pero en la misma jornada estuvieron Charly y Los Nocheros, de estilos infinitamente diferentes. Sin embargo, nadie se movió entre uno y otro espectáculo y aplaudieron hasta el cansancio. Admitamos que el estilo romántico, comercial, con muy buenos arreglos del grupo folclórico argentino, cautivó al público chileno desde mucho antes del festival. Chile es en Latinoamérica el mejor mercado para Los Nocheros en cuanto a venta de discos. La actuación fue impecable. Profesionalismo absoluto, sonido a la perfección, voces limpias y trabajadas y un profundo respeto por el público que les devolvió todo eso con aplausos. Dijeron gracias una y otra vez, como para dejar en claro que el de Viña del Mar no fue un festival más, fue "el" festival conquistado gracias a una trayectoria impecable, más allá de si nos gusta o no su estilo. La agencia internacional de noticias EFE dijo al hablar del festival, que "Charly García encantó al público del festival de la Canción de Viña del Mar con un espectáculo en el que lució su genio y figura, que, sin embargo, fueron después eclipsados por el éxito sin medida que cosecharon sus compatriotas Los Nocheros". Se fueron con uno de sus últimos éxitos, "Mamá, mamá", para el delirio del público que pidió una y otra vez que volvieran, pero ya habían estado en el escenario el doble del tiempo estipulado. Sin embargo, quedó flotando la sensación entre el público, que pronto volverán.
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