Viernes 14 de marzo de 2003

 

"Deberíamos atarnos a una amarra cultural"

 

Gonzalo Rojas en el Encuentro Binacional de Escritores de Junín de los Andes. Fue maestro en las minas de Atacama y enseñó a los mineros a leer a Heráclito.

  JUNIN DE LOS ANDES (ASM).- Lleva de buen talante sus más de 80 años. Enseñó a leer y a escribir a los mineros del "norte grande" de Chile, con sentencias de Heráclito y el auxilio del pisco. Fue profesor en los Estados Unidos, recibió los premios José Hernández y Octavio Paz, entre otros, y antes que chileno se considera ciudadano de Iberoamérica. Es Gonzalo Rojas.
El poeta trasandino es uno de los protagonistas del Encuentro Patagónico Binacional de Escritores que comenzó ayer en esta ciudad, con más de 150 participantes de Argentina y Chile, organizado por el área de Letras de la provincia y por la Dirección de Cultura de Junín de los Andes.
Amable y jovial, ajeno a los rigores de horarios y protocolos pero perceptivo a todos los detalles, Gonzalo Rojas dialogó con este diario, para desgranar aspectos de su rica vida, que lo ha llevado a ser uno de los hombres más reconocidos de las letras chilenas y, ergo, americanas.
Inquieto desde su juventud, cuando orillaba los 20 años se cansó de Santiago y junto a una inglesa, María McKenzie, dejó los estudios de filosofía y letras para trabajar en las minas del norte grande de Chile.
Puestos allí, "aquella preciosa criatura me sugirió que enseñara a leer y a escribir a los mineros, sobre los 3.000 metros de mineral en los que trabajaban. Yo no era maestro pero me dije por qué no. Ella me sugirió que comprara 20 botellas de pisco y lo hicimos. Cuando nos reunimos, ellos no querían saber nada de aprender a leer, paro María puso sobre la mesa el libro "Vida, Sentencias y Opiniones" de los filósofos presocráticos. De los textos leídos, los mineros votaron y eligieron a Heráclito, y con las sentencias de Heráclito y las 20 botellas de pisco, comenzamos a silabear...", cuenta Rojas.
A más de 60 años de aquella experiencia, hoy siente que el arco de la vida ha sido precioso; un "rehallazgo" que lo encuentra prolífico en la escritura -acaba de enviar un libro terminado a España, en el que trabajó hasta la noche anterior a su llegada a Junín- y cada vez más latinoamericano.
De todos los premios recibidos, el José Hernández y el Octavio Paz han sido sus tesoros. Pero para Rojas, publicar mucho no dignifica ni jerarquiza más a un escritor.
Recuerda una anécdota: "una vez dijo Neruda de mí, a un amigo en común, que yo no era malo pero que escribía poquito... Bueno, yo le mandé a decir que él era un genio pero escribía demasiadito...".
En el contexto del encuentro binacional, Rojas rescató la cultura como "una amarra" en América que comenzó a mediados del siglo XIX con la efervescencia postrevolucionaria, entre argentinos, chilenos y otros "paisanos".
En 1958, rescatando aquel espíritu, promovió los encuentros de escritores iberoamericanos en Chile, con nombres como los de Ernesto Sábato y Julio Cortázar por Argentina.
Desde la perspectiva de la integración, que es telón de fondo del encuentro que culminará mañana aquí, para Rojas no hay nada mejor que mantener en ristre el "pensamiento vivo de nuestra gente", del que la literatura es una expresión. "Más que integrarnos deberíamos atarnos a una amarra cultural", concluyó.
   
    ® Copyright Río Negro Online - All rights reserved    
     
Tapa || Economía | Políticas | Regionales | Sociedad | Deportes | Cultura || Todos los títulos | Breves ||
Ediciones anteriores | Editorial | Artículos | Cartas de lectores || El tiempo | Clasificados | Turismo | Mapa del sitio
Escríbanos || Patagonia Jurásica | Cocina | Guía del ocio | Informática | El Económico | Educación