Lunes 10 de marzo de 2003

 

La historia del mal contada por un vampiro

 

David Talbot, un vampiro, es la voz narrativa de la última obra de la célebre escritora Anne Rice. En "Merrick" se funde el vampirismo con la magia negra y las ruinas mayas.

 
Anne Rice, la creadora de "Entrevista con el vampiro", una de las mejores novelas sobre el género.
Buenos Aires (Télam).- El vampiro David Talbot es la voz cantante de la última entrega de la célebre Anne Rice, quien esta vez funde las crónicas de vampiros y la serie de las Brujas de Mayfair, para crear un nuevo personaje, "Merrick", surgido de las tinieblas habituales de su literatura y de la magia negra de Nueva Orleans.
La escritora estadounidense, en esta novela recién publicada por Ediciones B, nos cuenta una historia situada en su ciudad natal, pero también en la selva guatemalteca, entre ruinas mayas, a través de un personaje que deambula entre el pasado y el presente, rodeado de poderes mágicos y fenómenos sobrenaturales.
En la tradición de las grandes damas góticas de los siglos XVIII y XIX (como Anne Radcliffe o Mary Shelley), Rice logró plasmar sus obsesiones sexuales, morales y religiosas en una literatura capaz de conectar el imaginario colectivo de hoy con un segmento de lectores jóvenes, ávido de emociones fuertes, eróticas, violentas, pero también metafísicas y filosóficas.
¿Pero... cómo hizo esta oscura autora de Nueva Orleans -dedicada a escribir novelas eróticas y pornográficas con pseudónimos- para convertirse en personaje habitual de debates literarios, ser objeto de culto y encabezar rankings de ventas con cada una de sus historias?
Nacida en 1941, como Howard Allen O"Brien, en Nueva Orleans -una ciudad que sirvió de marco para muchas de sus novelas-, Rice se mudó a Texas a los 16 años, en un viaje que iba a marcar su existencia.
No sólo por el desarraigo -una constante en su obra-, sino que allí conoció a su futuro marido, el poeta Stan Rice, autor de muchos de los versos que preludian las peripecias del vampiro Lestat y compañía. Cuando en 1976 apareció "Confesiones de un vampiro" (Ediciones B) el libro fue un éxito que, de inmediato, los modernos aficionados a la fantasía ubicaron en el lugar de un "libro de culto". "Confesiones..." narraba la conversión en criatura de la noche y los consiguientes desvelos de Louis de Pointe de Lac, dueño de una plantación en Nueva Orleans a finales del siglo XVlll.
Su visión erótica y decadente del vampirismo -que evolucionaba a través de una "educación sentimental sadiana" y donde estaban muy presentes la homosexualidad, la adicción a alucinógenos y la metáfora de la enfermedad-, estalló en la mente de miles de lectores y creadores. Desde entonces, no hubo filme, novela o cómic de "chupadores de sangre" que no reflejara las huellas de Rice.
Y sin embargo, la escritora tardó casi 10 años en volver a su personaje Lestat, una década en que volvió a la línea de sus orígenes: las novelas eróticas y pornográficas, escondida tras los nombres Anne Rampling y A.N. Roquelaure.
"No hay ninguna razón por la que la pornografía no pueda ser hermosa y verdaderamente sensual", explicó Rice aunque debe su fama a sus novelas de vampiros, jamás reniega de su trilogía sobre la Bella Durmiente (donde en realidad, se "duerme" bastante poco). Pero fue en 1985, con la publicación de "Lestat, el vampiro", cuando Anne se convirtió en creadora de mitos y objeto de culto en sí misma: jóvenes "post-punks", "gothiks", existencialistas de High School, con ojos pintados de rimel y "kohl", de pelos de punta, guardapolvos negros y jeans rotos, hallaron en este personajes el antihéroe a su medida.
Después siguieron "La reina de los condenados", "El ladrón de cuerpos" y "Memnoch el Diablo", alargando la saga de una historia de redención que llegó al encuentro final de Lestat con Jesucristo y el Diablo, en un cita más cerca de Milton y Dante que de Stoker. "Todo lo que escribo está influenciado por la Iglesia.
Aunque no soy miembro de ella, siento una gran reverencia por la institución", confesó Anne Rice, dueña de dos iglesias en Nueva Orleans. "La gente venía a la presentación de mis libros maquillada de blanco, con uñas artificiales, mientras yo aparecía vestida formalmente. Decidí cambiar el "look", elegir algo que estuviera entre Dolly Parton y Michael Jackson".
La decisión la llevó a presentar "Memnoch el Diablo", en Nueva Orleans, presidiendo un funeral clásico al estilo de la ciudad: acompañada por una banda de Dixieland, vestida de novia y junto a un ataúd, recorriendo el camino desde su casa hasta el cementerio.
El vampiro esbozado por Rice no difiere mucho del vampiro decadente romántico, maldito, que nació en 1816, en Villa Deodati -el día en que lo hizo la criatura de Frankenstein-, de la mano del secretario de Byron, Polidori, para quien su personaje Lord Ruthven, sintetizaba el ideal fáustico y luciferino del romanticismo más desatado, encarnado por su señor.
Nacido prácticamente de los libros de Rice, el vampiro contemporáneo es un alma en pena que a veces reniega de su naturaleza y avanza en busca de la redención.
En "La hora de las brujas" (1990), aparecen las brujas de Mayfauir, que continuaría con los personajes Lasher y Taltos (basados en mitos celtas y en el folclore hungaro) hasta configurar una mitología de seres sobrenaturales, a menudo enfrentados entre sí pero conmovidos por el recuerdo de siglos de dolor y unas perspectivas de futuro no muy alentadoras.
El 14 de diciembre de 1998, a las pocas semanas de la aparición de "Armand el vampiro" en Estados Unidos, Anne Rice sufrió un coma diabético que casi le cuesta la vida, pero pronto se recuperó y continua escribiendo -doce horas por día- desde su mansión de la Saint Charles Avenue de Nueva Orleans.
   
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