Domingo 2 de marzo de 2003

 

Disfrutar y bailar

 

Por Jorge Vergara
jvergara@rionegro.com.ar

  Lo de la Chacarerata Santiagueña de este verano fue decididamente fantástico. No quedó ni una sola persona sentada cuando ellos estuvieron en un festival. La cuestión era pararse para bailar o para aplaudirlos. Era festejar el espíritu festivalero inconfundible que no todos pueden lograr frente al público. Y ellos lo lograron, porque con la Chacarerata no se puede estar quieto.
El país entero los pudo ver a través de la televisión en Cosquín, pero el verano también los mostró en otros puntos del país.
Digo que es fantástico porque un festival ofrece entre sus propuestas, artistas para escuchar y otros que son decididamente para ver y escuchar.
Eso es precisamente la Chacarerata Santiagueña. Es para ver y escuchar, es baile y pasión por el folclore en el escenario, es uno y otro pedido de un tema más por parte del público y fundamentalmente es buena música.
La Chacarerata Santiagueña fue capaz de conmover a un público necesitado de emociones y fue la llama capaz de encender esas emociones en la gente. Era imposible seguir sentado frente al escenario, porque la música y el show del grupo eran una invitación a seguirlos.
Lo que intento es expresarlo casi con el mismo ritmo que ellos le imprimieron a cada festival. Generalizo porque en esta parte del verano fue así en cada presentación de la Chacarerata.
Juan Carlos Gramajo, el líder del grupo, a puro baile, puso de pie a todo Cosquín.
Tal vez, y no por eso desmerezco a nadie, lo mejor hubiera sido que un grupo como éste fuera el cierre del festival. De todos modos, no es menos cierto que haber juntado a todos los cordobeses en el final de Cosquín también fue un acierto. En definitiva es de ellos para el país, es un invento de los cordobeses y se lo merecían.
Volviendo a la Chacarerata Santiagueña, es folclore vivido con intensidad, es folclore a full. Y claro, también están los que gustan de la música más calma en este género.
No sé si me equivoco, pero creo humildemente que un festival es justamente ponerle vida y pasión a la buena música que hacen. Por eso elegí el ejemplo de la Chacarerata, porque hace al público partícipe de una noche plena de folclore. También lo mas tranquilo es folclore, aunque no siempre es una tentación para el público cuando la propuesta festivalera es demasiado calma. Cuando la gente va a un espectáculo lleva predisposiciones y allí está la clave a la hora de elegir.
Cuando la gente va a un festival de folclore muchas veces quiere zambas, chacareras, chamamé, danza.
Vitillo Abalos, unos de los santiagueñísimos hermanos Abalos dijo que " si Bariloche tiene la Camerata, Santiago del Estero debe tener su Chacarerata".
Y claro, con las diferencias abismales que hay entre una y otra música, la frase en cierto modo grafica que el grupo folclórico es casi un embajador de su provincia. Y así recorrió el país, con infinita humildad, pero llevando su enorme carga de emociones para compartir con el público.
Así, con muchos progresos en su carrera, la Chacarerata ya vive su año 17 de existencia. Y en ese lapso miles de argentinos se pararon para aplaudirlos.

   
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