Miércoles 12 de marzo de 2003 | |||
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Ventura Pons recupera a un "Gato" argentino |
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Fuera de concurso el realizador catalán Ventura Pons mostró en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata su documental sobre el "Gato" Pérez, un argentino que recuperó, a su manera, la rumba catalana en España. |
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"La película evoca al artista que lucha por expresarse y por encontrar su verdad, su propio arte, a través de un género -la rumba- que todos consideraban menor, pero que para él era una música que podía valorar y dimensionar mediante una calidad poética extraordinaria", afirmó Pons, quien conoció al "Gato" en 1986, cuando éste compuso la música de su filme "La rubia del bar". Compositor, letrista y cantante, el "Gato" Pérez Alvarez nació en Buenos Aires en 1950 y falleció en Caldes de Montbui, Cataluña, en 1990, y su obra -aunque poco divulgada en la Argentina- produjo una revalorización de la fusión de ritmos y de la rumba catalana, además de una fuerte influencia en la música popular española. "Era un precursor en muchas cosas y fue el único que intentó dignificar a la rumba. El tiempo le dio la razón, porque dos años después de muerto, la rumba era la música que representaba a la ciudad de Barcelona, a su pulsión vital", recordó Pons, ganador en Mar del Plata del premio al mejor filme iberoamericano con "Anita no pierde el tren" (2000). Con testimonios y canciones interpretadas por Luis Eduardo Aute, Martirio, Tonino Carotone, Rumba de los 60, Clara Montes y Kiko Veneno, entre otros artistas, la película expone a través de la memoria y el legado la obra del "Gato" y las circunstancias históricas de su época: la inmigración en Barcelona, el mestizaje cultural y la mezcla idiomática. La obra de Pons, muy valorada por la independencia autoral y la libertad creativa que posee, fue objeto en Buenos Aires de dos muestras retrospectivas, la primera en el último festival de cine independiente y la última, mucho más reciente, en la sala Leopoldo Lugones del Teatro San Martín. "Yo hago películas sobre personas con muchos sentimientos y emociones. No me da ningún pudor expresar los sentimientos, las alegrías y las penas de los personajes a los cuales retrato", dijo el cineasta, uno de los más importantes de Cataluña junto a Bigas Luna y José Luis Guerín, quienes optaron -al igual que él- por un cine riesgoso y experimental. Nacido en Barcelona en 1945, Pons inició su carrera como director teatral a los 21 años y debutó como cineasta en 1978, con el filme "Ocaña, retrato intermitente", al que le siguieron, entre otros, "¡Puta miseria!" (1989), "El porqué de las cosas" (1994), "Caricias" (1997), "Amigo/Amado" (1998) y "Manjar de amor" (2001). "A la gente le gusta reconocer en el cine una mirada distinta, la mirada de alguien que busca expresarse libremente a través de otros temas que normalmente no hacen los demás", afirmó Pons en relación a su propia obra, que está dominada por una forma de narración muy personal, casi siempre apartada de los parámetros lineales convencionales. Sus armas, según él mismo reconoce, son "la descontrucción narrativa, los flashbacks y los flashfowards. Me gusta mucho jugar con la descontrucción -admite-, e incluso en teatro ya lo hacía. Es que me gusta mucho buscar formas narrativas diferentes, que no se parezcan a nada visto anteriormente". "Sufro de una especie de esquizofrenia cinematográfica, porque al mismo tiempo soy el productor, el libretista y el director de todos mis proyectos. Hay momentos en que, como director, me gustaría comunicarme con el productor, pero entonces me doy cuenta que soy yo mismo", agregó Pons. "A mi me gusta la gente que es de verdad, que tiene algo por decir y lucha por decirlo, como el "Gato". Yo también soy una persona muy independiente que intento hacer las películas que a mi me gustan, con total libertad y afrontando temas que muchas veces no son tomados en cuenta", dijo el presidente del jurado oficial del festival marplatense. Pons señaló que aceptó la invitación para viajar a Mar del Plata y presidir el jurado porque Argentina "es un país donde se sabe oler el buen cine" y, principalmente, por el público: "Cuando gané el premio a la mejor película iberoamericana con "Anita no pierde el tren", la reacción del público fue muy calurosa y yo creo que fue la mejor del mundo". "Aquí estoy haciendo un triple trabajo: presidir el jurado, que es un gran honor; enseñar "El gran Gato", que es un gran placer; y en tercer lugar, preparar la salida comercial de "Anita no pierde el tren" -se estrenaría en junio próximo en las salas argentinas-, que es algo que me apetece mucho", dijo el cineasta. Para Pons, se trata de "una comedia agridulce, una película que nadie haría, porque la protagonista es una mujer de 50 años, muy discreta, que va de casa al trabajo y del trabajo a casa, pero que de repente se le viene el mundo abajo y decide que quiere vivir y luchar por su vida, a través del amor. Es un canto a la esperanza y a la vida", subrayó. |
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